Rodrigo Sánchez festejó con Merlo: “El equipo nunca dejó de pensar que lo único que servía era el ascenso”
El delantero bahiense dio el salto con el "Charro", que volvió a la Primera B Metropolitana luego de seis años en la Primera C. “Fue una locura total, algo inolvidable”, contó el Flaco.
Por Mikel Iñurrategui / [email protected]
La voz ronca y entrecortada lo delata, Rodrigo Sánchez llevó su garganta al límite y el motivo sí que valía la pena.
Su equipo, Deportivo Merlo, ascendió a la Primera B Metropolitana y esa noche de festejos bajo la lluvia, todavía le pasa factura al Flaco, unos cuantos días después.
La alegría se desató luego de que Merlo venciera a Dock Sud, por 2 a 1, en cancha de Independiente, y ganara el reducido para volver a la tercera categoría del fútbol argentino luego de cinco años.
“Fue una locura total, algo inolvidable… una alegría inmensa poder coronar la gran campaña que habíamos hecho con un ascenso”, le contó el Flaco a La Nueva. desde Merlo.
Luego de quedar sin chances de pelear por el primer ascenso (lo consiguió Cañuelas), el Charro se hizo fuerte en el reducido: le ganó el clásico a Argentino y eliminó a Lamadrid por penales.
Ya en el partido decisivo, comenzó en desventaja pero logró darlo vuelta (con dos goles en 4 minutos) y hacer delirar a su populosa hinchada.
“Fue épico ganar en cancha de Independiente, habiendo arrancado perdiendo, nos repusimos al gol de ellos e hicimos un gran trabajo.
Pudimos festejar en la cancha y en la ciudad cuando volvimos, fue una locura”, agregó Rodrigo, quien no pudo estar en la definición por un problema físico.
“Teníamos la presión –agregó– de conseguir ese objetivo porque el club hacía 12 años que no salía campeón y venía de dos descensos casi consecutivos: del Nacional B a la Primera C. Gracias a Dios fuimos unos afortunados de poder estar en este momento y poder lograr el ascenso”, agradeció.
Luego de celebrar en el mítico estadio del Rojo prácticamente vacío, el plantel volvió a casa y la gente recibió al plantel como lo que son: los héroes del ascenso.
“En la calle se vio el desahogo de una multitud, esperándonos para festejar y agradecernos. Ese es el premio más grande que te podés llevar. Yo siempre digo que la hinchada de Merlo me hace acordar muchísimo a la de Vila Mitre, porque es muy pasional, con un sentido de pertenencia muy grande. Se vivió todo de una manera muy fervorosa, llovía torrencialmente y la gente igual salió a darnos la bienvenida cuando volvimos del estadio. Fue todo una locura”, recordó Sánchez.
Un grupo de mil batallas
-¿Dónde estuvo la clave del equipo para conseguir el ascenso?
-En que tuvimos siempre en claro el objetivo, si bien no pudimos conseguir el primer ascenso, el equipo nunca dejó de pensar que lo único que valía era el ascenso. Esa personalidad y ese enfoque nos llevó a mantener la calma y no desesperarnos cuando perdimos el primer ascenso. Y después que teníamos un equipo con mucha experiencia, que la mayoría de los jugadores tienen más de 30 años y que sabía lo que era jugar cosas importantes y no les pesó jugar cosas importantes.
En ese grupo de jugadores experimentados, se encuentra el lateral Clemente Rodríguez gloria de la época dorada del Boca de Bianchi.
-¿Qué onda Clemente?
-Es un espectáculo, que un tipo tan ganador y con tanta trayectoria haya venido, entrenado y se haya puesto a la par de todos nosotros, es algo increíble. Una humildad asombrosa y un laburante espectacular, no por nada ha ganado tanto. Eso me hace convencer cada día más de que si vos trabajás mucho como trabaja Clemente, que tiene 39 años y trabaja a la par de chicos de 20, las cosas a la larga o a la corta, tienen que llegar.
-¿En qué notaste su jerarquía desde lo futbolístico?
-Lo que le veo distinto al resto es que para él es exactamente lo mismo patear con zurda o con derecha, puede tirar un centro perfecto con cualquiera de las dos piernas. Eso no se ve muy a menudo, además físicamente es tremendo.
-Sigue insistiendo con que está esperando el llamado de Boca…
-Está convencido de que se quiere retirar en Boca, ojalá que después de todo lo que ganó se le dé, porque se lo merece.
Lo que viene
Pese a algunos días de licencia, Rodrigo no regresó a Bahía en el receso ya que se encuentra realizando el curso de técnico pensando en un futuro que todavía imagina lejano. Más cerca en el tiempo, espera arreglar su continuidad en club en los próximos días o esperar alguna oferta superadora.
“Si me dan la posibilidad de seguir, me gustaría jugar en la Primera B. Salvo que salga alguna oferta que no se pueda rechazar, me gustaría seguir acá porque estoy muy contento y muy cómodo”, reconoció.
“El salto a la B Metro es muy grande –explicó-, es una categoría que tiene muchísimo márketing, que está muy televisada… la verdad que es una vidriera muy grande. Esperemos que vaya todo bien y se pueda hacer una gran campaña”.
Luego de un año de tanta incertidumbre, Merlo cerró el torneo de la mejor manera y Rodrigo tiene bien claro por dónde pasaron algunas de las clave para conseguir el objetivo.
“Fue un año raro, pero este logro se debe también a que el club se portó muy bien con nosotros en esa época de incertidumbre, que no sabíamos que iba a pasar con nosotros y nuestra familia. Porque si te dicen que no te pagan más, es un problema muy grande. Pero esto es un premio a que la dirigencia se portó muy bien con nosotros, estaban convencidos de que este plantel le podía dar este ascenso histórico.
Esto es un premio para ellos y para nosotros que durante la pandemia seguimos entrenando como si estuviéramos en competencia”, señaló.
“También fue raro para nuestras familias –entendió-, en mi caso para mi señora (Macarena) y para mi hijo (Juano) que tuvieron que bancarme muchas cosas. Cuando me lesioné hacía triple turno para recuperarme lo antes posible y mi señora se lo bancaba acá con el nene, solos. Son sacrificios que uno hace siempre y que, a veces, tienen sus resultados como ahora y hay que agradecerlo públicamente”, cerró el Flaco.