En tiempos de la pandemia, la hora de las ciclovías en Bahía Blanca

Redacción de La Nueva.

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Mario Minervino

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   Hace cinco años, en agosto de 2015, una audiencia pública con once expositores y pocos asistentes terminó de convalidar en nuestra ciudad la propuesta municipal de construir 20 kilómetros de ciclovías, buscando generar circuitos que alienten el uso de la bicicleta como medio de transporte.

   Muy poco de ese proyecto se ha concretado y su avance es habitual generador de cuestionamientos a su utilidad, a su trazado y a la inconveniencia de destinar dinero a ese tipo de intervenciones.

Fotos Rodrigo García - La Nueva

   Ahora el Covid-19 ha sumado un argumento adicional para justificar la obra, al convertir a la bicicleta en una alternativa por demás adecuada –en determinadas distancias y recorridos— para mantener el distanciamiento social exigido.

   “Hemos tenido muchos pedidos para que avancemos con esta obra. Así que elaboramos un proyecto de 7 mil metros de extensión, más económico que el original, para ponerlo en marcha a la brevedad”, señaló Tomás Marisco, secretario de Movilidad Urbana y Espacios Públicos del municipio.

   El presupuesto  asignado es de 7 millones de pesos, con mano de obra aportada desde el área de tránsito.

   El trabajo consiste en asignar una franja de la calle para uso exclusivo de las bicicletas, marcada con pintura, separada del tránsito vehicular con bastones plásticos o mediante un carril destinado a estacionamiento, según el caso. Donde haya ciclovías la velocidad máxima para los automóviles será de 30 km/h.

   Los recorridos

   El trazado a desarrollar es el que se viene considerando desde 2015. Incuye la avenida Cerri, desde Darwin hasta Montevideo; Montevideo, desde Cerri hasta Beruti; el eje Beruti-Castelli, entre Montevideo y Gorriti; el eje 19 de Mayo-Gorriti, entre Urquiza y Castelli y Lavalle/España, desde Beruti hasta Corrientes.

   Se intervienen además 46 cruces de calles y se colocan 177 señales de tránsito.

   La expectativa del municipio es, en una segunda etapa, extenderlos hasta enlazar el microcentro con las plazas de Villa Mitre y del barrio Noroeste.

   Volver a las fuentes

   Por Aldo Braccini, presidente del Colegio de Arquitectos, Distrito X

   Lo que pretenden las ciclovías es que se vuelva a usar la bicicleta como medio de transporte. Hace algunas décadas era habitual ir a la escuela y al trabajo en bicicleta.

   Tenemos que recuperar aquel uso. Es cierto que en esa época había menos autos y más seguridad. Por eso necesitamos carriles diferenciados para bicicletas que vinculen barrios y permitan llegar al centro.

   Hay que entender que es posible la convivencia entre auto y bicicletas sin que se establezca una competencia. También hay que enlazar centralidades, universidades, escuelas y barrios. Es una cosa maravillosa poder compartir de ese modo ciudad. El Covid es la excusa para instalar las ciclovías, pero es un proyecto urbano que va a jerarquizar la ciudad.

   Hacerlo de manera inteligente

   Por Alejandro Di Chiara, presidente Colegio de Ingenieros, Distrito I

   Si, como indican los epidemiólogos, el virus llegó para quedarse, deberemos cambiar algunos hábitos cotidianos. Entre ellos, la forma en que nos transportamos.  Por eso, alentar el uso de la bicicleta es una opción que asoma con posibilidades inmediatas de instrumentación y capaz de generar, además, un hábito saludable y un medio sustentable.

   Pero para eso debe hacerse en forma inteligente, con el Estado municipal convocando al trabajo en equipo, citando a los diferentes actores con incumbencia en el desarrollo del transporte en el ejido urbano.

   La escala de nuestra ciudad permite que este medio de transporte pueda ser utilizado como alternativa, de un extremo al otro de la zona urbanizada.