Bahía Blanca | Lunes, 18 de marzo

Bahía Blanca | Lunes, 18 de marzo

Bahía Blanca | Lunes, 18 de marzo

Según el INDEC, en todo un año no hubo creación de empleos en Bahía Blanca

Los últimos datos oficiales demuestran que la cantidad de conciudadanos con un trabajo pago no se sufrió modificaciones en un año, a pesar del crecimiento poblacional.

Francisco Rinaldi

frinaldi@lanueva.com

     En los primeros tres meses de este año y a diferencia de Neuquén y Río Cuarto, no se crearon empleos, aunque tampoco hubo, a contramano de Mar del Plata, una destrucción significativa.

     El porcentaje de desocupados que intentó hallar en forma activa un trabajo fue menor que en la Feliz, superior a la capital Patagónica y a la ciudad cordobesa, con un tiempo de búsqueda que, en uno de cada cuatro casos, insumió más de un año a lo largo de todo el 2018, el último dato disponible.

    Los datos arriba enumerados son la foto del mercado laboral bahiense en la actualidad, donde el nacimiento de nuevas posiciones laborales brilló por su ausencia entre los primeros tres meses de este año y el mismo lapso de 2018, a diferencia de lo ocurrido en aglomerados como Neuquén o Río Cuarto.

    Es que los 139.000 bahienses que poseen un empleo remunerado, de acuerdo con los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC para el primer trimestre de este año, los que fueron difundidos la semana anterior, son una cifra que se mantuvo estática con relación a enero-marzo de 2018.

    El estancamiento del mercado local contrasta con lo ocurrido en Neuquén o Río Cuarto, donde la cantidad de ocupaciones se expandió, en doce meses, a razón de las 8.000 y 3.000 posiciones respectivamente.

    Con todo, la capital neuquina ostentó una envidiable tasa de desempleo del 3,5% (cercano a la ocupación plena), muy por abajo del 8,4% local.

     Pero a los marplatenses les fue mucho peor: en doce meses, la economía de La Feliz destruyó 7.000 empleos, los suficientes como para posicionar la ciudad balnearia con una tasa de desocupación superior a los dos dígitos (10,10%).

¿Contradicción?

     Sin embargo, a la hora de las comparaciones, el porcentaje de desocupados con respecto al total de activos (la tasa de desempleo) cayó en Bahía Blanca (más precisamente, cedió 1,4 puntos porcentuales, al bajar desde el 9,8% del primer trimestre de 2018 al 8,4% actual), un fenómeno, en apariencia, contradictorio para una economía donde, como arriba se menciona, no hubo creación de nuevos empleos.

     De hecho, el porcentaje de ocupados con relación a la población total (la tasa de empleo) cayó del 44,9 al 44,5%, alrededor de 0,4 puntos porcentuales.

     Entonces ¿cómo se explica que la tasa de empleo haya caído y, a la par, el porcentaje de desocupados bahienses siguiera idéntico derrotero?

      La respuesta debe buscarse en la forma de medición del desempleo: para que una persona sea considerada como desempleada, tiene que haber buscado un trabajo en la semana previa a ser encuestada.

     De no haberlo hecho, deja de ser desempleada para pasar ser clasificada como inactiva.

    Esto significa  que  las  personas sin  empleo  (conjunto  que  incluye  a aquellas  que  lo perdieron) que no desarrollaron  una  búsqueda  activa  de ocupación, se convirtieron en “inactivos”.

      En  otras  palabras, pese  al estancamiento del empleo, la desocupación bahiense ha disminuido debido a una relativa retirada hacia la inactividad de las personas sin empleo del mercado laboral.

     El  promedio  urbano  nacional  ha  mostrado una  disminución del  empleo.

     "Pero la presencia de  personas  sin  empleo buscando trabajo se incrementó y, por ende, también se elevó la tasa de desocupación que alcanzó los dos dígitos después de muchos años", señalaron desde el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS),   dependiente de la UNS y el Conicet.

    De este modo, el  mismo fenómeno económico (la  caída del empleo) se expresó de un modo diferente en  nuestra ciudad que a nivel  nacional.

    Como ocurrió con bastante frecuencia en los últimos años, la tendencia de  las personas sin trabajo a abandonar la búsqueda cuando las condiciones económicas se deterioran, resulta mucho más marcada en nuestra ciudad que en otros aglomerados urbanos.

     "Este fenómeno se  conoce como “desaliento” laboral y constituye una forma  de desempleo encubierto", explicaron desde el IIESS.

      La demanda

     Los datos del mercado laboral se corroboran en parte con informes que siguen en forma periódica entidades como el Centro de Estudios Económicos de la Unión Industrial local (UIBB), que arrojaron que la demanda de las industrias bahienses cedió significativamente durante los primeros dos meses de este año.

     Así, el Indice de Demanda Laboral Industrial de Bahía Blanca (Idelai) se desplomó a razón del 70% desde el año base del indicador, es decir, abril de 2014.

      Respecto de la comparación con igual bimestre del año anterior, la disminución fue del 44,11%.

     En tanto, más del 80% de los desocupados bahienses se encontraba en esta situación desde hace, como mínimo, de uno a tres meses (32%), y cómo máximo, más de un año.

     Según estos datos, el grupo de los que llevan  menos de un mes de búsqueda es relativamente  pequeño (sólo 17%) en nuestra ciudad.

     Las cifras surgen de la EPH y son el promedio simple del tiempo de búsqueda a lo largo de 2018 (cuatro trimestres).

     Así, una cuarta parte de los desocupados llevaba más de un año buscando empleo en todo el año pasado en el aglomerado Bahía Blanca-General Cerri.

       El problema de la mayor duración en el desempleo es que su prolongación tiene serias consecuencias socioeconómicas, ya que incide negativamente sobre los niveles de pobreza e indigencia.

     "Resulta claro que un aumento de la desocupación tenderá a expresarse  en un  incremento  del porcentaje  de población por debajo de la línea de pobreza", explicaron desde el IESS en su Boletín de análisis del mercado laboral local.

      "Un seguro de desempleo de acceso más generalizado, de mayor duración y por montos  más alineados con el costo de vida que el que proporcional el actualmente vigente operaría como un amortiguador del ‘impacto empobrecedor’ del desempleo de larga duración", finalizaron los economistas del Instituto.