Abuso: el chico discapacitado que "pudo" con su "tío enfermo"
Gastón, a los 13 años y con un retraso madurativo, logró romper la barrera que siempre imponen los abusadores. La clave de las charlas sobre educación sexual en las escuelas. Hoy el acusado está con prisión preventiva.
Juan Pablo Gorbal / [email protected]
Primero fue en su casa en Punta Alta, cuando hacía la tarea de inglés. Después, mientras jugaba a la Play II en lo de su abuela. Y una vez más en el auto de él, durante un festejo de Navidad.
Gastón sobrellevó como pudo el dolor, pero no el de las marcas físicas sino el psicológico, el de la traición de quien debe cuidarte y te arrasa el campo emocional con un arma absolutamente desconocida para un chico de 11 años, visiblemente vulnerable por un retraso madurativo.
Fueron casi dos años (desde 2015 hasta principios de 2017) de hechos agraviantes. Pesadillas recurrentes en sentido real: Gastón confesó en la cámara Gesell que cada vez que lograba conciliar el sueño aparecían esas imágenes terribles, las de su "tío enfermo".
"...No me sale otra forma de decirle, no sé si degenerado o enfermo. Es el esposo de mi tía", amplió ante la psicóloga.
Para llegar a ese ansiado momento de desahogo, antes tuvo que romper el pacto de silencio que todo abusador impone sobre una víctima menor.
Tenía 13 años y estaba en la secundaria. ¿La clave? una charla sobre educación sexual que brindaron especialistas de la Asociación Civil Involucrate.
Gastón se quebró y pudo liberarse de la mochila.
Más de 700 denuncias por año
Cada vez más chicos aprovechan el espacio escolar para canalizar esa angustia: el abuso sexual intrafamiliar, considerado uno de los delitos más traumáticos por su carácter sorpresivo y secreto, por la ruptura repentina que genera con vínculos de afecto y por la sensación en la víctima de un vacío a partir de la falta de sostén de quienes deben protegerla.
Bahía y la región tienen una de las tasas más altas de delitos sexuales: en los últimos tres años (2016/18) se denunciaron, en promedio, más de 700 casos.
De ahí la importancia del trabajo en red y de la organización de talleres escolares, donde los alumnos afectados encuentran en los disertantes la llave para abrir ese doloroso cofre que generalmente permanece cerrado en el ámbito familiar.
La justicia le creyó a Gastón. Contrariamente a lo que sostenía la defensa de su tío, que no había pruebas y la acusación se basaba solo en sus dichos.
La Cámara Penal, hace algunos días, confirmó la prisión preventiva del hombre, que tiene domicilio en Bahía y es dueño de una fábrica familiar heredada de su abuelo. No se lo identifica para preservar la identidad de Gastón, que en esta nota, por la misma razón, lleva un nombre ficticio.
No solo la versión de la víctima
Los jueces Gustavo Barbieri y Pablo Soumoulou dieron impulso para que chicos como Gastón se animen a denunciar.
Consideraron que el testimonio de la víctima es "de singular importancia" y que la falta de testigos presenciales "no afecta el peso que debe asignarse a sus referencias", desde que existen otros medios de convicción para completar.
¿Cuáles son esos otros medios? La segunda declaración, dada en la cámara Gesell, fue coherente y concordante con la primera, luego de la charla en la escuela.
"En todo momento se refirió a su tío como 'el enfermo'...'no me sale otra forma de decirle, no sé si decirle degenerado o enfermo'", relató en la sala ambientada.
También la conclusión de las pericias psicológicas a cargo de Daniel Canosa y Bárbara Rigoni y el informe psicopedagógico de la licenciada Marcela Moreno. Todos coincidieron en el relato "lúcido, cronológico y ubicado en tiempo y espacio" de Gastón.
"…Descriptivo, lineal, con un lenguaje simple y una estructura lógica, despojada de contradicciones ni características de fabulación", agregaron.
Un indicio negativo contra el acusado fue su negativa -sin justificación alguna- a someterse a la pericia psicológica en la Asesoría Pericial departamental, lo cual impidió reforzar su hipótesis de descargo acerca de que no fue autor de los abusos.
Gastón sufrió los signos del estrés postraumático. Además de las pesadillas, se agravaron su síndrome disatencional e hiperactividad.
Y su "tío enfermo" seguirá preso, al menos hasta el juicio.
La Cámara consideró que existen riesgos procesales en caso de liberarlo, teniendo en cuenta las características y gravedad de los hechos y la pena en expectativa, que es de cumplimiento efectivo.
"Se están animando a hablar"
La organización Involucrate fue la responsable de que Gastón pudiera hablar.
En una de sus habituales charlas en escuelas de Punta Alta, el chico rompió el silencio, una conducta cada vez más habitual.
La psicóloga Eliana Sigot, una de las disertantes de la Asocación Civil desde 2015, reconoció que "se están animando a hablar cada vez más".
Según el nivel educativo de los chicos, cambia la metodología de la charla.
"Antes de cada charla les comentamos a las autoridades de la escuela o a los equipos que tienen que estar preparados porque siempre 'se destapa una olla'. Un chico puede contar algo en el momento o después, al tiempo. En las charlas se dan cuenta de que mucho de lo que veían como natural no lo es", advirtió.
Involucrate organiza los encuentros según la edad. Hay para chicos de primero, segundo y tercer grado y otro para los de cuarto, quinto y sexto del nivel primario. Lo mismo sucede con la secundaria.
No solo disertan en Coronel Rosales, también lo hacen en Bahía y buscan extenderse, en la medida que la actividad particular de cada integrante lo permita.
"Con los nenes más chiquitos hacemos canciones, mostrando las partes del cuerpo y explicamos cuáles son las partes íntimas a través de dibujos. Les vamos dando herramientas básicas para que conozcan y puedan denunciar. En cuarto, quinto y sexto ya es más complejo y así progresivamente con la secundaria, donde también avanzamos hacia grooming, algunos videos fuertes y casos disparadores, como el de Micaela Ortega", explicó Sigot.
Las charlas en las escuelas, clave para que los chicos denuncien abusos.
La profesional reconoció que en el medio de las charlas muchas veces observan conductas insinuantes: "lo vemos en determinadas preguntas o en el alumno que se mostró incordioso y no paró de moverse o aquel al que se le llenan los ojos de lágrimas".
"Los menos ofrecen resistencia, la mayoría de los chicos se engancha. Y tenemos algunos que incluso se largan a hablar en el medio de la clase, como una chica que reconoció que su abusador vive en la misma cuadra y que lo tiene que ver todos los días", explicó.
"Casi siempre sale un caso de abuso o violencia"
Como Involucrate en Punta Alta, el equipo interdisciplinario de la comisaría de la Mujer de Bahía Blanca también observa que las charlas sobre educación sexual en las escuelas son eficientes como disparador de denuncias.
Letizia Tamborindeguy, integrante de ese cuerpo, destacó como clave el valor preventivo de los encuentros con niños y adolescentes en las escuelas.
"Muchas veces, la unica manera de darse cuenta de que lo que están viviendo no está bien es hablando, confrontando con los datos concretos que brindamos, para lograr visibilizar hechos, situaciones, actitudes, prácticas. El impacto de la información que reciben de alguien de 'afuera' puede ser tal como para movilizar, atravesar y romper ese temor o amenaza", sostuvo.
Ante cada "impacto de información" tienen, como mínimo, un menor que consulta, pregunta, cuenta o pide ayuda.
"La falta de información en nuestros chicos genera estragos, porque hay situaciones que se podrían evitar o cortar mucho antes. Es fundamental el compromiso del sistema educativo ante la posibilidad de detectar un posible caso de violencia, que no duden en hacer la denuncia", afirmó Tamborindeguy.
La licenciada en Trabajo Social dijo que no hay estadísticas específicas, pero "se están dando cada vez más" los casos que salen a la luz.
Ellos trabajan con chicos de 13 años en adelante (nivel secundario) en noviazgos violentos, maltrato familiar, abuso, grooming, bullying y diversidad sexual.
"En la mayoría de las charlas sale algún caso de abuso o violencia. Al estar al frente uno ve los rostros y las posturas. Hay chicos que cambian la cara, que lloran y muchos que te esperan a la salida para consultar. La idea es mejorarles su calidad de vida y que sepan que otra forma de vivir es posible", dijo.
Las instituciones interesadas en recibir capacitaciones desde el equipo interdisciplinario de la comisaría de la Mujer pueden pedirlo por nota formal a la sede policial de Berutti 664 o consultar al teléfono 4558762.