Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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La razón de la desesperación por el tabaco en Bahía

Mañana se celebra el Día Mundial sin Tabaco. La licenciada Laura Casali se refirió a los esfuerzos que realizan los fumadores para dejar de lado su adicción.

Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Por Pablo Andrés Alvarez / palvarez@lanueva.com

   Las largas colas en las veredas de los pocos comercios que cuentan con atados de cigarrillos son una postal ya habitual en nuestra ciudad y demuestran el grado de adicción y dependencia que genera el tabaco en las personas.

   La licenciada Laura Casali es coordinadora del grupo “Dejar de fumar Bahía Blanca” y especialista en este tema que tomó mayor notoriedad cuando se produjo desabastecimiento del producto y se generó una especie de psicosis en la población que aún hoy perdura.

   “El tabaquismo también es una epidemia mundial, que ocasiona muchísimas muertes. Y como toda acción, es una lucha diaria, fundamentalmente, contra la ansiedad”, manifestó Casali, quien hace más de 20 años ayuda a aquellas personas que pretenden dejar de fumar.  
   “El 70 por ciento de los fumadores quiere dejar de fumar. Pero no todos llegan a cumplir el proceso, que no es imposible pero tampoco es sencillo. Evidentemente, una situación de aislamiento como la que estamos viviendo, tampoco ayuda”, explicó.

   Aunque hay generalidades, no todos los tratamientos son iguales, aunque todos requieren un marco de contención psicológica para que tengan éxito. 

   “Hay pautas básicas universales para luchar contra el tabaquismo, pero lo que difiere en cada persona es cómo lleva a cabo esa decisión de dejar de fumar. Hay algunas personas que lo dejan de un día para el otro, que son las menos; otras que reinciden pero lo terminan dejando a largo plazo y muchas que no pueden conseguirlo”.

   --Como toda adicción, ¿son normales las recaídas?

   --Sí. Y en casos de aislamiento como es el que estamos viviendo, en el que hay mucha angustia, es posible que haya una gran cantidad de casos. Las estadísticas marcan que una persona tiene hasta cuatro recaídas antes de dejar definitivamente.

   “En ese sentido, lo importante es mantener viva la decisión de dejar de fumar y no sentirse derrotado ante la adicción, que genera una sensación de fracaso o de depresión”.

   Por eso es que se considera muy importante la contención psicológica. 

   “Hay muchos que intentan solos y no logran llevarlo a cabo. Por eso se recomiendan los tratamientos integrales, en el que encuentren apoyo en los momentos difíciles y también vean casos semejantes con los que se sientan identificados. El tabaquismo genera mucha dependencia psicológica, y por eso es tan difícil abandonarlo”. 

   --¿Sirvieron las medidas de no dejar fumar en espacios privados?

   --Sí, claro. Socialmente ya no es bien visto el fumador. Y eso ha colaborado en bajar el consumo. Pero sigue siendo una droga legal y social, por lo que es difícil combatirla.

   --¿Es verdad que cuesta más mantenerse sin fumar que dejar?

   --Sin dudas. Y allí empieza a tallar la importancia de la ayuda psicológica en los casos. No muchos logran superar por si solos el famoso síndrome de abstinencia. El primer mes es crucial. Simultáneamente hay que trabajar en el vínculo que la persona tiene con el cigarrillo. Generalmente es una relación que lleva muchos años. Y en muchos casos, el cigarrillo fue el compañero de malos momentos de esas personas. Y esa persona está alienada, por lo que sólo piensa en fumar.

   --¿Eso justifica las colas y pagar precios desorbitantes por un atado de cigarrillos?

   --Sin el cigarrillo, esas personas se sienten solas, como que les falta algo en sus vidas. Y hacen cosas que son irracionales para cualquier otra persona que no fuma. Su cuerpo necesita esa droga. Por algo es más adictiva que la heroína.

   --¿Hay que estar preparado para dejar de fumar?

   --Sí, es absolutamente necesario. La idea tiene que estar madurada y no nace de un día para el otro. Cuando eso sucede, hay que fortalecer esa decisión a través de los vínculos. A partir de allí, esa persona va superando distintas etapas hasta llegar al fin del proceso. Este es un proceso en espiral ascendente, en el que hay varios lapsos en los que se vuelve atrás, pero lo importante es conseguir que esa persona nunca vuelva al principio, en que su dependencia al tabaco era total.

   –¿Una cuarentena es un momento propicio para dejar de fumar?

   --Se puede, pero no parece el escenario ideal. La incertidumbre, la ansiedad, la depresión, son cuestiones que juegan a favor del tabaco. Pero todo depende de la personalidad de cada persona y de la contención que tengan. Imagino que el porcentaje será mayor de los que retrocedieron que los que lograron avanzar. 

   “El lado positivo es que quizás esta pandemia, que afecta mayormente a la gente que tiene problemas respiratorios, haya sembrado la semilla de la concientización en la gente y muchos empiecen a analizar la conveniencia de dejar de fumar”, se esperanzó Casali.