Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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En Bahía, casi el 40 % de los fallecidos son cremados

En lo que va del año se han realizado 375 cremaciones, sobre un estimado de 1100 personas fallecidas.

Fotos: Rodrigo García-La Nueva.

Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Con un crecimiento del 30% en relación al año pasado, es cada vez mayor el número de cremaciones que realiza el cementerio local, con una tendencia que hace presumir que en el año casi el 40% de los fallecidos recibirán este tratamiento de sus restos.

   De acuerdo a datos aportados por la municipalidad, en el año se han realizado 375 cremaciones, sobre un estimado de 1100 personas fallecidas, es decir que cerca del 35% de las familias se inclinó por este sistema antes que por la inhumación en tierra o nicho.

   El porcentaje es importante en relación a años anteriores, que variaba entre el 10% y el 15%. Las 375 cremaciones de este año se ubican un 8,07% por encima de las 347 de igual período de 2018.

   Si se mantiene la tendencia se podrían alcanzar las 1.400 cremaciones en el año, lo cual significaría aplicar este tratamiento al 40% de los fallecimientos.

   El crecimiento de la práctica responde, según señalan personas relacionadas con el tema, a un cambio cultural y de costumbres. Cada vez es menor la cantidad de personas que concurre al cementerio, al punto que incluso fechas especiales --día del padre o la madre, o de los muertos-- suelen congregar pocas visitas.

   Es, además, oneroso mantener las tumbas, sea en tierra o nicho, y se advierte la falta de cuidado y mantenimiento.

Las formas

   El cementerio dispone de dos hornos crematorios, lo cual permite mantener un promedio de seis cremaciones diarias (pueden llegar a ocho).

   El otorgamiento de turnos para cremar es ágil. Una vez presentada la documentación requerida, dentro de las 48 horas se obtiene el mismo.

   El costo de una cremación es de $ 4.625 pesos para residentes en la ciudad y de $ 7.030 si el fallecido es de la zona.

   El aumento de las cremaciones, sumado a la voluntad de muchas familias de liberar lugares mediante traslados y unificación de sepulturas, ha permitido mejorar la disponibilidad de espacio en el cementerio. Con capacidad para 80 mil fallecidos (entre sepulturas y nichos), hoy está ocupado en un 75%.

El destino

   Efectuada la cremación, los familiares disponen de las cenizas.

   Es habitual que las mismas terminen en una vivienda o que sean esparcidas.

   La iglesia católica admite desde hace más de 50 años esta práctica, aunque no aprueba que las cenizas sean esparcidas o repartidas. También exige que la decisión de cremar no afecte la fe en la resurrección de los cuerpos mencionada en la Biblia.

El futuro

   Si bien la cremación no tiene cuestionamientos en cuanto a su impacto en el ambiente, en el mundo ya se consideran maneras menos agresivas de reducir a cenizas los restos humanos.

   Una es la Resonación, por la cual se hace la inmersión del cuerpo en una solución alcalina que lo reduce químicamente.

   Otro sistema es la promesión, que se ha visto en algunas películas de ciencia ficción. En este caso el cuerpo se trata con nitrógeno líquido, el cual lo vuelve rígido y quebradizo. Una corta vibración lo desintegra para luego ser sometido a tratamientos y convertirlo en ceniza.

   Convertir en ceniza los restos humanos es parte de un destino que menciona la Biblia, Génesis 3:19. "Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado, pues polvo eres y al polvo volverás".

   Estudios científicos recientes verificaron que el 97% de la masa del cuerpo humano está conformado por materia procedente de las estrellas. De eso estamos hechos: polvo de estrellas.

   Así se limita el ciclo de la vida: Entre lo poético y la nada eterna.

Los otros restos, de bronce

   Cada año el cementerio procede a recoger bronce y metales provenientes de sepulturas y nichos que nadie atiende. Para eso hace un inventario y eleva el mismo al Concejo Deliberante, luego de lo cual es donado a la Asociación Cooperadora del Hospital Municipal Pétalos de Vida.

   En un año, entre placas, bananeras, floreros, marcos, cristos, parantes y manijas, se entregan unos 1600 kilos de broncería y 700 de material de aleaciones.