Mejorar el sector del paseo costero, una deuda pendiente
Los visitantes al lugar, ubicado en cercanías al balneario Maldonado, se quejan por su mal estado.
Por Pablo Andrés Alvarez / [email protected]
La quema de neumáticos, el mal estado de la calle de acceso, la escasa luminosidad y el depósito de residuos en forma indiscriminada, son algunas de las quejas de los habituales asistentes al denominado Paseo Costero.
El sueño de muchos bahienses de tener un lugar de cara al mar, sin intervención de las industrias, recibe, por ahora, más promesas que certezas.
Luego de que en enero de 2013 se inaugurara un bulevar asfaltado de 300 metros de extensión, un estacionamiento al final del recorrido y un malecón de borde para hacer frente al oleaje, poco se hizo para que los muchos amantes de la pesca y el avistaje de aves pudiera disfrutar del lugar.
Desde la década de 1950, parte de los terrenos municipales en los que hoy se emplaza el parque Almirante Brown funcionan como un basural a cielo abierto.
En el macizo ubicado en cercanías del balneario Maldonado, también conocido como “La Quema”, es habitual la práctica del depósito masivo de residuos, tanto orgánicos como inorgánicos. Aunque últimamente se está haciendo habitual otra actividad, no menos contaminante, y que molesta sobremanera a los visitantes del Paseo, que es la quema de neumáticos.
“Estimo que lo hacen para sacarle los alambres y luego venderlos. Obviamente que no pretendo que se prohíba, porque seguramente debe ser el sustento de algunas familias, pero es algo contaminante para el medio ambiente, al igual que la basura que tiran en los alrededores”, señaló Cristian Heim, uno de los habituales asistentes al sector ya que es un apasionado de la pesca y del avistaje de aves.
Y agregó: “Cuando hay viento del sudeste, el olor y el humo es insoportable. Te tenés que ir, porque es imposible respirar. Por eso considero que es positivo hablar con esa gente y capacitarlos para que lo realicen en lugares apropiados”.
Incluso, la calle de acceso ya está negra, debido a la gran cantidad de cubiertas que queman.
“Es una lástima, porque el lugar es muy utilizado por bahienses que le gusta la pesca y no tienen otra opción para despuntar el vicio. En particular, he visto mucha gente tirando todo tipo de basura sobre los costados de la calle de acceso”, manifestó José Almirón, otro pescador aficionado.
En 1978 se decidió el emplazamiento del Parque Marítimo Almirante Brown, donde poco después se instaló el Club de Pesca y Motonáutica Almirante Brown, pero recién en 2006, a través de una ordenanza municipal, se declaró el sector del frente costero como “Reserva Natural Costera Municipal de Objetivo Definido”. A partir de 2011, mediante la sanción del Decreto Provincial N° 469/11, la reserva se incorporó al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas.
En ese contexto, se oficializó desde el gobierno municipal el inicio del proyecto denominado “Frente Costero Marítimo de Bahía Blanca”, en el marco del Plan de Desarrollo Costero Portuario Recreativo, el cual contaría con un presupuesto de 10 millones de pesos aportados por la provincia de Buenos Aires y se desarrollaría en tres etapas.
La primera contempló la inversión de 3,4 millones de pesos para la construcción de un paseo en boulevard asfaltado de 300 metros de extensión, un estacionamiento al final del recorrido y un malecón de borde para hacer frente al oleaje.
En 2012, a sólo un año del inicio de obras, se produce el cese en la remisión de los fondos provinciales y se cancela definitivamente el desarrollo de las etapas subsiguientes.
Finalmente, las obras se inauguraron en enero de 2013, con serios inconvenientes para el acceso y disfrute público que perduran hasta la actualidad.
“El camino, que deben ser cerca de 2 kilómetros sin asfaltar hasta llegar al bulevar, es intransitable los días de lluvia, y también los posteriores”, manifestó Jorge Castro.
No existe tampoco señalización vial en el camino de circunvalación que indique el ingreso al área protegida.
“Acá venimos solamente los que conocemos, pero es una pena, porque es un lugar muy lindo para visitar. Y de noche es peligroso, porque prácticamente no hay luces”, añadió Castro.
Por otro lado, la ausencia de controles efectivos facilitó la reaparición de las antiguas prácticas de vertido ilegal de basura en este sector, retrotrayendo el estado ambiental de la reserva a su situación previa a las tareas de saneamiento.
“Hace un tiempo que están viniendo camiones y una pala para retirar la basura, pero si nadie controla, siguen tirando”, opinó Esteban Settembrino.