Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Fue a comprar pan y fiambre y a los 30 minutos volvió a robar: lo condenaron

Alexander Peralta recibió 5 años y 2 meses de prisión por ese hecho y un delito anterior. El asalto se produjo en el barrio Vialidad. 

 

   A veces es difícil (o imposible) entender cómo tracciona la "cabeza" de un delincuente, al menos desde lo que podemos llamar lógica razonada.

   ¿Puede alguien en sus cabales -o no estimulado por alguna sustancia- cometer un asalto en el mismo negocio que, media hora antes, lo tuvo como cliente? Sí, puede.

   Esto pasó en el barrio Vialidad de Ingeniero White, con el agravante de que el autor del hecho es vecino de la zona y "conocido", según dicen los testigos que lo señalan como integrante de la autodenominada banda Los Jaime, que tendría a mal traer al sector.

   Como era de esperar fue tan rápida la detención como la resolución judicial del caso.

   En menos de un año, porque el robo con armas se cometió la noche del domingo 9 de junio de 2019, Alexander Bahiano Peralta (19) recibió una condena a 5 años y 2 meses de prisión.

   La pena -de 4 años- que le impuso el Tribunal en lo Criminal Nº 3 por el robo fue unificada con una anterior, en suspenso, que recibió por golpear y amenazar a su expareja.

   Quedó claramente probado que fue Peralta quien, a punta de pistola, se llevó más de 5 mil pesos de la despensa ubicada en Maestro Piccioli 3034, aquella noche otoñal del año pasado, luego de reducir a un empleado.

   "Dale, dale guacho, dame toda la plata que tengas, dale, dale que sino te voy a matar...", le advirtió al trabajador, que media hora antes lo había atendido cuando -con otra ropa y acompañado por un hermano- había llegado a comprar fiambre, pan, vino y gaseosa.

   Al momento del delito tenía el rostro tapado con un buzo, aunque al sacar el arma de la cintura, la prenda se le corrió y su rostro quedó a la vista de todos.

   Una vez que se escapó con el botín, el empleado -no se lo identifica para preservar su seguridad- se comunicó con el dueño del local y, más tarde, junto a su patrón, revisó el Facebook e identificó al ladrón bajo el perfil Bahiano Jaime.

   Los dos lo identificaron como una "persona muy conflictiva en el barrio", que integra una barra "que se hace llamar los Jaime, muchos de los cuales son hermanos y primos".

Cruces y amenazas

   Las características sorprendentes del caso continuaron. El empleado de comercio volvió a cruzarse con el asaltante al menos tres veces casi sucesivas.

   Una fue el domingo siguiente, cuando compartieron un colectivo de la 500, camino a White; otra, 48 horas después, en una parada de micros y un día más tarde, en Daniel de Solier al 2500, donde Bahiano supuestamente lo amenazó: "hijo de puta, hijo de puta...", le dijo.

   Con el dueño del negocio también actuó en forma intimidante. Primero le arrancó la cámara de seguridad del local, al enterarse que las imágenes habían sido difundidas por un canal de televisión, y después también lo amenazó.

   Es que viven a 100 metros de distancia y un día le paró la camioneta en la calle y le dijo que retirara la denuncia porque, de lo contrario, "lo iba a cagar a tiros" porque "se la tenía jurada".

   El comerciante le pidió que le devolviera el dinero y la cámara para dejar todo como estaba, pero solo le devolvió esto último.

   En la indagatoria Bahiano negó su intervención en el hecho. Sí reconoció que había ido a comprar poco antes del atraco, pero que después cenó en familia y sobre las 22 se fue a jugar al fútbol.

   Adjudicó la acusación a un problema previo con el dueño del negocio, a quien le había hecho un trabajo de pintura que no quedó bien.

   "Me pagó solamente una parte y a partir de ahí me tomó bronca y cuando pasó lo del robo me quiso 'engarronar'", dijo.

   El joven reconoció haberse llevado la cámara, pero que lo hizo porque el denunciante lo culpaba.

   "Esta versión no se sostiene pues quien lo reconoció como el responsable fue el empleado, quien no manifestó -ni él ni el procesado- haber tenido inconvenientes previos, por lo cual alegar que ...(el dueño) le tenía rencor y que por eso su empleado lo señaló como quien ingresó armado es incongruente", dijo la jueza Daniela Castaño.

   En el fallo también se dejó constancia que al momento de la compra, Bahiano le preguntó insistentemente al empleado dónde estaba el dueño y a qué hora venía, con la clara intención de que no estuviera más tarde, puesto que se conocían.

   En consecuencia, la justicia consideró probada la autoría y penal responsabilidad de Peralta en el hecho y lo condenó por robo agravado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no se pudo acreditar.

Atacó a su expareja y la amenazó

Poco antes. Menos de un mes antes del asalto, Alexander Peralta había sido aprehendido por un incidente con su expareja. Fue el 18 de mayo de 2019.

Cuchilla. Ese día llegó hasta Chaco al 700, amenazó con una cuchilla a su ex, de 23 años, y también la golpeó.

Detención. Un aviso al 911 alertó a la policía, que pudo atraparlo poco después.

Sanción. Ya unos días después del robo, el Juzgado de Garantías Nº 4 le impuso una pena de 1 año y 6 meses de prisión de ejecución condicional, pro violación de domicilio, lesiones leves agravadas y amenaza con armas. Con esa sanción se unificó la que acaba de imponerle el Tribunal en lo Criminal Nº 3.