Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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La primera urgencia de Macri es llegar a diciembre...

La columna dominical de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

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   En medio de las dramáticas horas del jueves, mientras los mercados parecían saltar por los aires y las tapas del mundo advertían sobre una Argentina al borde del abismo, Mauricio Macri dejó claro delante de su mesa chica y algunos otros invitados que su primera prioridad, en medio de un tembladeral al que ni él ni sus ministros supuestamente idóneos parecen encontrarle la vuelta, era completar el mandato. Llegar al 10 de diciembre.

   En esa construcción, según coinciden varias fuentes del gobierno que fueron testigos de esos conciliábulos en medio de una jornada caótica en la que recurrieron las versiones luego desmentidas sobre cambió de la fórmula de Cambiemos o de varios ministros del gabinete, Macri cree que primero debe garantizar que la administración llegará a buen puerto, que es una forma de decir apenas se mira el panorama de carencias y el aumento de la monumental crisis de confianza que genera su gestión.

   Es en todo caso el razonamiento más simple que supone no poner el carro delante del caballo. Como lo explicaba una de esas fuentes: "tenemos que gobernar hasta el 10 de diciembre y mostrar ahora mismo que las medidas que estamos tomando van a tener éxito, de lo contrario no hay reelección que valga". Una primera conclusión pareciera darle la razón: en promedio el sesenta por ciento de ciudadanos consultados en diversas encuestas de los últimos días no cree que Macri sea capaz de sacar al país de la profunda crisis económica, financiera, y de credibilidad, en la que se encuentra.

   Nicolás Dujovne, a cuya cabeza le apuntan varios funcionarios y otros habitantes de Cambiemos por su manifiesta mala praxis, cree que las medidas tomadas para contener los precios de los alimentos básicos, y otras decisiones que la oposición y analistas no dudaron en bautizar como el "Plan Nada", verá sus primeros frutos antes de mediados de junio. Aunque a su propio costado reconocen que una reducción drástica de la inflación, que volverá a ser alta en abril y que es hoy el principal motivo de desesperanza y ofuscación de los ciudadanos que culpan directamente a Macri por sus desvelos, no será posible. De hecho, el propio ministerio de Hacienda comprobó a través de sus inspectores que los productos ofrecidos en aquel plan ya sufrieron remarcaciones de un 25 por ciento promedio antes de la entrada en vigencia del programa, supuestamente este lunes.

   Volvamos a Macri. Desde importantes despachos oficiales se reconoce que si el gobierno no consigue domar el potro antes del 22 de junio, cuando hay que presentar las candidaturas, todo se hará cuesta arriba. ¿Merodeó en aquellas horas dramáticas del jueves el fantasma de una entrega anticipada del poder? "Absolutamente no", se irritó ante la consulta una fuente tradicionalmente confiable.

   A esa hora, por si faltase algo, se había reactivado el club del helicóptero y corrían rumores de todo tipo. Marcos Peña desmintió un adelantamiento de las elecciones. Un meme que se hizo viral sugería que Macri renunciaba y asumía Gabriela Michetti. Ocurrió, también es cierto, que "el ambiente" se llenó de interrogantes frente a hechos puntuales, como las catastróficas tapas del Financial Times o el País de Madrid. O la recomendación a sus clientes de un banco líder de Wall Street para no comprar bonos argentinos. Y la comprobación difundida por el propio gobierno de retiros de fondos por casi cuatro mil millones de dólares que directamente volaron a sus casas matrices en Estados Unidos y Europa.

   En medio de ese cuadro, Jaime Durán Barba aportó su cuota al desconcierto que reinaba en un gabinete sin aparentes respuestas, como no sea la excusa de que todo ocurre por el miedo al regreso de Cristina Fernández el 10 de diciembre. En un reportaje que concedió a la agencia Bloomberg dijo sin sonrojarse que en las elecciones presidenciales, con referencias obvias, "entre los dos malos, ganará el menos malo". El ecuatoriano considera en consecuencia que Macri es tan mal gobernante como lo fue Cristina. Y a su juicio, que no se lleva bien con la mayoría de las encuestas y las opiniones de analistas y observadores, el ingeniero le ganará a la doctora esa carrera de los miedos. Como decir que la gente votará a Macri no por amor, sino por espanto.

   No es menor el dato, que abonaría aquella preocupación de Macri por reafirmar antes que nada que cumplirá su mandato, la serie de reuniones aquí y en el extranjero que se han iniciado y que continuarán en los próximos días con factores de poder de los Estados Unidos y Europa. El propio Macri dio el puntapié inicial con un grupo de legisladores norteamericanos a los que recibió el viernes en Olivos. Y el canciller Jorge Fourie, por indicación precisa del presidente, prepara una agenda de encuentros de los embajadores argentinos en las capitales centrales del mundo con las autoridades locales. Fourie y el viceministro de Hacienda, Miguel Braun, tendrán a la vez esta semana una serie de encuentros con los embajadores extranjeros acreditados en Buenos Aires. "En estos momentos de turbulencias y dudas sobre si somos capaces de llevar la nave, la instrucción es asegurar que el presidente está firme en el timón y que el país saldrá adelante y cumplirá todos sus compromisos", dijeron fuentes diplomáticas.

   Con las aguas apenas un poco más calmas, en el gobierno daban el viernes por cerrado el capítulo de la seguidilla de versiones sobre planes V o L, un sonoro río que no por casualidad mereció en cuestión de horas desmentidas de Macri, Vidal, Larreta y Peña.

   Al gobierno se le agota el tiempo para resolver el intríngulis mayor, que patentizó el jueves el propio Macri al reconocer que hay desconfianza. Y que los mercados no creen...