Bahía Blanca | Miércoles, 09 de julio

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Vivaldo no se olvida de Olimpo: “Mi pase frustrado a Boca me arrancó de Bahía”

“Con la familia, teníamos pensado quedarnos a vivir definitivamente, pero el fútbol me llevó para el lado que quiso”, confesó el exarquero.

   En apenas dos temporadas en Olimpo, el “Flaco” Jorge Vivaldo dejó un recuerdo imborrable en el hincha aurinegro. Rápidamente, el entonces arquero se hizo querer y se ganó el corazón del simpatizante.

   Incluso, también se incorporó a la vida social bahiense y los 35 años encontró reconocimiento a nivel nacional en un equipo que fue de menos a más y terminó gestando unas de las mejores campañas de Olimpo en la élite del fútbol argentino.

   Hoy, mucho tiempo después, el actual DT de Viilla San Carlos –elenco de la B Metropolitana-- le contó a La Nueva por qué se fue de nuestra ciudad y repasó su carrera.

   --En poco tiempo, te hiciste querer mucho en Bahía.

   --Es que a mí me encantó Bahía. Y te digo más: me arrancó de Bahía Blanca mi frustrado pase a Boca, porque hasta teníamos pensado quedarnos a vivir definitivamente. La casa que estaba alquilando la quise comprar y tenía en venta mi casa en Buenos Aires. Después el fútbol me llevó para el lado que quiso, pero a mí Bahía me encantaba.

   --Enseguida congeniaste con la gente y no sólo la de fútbol.

   --Tal cual. Tener la sierra (Sierra de la Ventana) y la playa (Monte Hermoso) a una hora era algo muy lindo. Además, me hice de muchos amigos fuera del fútbol. Sinceramente, volví pocas veces, pero tengo muchas ganas de ir a visitar la gente que se portó muy bien conmigo. 

   --Imagino que uno de tus mejores momentos en tu carrera fue la primera temporada en Olimpo, en la que fueron de menos a más y se salvaron del descenso.

   --Fue tremendo. Yo pude debutar recién en la cuarta fecha, porque me estaba recuperando de una lesión. No me voy a olvidar más el partido en Rosario contra Newell´s, donde Furchi (Rafael) nos echó tres jugadores y nos hicieron el gol faltando diez minutos porque no teníamos gente para defender la pelota parada. Ese partido lo que atajé fue tremendo, me pegaban todas. En Olimpo tuve un gran nivel y fue un disparador, pero pienso que es porque uno disfruta como vive. Yo disfruté de Bahía Blanca y mi familia también. Disfrutaba de la gente, de el contacto, de los asados entre semana con amigos, de todo.

   --La campaña no empezó bien, pero terminaron en gran nivel.

   --Sí, tal cual. Nos costó acomodarnos, pero en el segundo torneo jugamos en un nivel altísimo. Me acuerdo que le decíamos a los chicos de Vélez, que venían de otra realidad y se encontraron con situaciones  la que no estaban acostumbrados, que esta era una gran oportunidad para volver a pegar un salto y muchos de ellos después hicieron una gran carrera. Se dieron cuenta que la tenían que pelear y en el Clausura se vio lo mejor del equipo tanto en lo colectivo como en lo individual. Nos hicimos respetar en todas las canchas.

   --Quién te dice que la próxima vez vengas como DT de Olimpo.

   --¡Ojalá! Lo que más quiero es que a Olimpo le vaya bien. Además ahora está el 'Cachorro' (Alejandro Abaurre), con quien fuimos compañeros en dos ocasiones, y el 'Pelado' Furios (Iván), con quien cada tanto hablo. Aparte, el Federal A es un torneo que nunca dirigí. Espero y ansío que este paso por esa categoría sea lo más corto posible para Olimpo y vuelva a la B Nacional. Los descensos seguidos golpean y es muy difícil levantarse.

   --Ironía del destino, estás atajando en los Seniors de Boca, cuando tal vez en tu mejor momento estuviste a punto de vestir esa camiseta en la era Carlos Bianchi. ¿Qué fue lo qué verdaderamente pasó?

   --Bianchi me llamó el mismo domingo que terminó el torneo. Ledo (Jorge) ya había dicho que me iba a comprar un porcentaje del pase para que me pueda quedar en Olimpo, porque en ese entonces esas cosas funcionaban diferente. Cuando me llama Bianchi para ir a Boca, me fui a la casa de Jorge para contarle. Yo tenía que viajar a la otra semana, y cuando me estoy por ir, pasó todo esto que hizo que se caiga el pase. Cuando volví a Olimpo, fui a hablar con Ledo y lo noté muy raro. Ahí me dijo que ya había cerrado con Gaona (Julio). Lógicamente, se había quedado sin arquero y tuvo que salir a buscar uno. Así fue como terminé de tener dos años fantásticos en Olimpo y de estar a un paso de Boca a jugar en la B Nacional con Chacarita, que era el dueño de mi pase.

Entre la pandemia y Villa San Carlos

   --¿Cómo estás llevando estos momentos de pandemia? Imagino que esperando el regreso del fútbol en algún momento…

   --Se ha hecho larguísimo y no hay nada que pueda reemplazar el día a día del entrenamiento con los jugadores. Acá, en La Plata, habilitaron para salir a correr hace un par de semanas y al menos eso es algo, pero se hizo y se hace eterno. Llegó un momento que ninguno aguantó más el entrenar por Zoom, entonces fuimos buscando otras dinámicas, como charlas con algún personaje del fútbol, un contacto más personal y algunas otras actividades para sacar a los chicos del encierro. Por suerte, ya estamos más cerca de empezar a entrenar.

   --A esta altura del año, todos creíamos que íbamos a estar transitando otra realidad.

   --La verdad que sí, pero además se empezó a complicar mucho todo el interior del país. Es un virus que se propaga muy rápido, muy contagioso. Hace un tiempo uno lo veía solo en números y hoy es tremenda la cantidad de amigos y conocidos que tengo que están contagiados, entonces es preocupante.

  --¿Cómo están como plantel y cuerpo técnico en estos momentos?

   --Nosotros tenemos un presupuesto casi acotado al ingreso de la televisión. Desgraciadamente, ese pequeño excedente que provenía de publicidades se ha caído, entonces lo que hicimos fue reducirnos un poco el contrato todos, de común acuerdo. Eso permitió que todos los jugadores continúen con contratos hasta fines de diciembre o la terminación del torneo. Salvo Germán Ré (se retiró por motivos personales), Wilson Altamirano (vencimiento de préstamo) y Matías Sproat (pasó a Brown de Adrogué), seguimos todos. Villa San Carlos es un club muy serio, con dirigentes que se ocupan de que no nos falte nada. Esa fue nuestra forma de llevar la situación. Hubo otros clubes de la misma división que actuaron de forma diferente, dejando libres a muchos jugadores.

  --Y ahora vendrán las suspicacias por la forma de definición de la B Metro.

   --El otro día hizo un poco de repercusión una declaración mía, donde dije que los posibles formatos de definición de los que se hablan no son justos, deportivamente hablando. Creo que en estas situaciones aparecen los vivos de siempre. Lo más correcto me parece liquidar las nueve fechas que restaban del torneo y se hace de forma justa. Todo se puede modificar, no nos olvidemos que el torneo pasado se decidieron los cinco ascensos a mitad de temporada. Si quieren lo pueden hacer.

   --¿Y vos cómo estás en Villa San Carlos en tu segunda temporada?
   --Estoy muy cómodo. Tenemos un lugar muy lindo para trabajar con un grupo de jugadores extraordinario. Nosotros pensamos que iba a ser un año de estabilización ya que ascendimos esta temporada, nunca pensamos ser subcampeones del Apertura. En el Clausura no habíamos comenzado tan bien, pero en los últimos partidos veníamos con un envión muy bueno, pero lamentablemente pasó todo esto. Y en lo personal, disfrutando de todo esto. Uno disfruta tener trabajo y que las cosas vayan bien.

Más allá del banco


   --Vos que tenés un tremendo recorrido como futbolista y DT, ¿qué difícil es el ascenso, no?

   --El ascenso es bravo, pero me gusta. La B Metropolitana es la categoría de la que salí, en la que me retiré, en la que empecé a dirigir y en la que estoy dirigiendo ahora, así que la voy a defender siempre. Me tocó dirigir en tres de las cuatro categorías del ascenso y siempre está esa característica del sacrificio, pero lo económico también es un problema de siempre. Yo estoy seguro que si no estuvieran las fronteras cerradas, dos mil jugadores del ascenso se hubieran ido a cualquier lado a ganar más que acá. Mi hijo (Matías), por ejemplo, está en el ascenso de Austria (es compañero de Said Llambay) y está muy cómodo en todo sentido. Encima se suma que muchos jugadores de ascenso trabajan como profesores en escuelas de fútbol o clubes y eso también se cortó.

   --¿Cómo fue tu experiencia dirigiendo a Atlético Huila en Colombia?

   --Muy linda. Me llevó Jorge "Patrón" Bermúdez, el mánager deportivo, que me había visto trabajar en Comunicaciones. Huila es un club que tiene una sede de entrenamiento muy lindo, algo que en Colombia no es muy habitual porque no muchos clubes tienen lugar propio para entrenar. Lástima que Jorge se volvió a los seis meses y tuvimos que venir, pero fue muy lindo. Es un fútbol muy rico técnicamente, con el calor y la altura como condimento constante. 

   "En la ciudad donde yo estaba, un día fresco era de 33 grados. Además, a las seis se hacía totalmente de noche. Por el calor y la luz, entrenábamos a la mañana muy temprano. La verdad que Colombia es un país muy educado, donde a los argentinos nos tratan muy bien. Si vos vas y trabajás con humildad, la gente te respeta. No pudimos llegar lejos en el torneo pero sí en la Copa Colombia", agregó Vivaldo.

    --¿Alguna vez estuviste cerca de dirigir en la primera división argentina?
   --No. Lo más parecido a eso fue cuando se habló de una chance en Chacarita, después del ciclo de Zielinski, cuando yo estaba en Temperley, pero la verdad que quedó ahí. Después tuve alguna que otra reunión, pero nada encaminado.