Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

"Uno se acostumbra a no mirar las cosas que están todo el tiempo"

Mario Minervino recorrió el Banco Nación y destacó la importancia de este edificio histórico.

   El periodista de La Nueva. e ingeniero civil Mario Minervino recorrió el edificio del Banco Nación a un año del incendio y habló sobre su arquitectura e importancia para la ciudad. 

   "Es un espacio único, de muchísima historia como institución bancaria pero también como aporte arquitectónico al centro de la ciudad", dijo Minervino, también miembro de la Comisión Asesora para la Preservación del Patrimonio Arquitectónico, Urbanístico e Histórico del Partido de Bahía Blanca, integrada por colegios profesionales, universidades y otras entidades. 

   Contó que el edificio, inaugurado en 1921, "está en una situación muy agresiva para las instalaciones porque está abierto en la parte superior, no tiene cubierta".

   "Es fácil ver la agresión que está sufriendo por parte de plagas como son las palomas, en el caso de lluvia; es decir, un edificio que está a la intemperie, a la acción del clima, así que en ese sentido es una situación preocupante. Sabemos que se están empezando a hacer algunas obras fuera del edificio para reconstruir la cubierta, un paso trascendental para la preservación", aseguró.

   Minervino indicó que "desde el punto de vista histórico es un edificio muy particular: está diseñado con estilo de arquitectura propio de lo que era la arquitectura bancaria de fines del siglo XIX, donde aparecen edificios muy compactos, muy cerrados, porque la idea era transmitir seguridad a los clientes de la entidad. Acá se garantizaba la seguridad del dinero, era un banco cofre, así se lo definía. Y la escala del edificio es monumental, está pensado en el poder del dinero". 

   "Es una arquitectura bancaria única, está inventariada como bien patrimonial de nuestra ciudad, y es un edificio que hay que preservar y recuperar por cualquier medio porque es un símbolo de la Bahía Blanca de principios del siglo XX, del poder que iba teniendo y de cómo los bancos iban reconociendo a este sector como uno de los más poderosos del país, de hecho esta sucursal es la más importante que el Banco Nación construyó en el interior del país, entre más de 700 sucursales que llevó adelante", destacó. 

   —¿Qué recordás de la madrugada del incendio y por qué razones se prendió fuego esta estructura?

   —Si bien hay una investigación judicial, se dice que el día del incendio hubo una pequeña señal primero, que se llamó a los bomberos, algún vecino hizo una denuncia, pero aparentemente los bomberos vinieron y ya estaba apagado el fuego, no pasaba de una alarma, así que se fueron, lo cual fue vital porque a las dos horas se volvió a desatar el incendio, que en principio fue en una caldera o en un tablero eléctrico. De todas maneras estaban los dos ubicados en el mismo sitio, lo que da cuenta de la falta de adecuaciones de algunas cuestiones del banco porque la caldera y el tablero estaban en la cúpula, que hoy es un lugar claramente inconveniente porque la cúpula tenía estructura de madera, de hierro, que toma fuego con facilidad. 

   Una vez que se desató el incendio era un lugar muy complicado para acceder, se demoraron en poder lograrlo y además el banco carecía de una instalación de incendios adecuada. Esa es una crítica bastante fuerte al banco que uno espera que en esta adecuación que se va a hacer del edificio ese tipo de situaciones se resuelva. Con una adecuada instalación de incendios, con un detector de humo, seguramente se hubiera podido controlar más rápido. 

   Estas obras siempre son una oportunidad para modernizar al banco, para considerar nuevas adecuaciones, seguramente todas las instalaciones se van a hacer nuevas; pero siempre es interesante respetar el edificio original, que es el criterio que manifestaron las autoridades del banco, en cuanto a sus espacios, a sus formas. Y adecuarlo y modernizarlo, pero sin ser agresivos. 

   Se perdió un ascensor que era original del edificio, quedó destruido, por ahí se puede recuperar aunque sea para mostrarlo, y hay otros ascensores que se han salvado. Después hay que ver cómo lo van a equipar también porque mucho del equipamiento original resultó dañado, pero eso es más fácil de resolver: no necesariamente tiene que estar el mobiliario original porque se entiende que el sistema de uso de los bancos va evolucionando. 

   —Más allá de los cambios obligados, ¿qué otros cambios se pueden dar?

   —A mí me parece interesante que también se atienda el tema de la fachada del edificio, que quedó bastante a salvo del incendio. Es una fachada con muchos ornamentos, con esculturas, pero para mí no está bien que se la haya pintado de blanco porque este edificio originalmente tenía un revoque que se lo llama simil piedra, que es un color miel, como el que tiene el Palacio de Tribunales, que es vecino al Banco. No es difícil hacerlo, entonces tal vez sería una buena oportunidad para realizar el revoque original del edificio y recuperar ese tono a través de alguna pintura, de un material. 

   Sería interesante también algún tratamiento lumínico: estos edificios de noche cuando tienen una buena escenografía de luces luce muchísimo. En muchas ciudades se ve la posibilidad de que los edificios de noche tomen otra vida. A veces están hasta las doce de la noche y se apagan, pero no importa; el centro de Bahía creo que ganaría mucho con ese tipo de intervenciones. Aprovechando que se va a hacer una obra tan importante como es recuperar este edificio, también potenciarlo, me parece que esto sería una buena decisión.

   —¿Sería interesante que el bahiense se acerque un poco más y le dé otro valor al banco?

   —Estuvo muy bueno entre comillas lo del incendio porque es increíble como el edificio apareció en escena pese a que uno dice “bueno, estuvo siempre”. Pero a veces uno se acostumbra a no mirar las cosas que están todo el tiempo. El incendio hizo que se prestara atención, que se levantara la vista. 

   La arquitectura de una ciudad muchas veces se reconoce cuando uno mira más arriba que abajo porque abajo aparece todo lo comercial, pero arriba quedan las huellas de los edificios.Habría que abrir más el edificio a la gente, como se hace en otras ciudades, que hubiera alguna visita guiada o posibilidad de conocerlo en detalle, de ir a los pisos superiores, porque al banco entran los clientes y en general no pueden pasar de un sector de atención al público. Cuando la gente reconoce un edificio lo toma más como propio, lo cuida más, lo defiende más. Así que bueno, una propuesta no solo para este edificio sino para muchos edificios de la manzana fundacional que están en este lugar es muy bueno poder recorrerlo, uno se sorprende de la escala, los lugares, los balcones. Ojalá uno pueda conocer y defender más estos lugares.

   —¿Cuáles son esos otros edificios a los que el bahiense debería acercarse un poco más?

   —Todos. La Municipalidad es un edificio para visitar y conocer en detalle, la Biblioteca Rivadavia, el Club Argentino, el Palacio de Tribunales, que es un edificio magnífico al que uno va cuando tiene una situación judicial particular y en realidad son lugares para conocer, para recorrer. Si son bienes patrimoniales es porque tienen un valor para la ciudadanía, entonces es bueno que esa ciudadanía pueda reconocerlos, visitarlos, tocarlos, entenderlos, así que ojalá que se pueda aprovechar esta oportunidad para eso.

   —¿Cuánto se puede tardar como mínimo para reconstruir todo?

   —Es una obra que demanda mucho tiempo. Si yo te hablara de 5 años no resultaría ilógico, pero puede tardar 10 como puede tardar 3. Depende del flujo de dinero que se necesite, de la decisión política del banco, de la atención que le presten al edificio o no porque esto es dinero que va a venir de la casa central. En principio lo van a cerrar, después viene las partes de las instalaciones que van a reconstruirlas y después vendrá la intervención de pisos y cielorraso y pintura y después el amoblamiento. Yo creo que no va a ser una obra de menos de 3 años, 4 o 5, tenemos que tener mucha paciencia. Lo importante es estar encima la ciudad, la sociedad, los poderes para que la obra no se pare nunca y siempre se esté haciendo algo, entonces en algún momento se va a terminar. 

   —Tras el incendio, ¿cómo creés que quedó el centro bahiense que es muy criticado desde lo visual?

   —Se sumó a una serie de hechos desafortunados. En la esquina estaba el edificio de la Aduana, que lo taparon con un cerco protector, no es que se estén haciendo obras, simplemente el estado del edificio es tan malo que decidieron cercarlo para que la gente no pase cerca. La Escuela 2 está cercada, que está a dos cuadras, en calle Vieytes. El edificio del Banco Hipotecario está cerrado desde hace 10 años, lo que era el centro de compras de Colón y Brown está cerrado hace 10 años. Por el club Argentinos es un riesgo caminar porque se caen las tejas y el revoque. El Banco Nación, que es por otras circunstancias, un incendio, vino a sumarse a una serie de descuidos, falta de atención, falta de recursos para cuidar los edificios patrimoniales de la ciudad. Los bahienses nos acostumbramos, pasamos y ni prestamos atención, pero cuando viene alguien de afuera y en lugar de maravillarse con la arquitectura que tenemos se encuentra con todos esos edificios cercados y los cercos llenos de publicidad, da vergüenza el centro que tenemos. 

   Ojalá cambie la mentalidad, las posturas y haya una política de destinar un presupuesto para mantenimiento y cuidado de los edificios.

 

Producción y edición de la cobertura de La Nueva. a un año del incendio: Sofía Frugoni, Belén Uriarte, Brenda Ghiberti, Matías Mugione, Francisco Villafáñez, Mario Minervino, Pablo Presti y Damián Vallejos.