Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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El puerto de Bahía Blanca, en un sitio privilegiado y con enormes ventajas

El complejo portuario-industrial de White se encuentra en una posición geográfica estratégica para comerciar con el mundo desde el sur de América del Sur.

   La población mundial estimada para el año 2050 es del orden de los 9.000 millones de habitantes. Por lo que también se proyecta que, el consumo mundial de alimentos aumentaría un 70% entre 2010 y 2050.

   Esto resultaría en un incremento de la producción anual de cereales y de carne, las que alcanzarán 3.000 millones de toneladas y 455 millones de toneladas respectivamente.

   Esto significa que países como Argentina, décimo exportador de productos agrícolas del mundo en 2015, estarían en condiciones de ocupar una posición estratégica favorable en las próximas décadas en la provisión de alimentos.

   En la actualidad, se producen aproximadamente 137 millones de toneladas de granos en Argentina por año. Los principales productos son la soja, el maíz, el trigo, el girasol, la malta y la cebada entre otros. No cabe duda que la producción argentina continuará creciendo en las próximas décadas y se pronostica una producción mayor a 160 millones de toneladas para el año 2025.

   Dado que la demanda interna quedará estable, el saldo exportable aumentará fuertemente para llegar al orden de 120 millones de toneladas en 2025, sumando subproductos y materias primas. Según proyecciones de la OECD (2015) los flujos de carga por vía marítima serán multiplicados por 2,5 en el año 2040 respecto a 2015.

   El complejo portuario-industrial de Bahía Blanca se encuentra en una posición geográfica estratégica para comerciar con el mundo desde el sur de América del Sur.

   Es un eslabón esencial para la entrada y de salida de la producción argentina y de la región gracias a su inmejorable ubicación y a la ausencia de barreras naturales en su hinterland.

   Su emplazamiento en el sur de la costa atlántica le da una ventaja competitiva de importancia sobre los puertos de la costa oeste de América del Sur. Esta característica es especialmente notoria para el comercio con la mayoría de los grandes centros económicos mundiales, como pueden ser las regiones del noroeste de Europa, mar Mediterráneo, Medio Oriente, Asia meridional, sudeste asiático y China.

   Las distancias hacia estas regiones resultan ser menores desde el puerto de Bahía Blanca que desde cualquier puerto de la costa pacífica en el sur de América del Sur.

   Además, las características de las rutas marítimas revelan otras ventajas competitivas desde el punto de vista económico y/o logístico. Al contrario de los puertos de la costa este de América del Sur, desde Bahía Blanca no resulta necesario cruzar el Canal de Panamá, con su peaje asociado, para alcanzar destinos en la costa atlántica de América del Norte, en Europa, o en el mar Mediterráneo.

   Mientras que los destinos en África, Medio Oriente, India, sudeste asiático y China se alcanzan navegando en forma directa a través del Océano Atlántico, Cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica) y el Océano Índico sin la necesidad de circunvalar el Cabo de Hornos, lo que resulta en un ahorro de al menos 3000 km de navegación con su consecuente ahorro en el consumo de combustible y reducción de tiempo.

   Finalmente, es importante destacar que la ubicación de Bahía Blanca permite aprovechar numerosas escalas en sus rutas marítimas que conectan al complejo portuario-industrial con Asia y Europa. En el primer caso, es posible realizar escalas en África del Sur, Medio Oriente, India y en los grandes puertos “hub” de Asia, una posibilidad inexistente en las rutas marítimas por el Océano Pacífico.

   En el caso de los tráficos a la costa este de América del Norte, Europa y el mar Mediterráneo, la posibilidad de escalas en Uruguay, los importantes puertos brasileros y la costa noroeste de África resulta en ventajas competitivas inigualables.

   El futuro de nuestro puerto, como exportador por excelencia nos augura un buen horizonte para toda la región. Además, se están agregando nuevos productos a la exportación como lo es ahora el GNL producido por Vaca Muerta.

   Paralelamente, crece a ritmo sostenido en el aspecto de puerto importador, porque es la entrada a insumos para Vaca Muerta y para los parques eólicos en construcción en la zona.

   El futuro del puerto de Bahía Blanca solo puede imaginarse y construirse si existe una visión compartida entre todos los actores interesados en el puerto, entidades públicas y del sector privado y demás sectores de la sociedad. El futuro se construye con consensos y no con esporádicos impulsos político partidistas.

   Pareciera que la sociedad va entendiendo que este es el camino.