Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

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Una familia se quedó sin changas y se fue a vivir al parque Independencia

"Queremos un lugar que podamos ir pagando de a poco", dijo la pareja. Desde el Municipio indicaron que se están ocupando del caso.

Fotos: Pablo Presti-La Nueva. / Video: Belén Uriarte

   Por Belén Uriarte / buriarte@lanueva.com

 

   El parque Independencia está cerrado, pero en su interior hay vida.

   Dos de las construcciones donde antes dormían animales del zoológico están habitadas: en una vive una familia de 5 personas y en la otra un joven.

   Sol y Martín, que ocupan una de esas casas, tienen tres hijos de entre uno y cinco años. Cuentan que hace dos meses alquilaban en Villa Hipódromo, pero tuvieron que irse porque la plata no les alcanzaba. Desde entonces viven en el parque y su situación económica se agravó por la pandemia.

   Ella tiene una pensión y los dos se dedican a la venta ambulante: cuando podían salir iban en colectivo hasta el centro y luego recorrían a pie la avenida Alem hasta el Parque de Mayo.

   —Hacíamos plata: juntábamos lo necesario para trasladarnos y comer —dice Sol al lado de una montaña de ropa que le acercaron decenas de bahienses que conocieron su historia luego de que un vecino la contara por redes sociales.

   Martín, a su lado, indica que la gente les acercó de todo y calcula que la mercadería les va a alcanzar para más de un mes. La ropa aún está en la fase de clasificación: la pareja asegura que todo lo que no les sirva lo van a llevar al merendero del barrio.

   El sol de mediodía se hace sentir. Mientras la pareja relata su historia, sus hijos se asoman por la puerta y salen tímidamente. Corren por el pasto, toman alguna que otra prenda y corren a los brazos de sus papás. Desde hace dos meses ese inmenso terreno cubierto de pasto se convirtió en su patio.

   La casa es una construcción vieja. Sol cuenta que el techo se llueve y que tuvieron que colocar una frazada y un nylon en una de las aberturas para contener el viento. Por ahora no pasan frío: si bien no tienen gas cuentan con luz y se trajeron un par de estufas eléctricas. Tampoco tienen baño: atrás de la casa colocaron una chapa para cubrirse al hacer sus necesidades y usan fuentones para bañarse.

   —Hace unos días no teníamos papel higiénico y nos arreglábamos con lo que podíamos. Ahora tenemos porque nos donó la gente de Bahía, que es muy solidaria —dice Sol y luego muestra el interior de la casa, donde se apilan donaciones y elementos de cocina.

   Ni Sol ni Martín se sienten cómodos en el parque: cuentan que se acercaron autoridades para comunicarles que no pueden estar ahí y ofrecerles un alojamiento temporario, pero no se fueron porque temen que después de ese tiempo otra vez tengan que volver a la calle. Dicen que ahí al menos pueden conservar sus cosas.

   Aseguran que no buscan que les regalen nada sino un lugar que ellos puedan ir pagando poco a poco, con las changas post cuarentena.

   Ese también es el deseo de Alejandro, un joven que vive en otra de las casas del parque —que cuenta con baño y todos los servicios—, y se suma a la charla de sus vecinos. Dice que trabaja como distribuidor de manera informal y que si bien tuvo un pasado conflictivo, quiere conseguir un lugar propio donde formar una familia.

   Desde Políticas Sociales le confirmaron a La Nueva. que el Servicio Social y Niñez intervinieron y que siguen trabajando para llegar a una solución dado que quienes permanecen en el parque no aceptaron ninguna de las alternativas ofrecidas.