Bahía Blanca | Martes, 30 de abril

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Los cerebros de la comunicación Pro parecen desconcertados

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   Existe una discusión entre los consultores-estrella de los políticos-estrella sobre el valor de las redes sociales. Es decir, nadie discute su importancia sino el impacto real sobre las decisiones de los usuarios, principalmente su voto.

   Distintas experiencias aseguran que Facebook o Twitter pueden inclinar la balanza de una elección, como se supone que ocurrió en Estados Unidos con Barack Obama y el mismo Donald Trump.

   Pero no está claro que esa influencia sea tan decisiva en todos los casos, en todos los países. Pensemos en las últimas dos elecciones argentinas. ¿Mauricio Macri ganó en 2015 por su manejo de redes o por el desgaste de 12 años de un mismo gobierno? ¿Esteban Bullrich ganó en la Provincia en 2017 por su community manager o porque Cristina Kirchner mantenía altos niveles de rechazo?

   Más aún: ¿Por qué un importante porcentaje del electorado que respaldó a la ex presidenta en 2011 se le dio vuelta en 2015 (al FPV) y en 2017 (a ella misma)? Si le preguntan a un kirchnerista fue por el “trabajo sucio” de los medios tradicionales. Poca importancia le asignan a los trolls y otras especies.

   Más allá de que para consultores como Antonio Sola (en nuestro país bautizado como “el Durán Barba español”) los indecisos terminan definiendo su voto por lo que ven en la televisión, escuchan en la radio y leen en los diarios, parece que el énfasis en las redes es una norma ineludible.

   Hoy Macri eligió un extraño formato para anticipar un paquete de medidas económicas. Lo hizo en una casa de familia, con interlocutores que transmitían las dificultades cotidianas de cualquier laburante.

   Y eligió un estilo de filmación sin protocolos, parecido al Dogma 95 que refundó el cine hiperrealista europeo, aunque en una versión bastante desmejorada. Deficiente imagen, deficiente edición, muy deficiente audio.

   No obstante, es imposible pensar que se trate de una improvisación. ¿Qué busca Mauricio Macri con este tipo de envíos por las redes? Mostrar cercanía con la “gente común”, evitar las cadenas nacionales para diferenciarse de su antecesora, generar sensación de austeridad.

   Cambiemos siempre mostró una enorme prolijidad para el manejo comunicacional, vía logos, esloganes y spots. Es sabido que la imagen puede decidir una elección pareja. Pero en los últimos 20 días el gobierno optó por un estilo más crudo, empezando por el video con imágenes de obras públicas y el sonido de fondo de la canción de cancha “Mauricio Macri, la puta que te parió”.

   ¿Servirá este cambio comunicacional para frenar la caída de imagen de Cambiemos? ¿Por qué tanta importancia por la forma? ¿Estos videos sensibilizan a los electores indecisos que necesitan Macri, Vidal y compañía para lograr la reelección o les resultan chocantes?

   El gobierno, con las medidas anunciadas, jugó su última bala antes de la elección. Todavía es una incógnita si funcionarán estos esquemas hiper probados que, en el mejor de los casos, sirven como paliativos.

   Lo único cierto es que, por primera vez, los cerebros de la comunicación Pro parecen desconcertados.