Bahía Blanca | Martes, 07 de mayo

Bahía Blanca | Martes, 07 de mayo

Bahía Blanca | Martes, 07 de mayo

Si hay una cancha a la que Olimpo no quisiera ir más, sin dudas es esta

¿Cómo explicar lo inexplicable? El aurinegro nunca le pudo ganar a Arsenal en su estadio por torneos de AFA, pero siempre le ha ido bien por Copa Argentina. Un rival y una triste historia que se convirtieron en pesadilla.

Foto: Archivo-La Nueva.

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

   “Mientras a los jugadores los sigan atosigando con esa presión negativa de que en esta cancha es imposible, va a ser imposible”, manifestó alguien allegado a Olimpo en Sarandí, minutos después del 2-0 de Arsenal sobre el aurinegro en la calurosa tarde del último domingo.

   Pero el “karma”, el fantasma que somete mental y psicológicamente al conjunto bahiense no es el campo de juego ni el estadio Julio Humberto Grondona. La sombra es Arsenal, y no es un problema que afecte a este plantel y a este equipo, viene de arrastre con la historia.

   Olimpo nunca pudo vencer de visitante a Arsenal en competencias oficiales, ni en Sarandí ni cuando lo tuvo que ir a enfrentar a los escenarios de Lanús (1-0 en el Apertura 2002) y Racing (2-0 en el Apertura 2003).

   En el Viaducto perdió 9 de 10 cotejos. Sólo empató una vez: 0-0 en el Clausura 2006.

   Y lo que es más triste aún, en esa decena de encuentros, apenas marcó tres goles: Martín Pérez Guedes en el Clausura 2012 (1-2), Marcone en contra de su valla en el Inicial 2013 (1-3) y Jony Blanco de penal en el Unificado 2015 (1-2).

   Y lo que refuerza mi teoría, la que el “Arse” es el “cuco” de Olimpo, se puede demostrar con un dato estadístico sorprendente: cada vez que el de Bahía jugó en terreno rojiceleste por Copa Argentina, no perdió: 2-1 a Brown PM en la edición 2013, 1-1 con Gimnasia de Jujuy en 2016, 3-2 a Gimnasia de Mendoza en 2017 y 1-1 con Aldosivi en 2018.

   Entonces, ¿qué es lo que pasa? El estadio está en el mismo lugar de siempre y el rectángulo de juego sigue siendo de césped y con las mismas medidas desde su inauguración. El problema de Olimpo es Olimpo mismo, su cabeza, su voluntad, esa requebrajada confianza cada vez que tiene que ir a medirse con el Arse, único equipo que lo tiene de hijo, nieto y tataranieto.

   ¿Alguna vez se terminará esta racha negra y nefasta? Depende de Olimpo y de su espíritu a la hora de emprender un próximo viaje a Sarandí.

Base de datos: Eduardo Alejandro López.