Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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La poda de árboles sigue generando polémicas en la ciudad

Mientras en las redes sociales denuncian que se tala indiscriminadamente por parte de empresas prestatarias, vecinos y hasta la propia Municipalidad, expertos en la materia brindaron sus opiniones.

Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Por Federico Moreno / fmoreno@lanueva.com

   “Todos quieren sombra pero nadie planta un árbol”, reza una frase popular muy difundida en la estación de la que nos acabamos de despedir”.

   Se la puede interpretar como metáfora para otras esferas de la vida, pero sin duda también se la puede tomar de manera literal, dado que en una ciudad en el que el parque automotor crece mucho más que la cantidad de árboles, aquellos abundan y estos escasean.

   Para colmo de males, genera dolor y tristeza ver cómo en no pocas veredas de nuestra ciudad los árboles son podados, mutilados o hasta arrancados de raíz por fines que de ninguna manera justifican los medios.

   Edificios --donde antes había casas-- que por comodidad eliminan árboles de la vereda y ni los reponen, locales gastronómicos que quieren aprovechar hasta el último metro cuadrado de vereda o vecinos que simplemente detectan que las ramas de sus árboles tocan los cables de electricidad, son algunos de los casos habituales que derivan en las -–casi siempre-- erróneas decisiones.

   Sin ir más lejos, la semana pasada se observó cómo la propia comuna intervino drásticamente en no pocos árboles tradicionales de la plaza Rivadavia. A la hora de querer saber el motivo de la poda y la tala ejercida, La Nueva. no obtuvo respuestas por parte de los funcionarios a cargo del área.

   “Los entes de servicios, particularmente los que transportan electricidad, hacen cosas muy feas con los árboles. Estamos en 2019, directamente los cables tendrían que estar todos bajo tierra, sería indispensable, pero bueno, como no es así, por lo menos estas empresas tendrían que tener un poquito más de criterio para podar, porque lo que hacen hoy es ir a lo fácil, y la cosa no es así”, opinó Oscar Giqueax, ingeniero agrónomo.

   En cuanto a las podas y talas que realiza la Municipalidad, el especialista consideró que “podés coincidir o no con su método, pero venían siendo más criteriosos que antes. Recomendar qué tenés que cortar y qué no, es algo que se decide en el momento, al estar delante del árbol, porque si bien podés establecer ciertos parámetros que aplican a todos, cada árbol es un individuo. Lo que no podés hacer de ninguna manera es agarrar una motosierra, cortar ramas de 15 o 20 centímetros de diámetro y dejar árboles compuestos por el tronco y una horqueta”, lamentó el agrónomo.

   “También hay problema con algunos vecinos, que podan y hacen cosas desastrosas, pero quiero creer que por ignorancia”.

   Giqueax, dueño de un vivero de más de tres décadas de trayectoria, agregó que uno de los problemas es la falta de control y de sanción para con los vecinos que podan o talan de manera indiscriminada.

   “La Municipalidad siempre amenaza pero yo nunca me enteré de que hayan multado a alguien por una poda. Y es muy fácil determinar quién podó el árbol de una vereda: el frentista. No va a venir un vecino a podarte tu árbol, pero nunca pasa nada, es un viva la pepa”.

   Además, pese a que algunos árboles sobrevivan a las podas excesivas y sin criterio, la sombra que brindan una vez recuperados no tiene la misma efectividad que la que poseían antiguamente.

   “Los árboles se bancan esas cosas porque son muy nobles, pero pese a que vuelva a crecer una copa, se pierde calidad de sombra, porque está demostrado que la sombra alta es la más fresca y la más conveniente. La de un árbol talado es densa pero quita circulación de aire, no es lo que corresponde”, explicó Giqueax.

   Respecto a la estación que acabamos de abandonar y en la que se vieron muchos árboles podados, el ingeniero sostuvo que si bien es cierto que en verano la planta está medio “quieta” por las altas temperaturas, es decir su fisiología está un poco retenida, lo ideal en la teoría, salvo excepciones, es podar en invierno, cuando la planta está en dormancia o no tiene hojas.

   “A los que son susceptibles de las heladas conviene podarlos a fines de agosto, por ejemplo un jacarandá”.

“La gente piensa que solo se puede plantar en invierno”

   Por su parte, la encargada de otro vivero de nuestra ciudad, desmitificó algunas creencias sobre el momento más adecuado para plantas nuevos ejemplares.

   “La gente piensa que solo se puede plantar en invierno, al punto de que en primavera vienen asustados pensando que se les pasó la época, pero en realidad no es así. Incluso en verano se puede plantar, salvo excepciones, y nosotros incentivamos a los clientes porque se puede tranquilamente”, comentó Rosario Cantarelli.

   La encargada del vivero explicó que en nuestra ciudad las especies más recomendadas para ganar sombra son los fresnos, por ser “super nobles, crecer rápido y soportar el viento de Bahía”, y las acacias, que “también crecen rapidísimo y no rompen las veredas”.

   “La gente se asusta cuando uno les dice que el árbol que se llevan –-suele tener 3 o 4 años de crianza-- recién les va a dar sombra dentro de 3 o 4 años, pero yo le digo que por lo menos lo planten desde ahora, así ya van ahorrando tiempo”, comentó Cantarelli.

   Sobre el riego, la vendedora también dijo que hay mitos en la gente, como la necesidad de regar muchas veces, “mientras que lo ideal es hacer riegos profundos y espaciados. A un árbol grande le podés echar 4 o 5 baldes de agua, y lo volvés a regar una vez que vuelva a estar bien, bien seco”.

El precio de la sombra

   Por sus condiciones climáticas y de suelo, la mayoría de los árboles que se venden en Bahía Blanca provienen de otras ciudades, como por ejemplo Mar del Plata, La Plata, Buenos Aires o San Pedro.

   Los ejemplares que se venden en Bahía de fresnos o acacias tienen en promedio 3 o 4 años de crianza, y se pueden conseguir desde 500 hasta 1.500 pesos, dependiendo de algunos factores.