Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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En Bahía los aceites de cannabis no sirven para su fin o están adulterados

Una médica, miembro de un grupo de investigación ganador de un premio por este tema, advierte que, en la actualidad, la forma más segura es el autocultivo.

Fotos: Pablo Presti y Emmanuel Briane - La Nueva.

Federico Moreno/ fmoreno@lanueva.com

Un nuevo paradigma médico. De eso habla Marisol Bocetti, médica de familia, especializada en el tratamiento del dolor y en el uso medicinal del cannabis. Muy lejos de lo que les enseñaron a ella y a tantas generaciones de doctores sobre dicha planta, hoy esta terapia gana adeptos, tanto en pacientes como en médicos.

--¿Qué te motivó a estudiar sobre el uso del cannabis en medicina?

--Los pacientes. Hace cuatro años empecé a notar que algunos con dolores crónicos mejoraban de un mes a otro. Yo les preguntaba qué estaban haciendo, pero no me querían contar por miedo, hasta que me confesaron que estaban tomando aceite de cannabis.

La médica bahiense de 37 años recuerda que hasta ese momento su concepto de la hierba era “el de droga tóxica que te enseñan en la universidad”, y que a raíz de la confesión de sus pacientes fue que decidió volver a La Plata –-donde había estudiado Medicina-- a especializarse sobre la materia.

Marisol Bocetti.

--¿Para qué patologías es bueno el cannabis?

--Para lo que me dedico yo, el dolor crónico, está totalmente demostrado que sirve, porque inhibe la vía descendente del dolor. También en la epilepsia refractaria, en los espasmos de la enfermedad llamada esclerosis múltiple, en la caquexia, adelgazamiento por VIH Sida, y para disminuir los efectos que causa la quimioterapia, como vómitos, disconfort, cansancio.

--¿Y para curar el cáncer? ¿Es mito o realidad?

--Actualmente se lo está investigando, más que nada en glioma, un cáncer sobre el sistema nervioso central, en el que se ha demostrado que disminiuye el tamaño. La Plata tiene mucha investigación sobre el cannabis en la cura del cáncer, como complemento de la quimioterapia.

--¿Cuáles son las vías de aplicación o consumo?

--Hay muchas, en Argentina las más comunes son el aceite o la vía inhalatoria. Los médicos proponemos que la inhalatoria sea a través del vaporizador y no en forma de cigarrillo, porque al fumarlo la combustión es tan perjudicial como la del tabaco. Aceite y vía inhalatoria tienen distintos objetivos, la vaporización por ejemplo es un alivio inmediato para el dolor agudo, o temblores de Parkinson, pero con una duración del efecto de 2 o 3 horas. El efecto del aceite, en cambio, dura entre 6 y 8.

--¿Cómo se puede conseguir el aceite?

--Acá hay varios puntos importantes que aclarar. El primero es que los médicos acompañamos a los pacientes que opten por el cannabis, no lo recetamos. No lo indicamos porque en Argentina no hay producción industrial, por lo que el paciente no puede saber qué está comprando.

--¿Con qué se puede encontrar?

--El que lo produce y vende no se va a preocupar por que al momento del secado de la planta la misma no tenga hongos o bacterias, no va a distinguir entre las flores u otras partes de la planta, y hasta lo puede adulterar, se ha encontrado morfina en aceites, con el peligro que eso implica.

--¿Entonces cuál es el consejo para los que necesitan aceite?

--Hoy la forma más segura es el autocultivo. Hay muchas ONG en todo el país encargadas de educar a la gente sobre todos los cuidados que tienen que tener. Cabe aclarar que existen aceites seguros, pero son importados, su compra requiere muchos trámites, y el gotero, que dura entre 30 y 45 días, cuesta nos 500 dólares, es decir unos 30.000 pesos.

“Se controló todo lo que circula en Bahía y dio negativo”

El grupo de investigación que Bocetti integra, conformado por profesionales de la UNS, el Conicet e Inibibb, ganó una presentación científica en una exposición sobre cannabis que se realizó recientemente en Buenos Aires, demostrando con su proyecto que “los supuestos aceites de cannabis te dicen que tienen ese componente y no lo tienen”.

“Medimos todos los aceites que andaban dando vuelta en el mercado gris/negro en Bahía y no aprobó ninguno”, sostuvo la profesional.

“El que se vende en las dietéticas sirve para engordar”

Mención aparte para los goteros de aceite de cannabis que se venden en las dietéticas y tiendas naturistas de nuestra ciudad.

“Son serios en el sentido de que están bien procesados, no están contaminados, pero sirven para algo totalmente distinto al tratamiento del dolor, sirven como complemento dietario para engordar, porque son de semilla, no de flor.

Son para pacientes que por alguna enfermedad que tienen necesitan recuperar peso. Por más que el envase diga que sirve para el cáncer, el dolor o la artrosis, es mentira. Basta con ver que cuestan 2.000 pesos, cuando el importado autorizado cuesta 30.000”, advirtió Bocetti.

Advertencia. “Por suerte el cannabis es una sustancia super segura, nunca se registró una muerte por su consumo en todo el mundo. El problema es si se viene tomando una medicación y la superposición hace que deje de surtir efecto. Por ejemplo, si la medicación es un anticoagulante, empezás a tener trombos, hacés un ACV, un infarto. Siempre hay que consultar antes de consumir cannabis”.

La puerta de salida

“Todo el mundo dice que el cannabis es la puerta de entrada a las demás drogas, hoy ya sabemos que es todo lo contrario, se está hablando de la puerta de salida. En Estados Unidos lo están usando para tratar la dependencia al opio, cocaína o heroína, por ejemplo”.

“Cuando me senté a estudiar sobre esto me di cuenta de que en la universidad no nos habían enseñado algo, el sistema endocannabinoide, que hace referencia a un 'cannabis' endógeno que todos generamos, nuestro cuerpo hace unas moléculas muy similares”.

Cáñamo versus nylon

Cuando uno estudia la historia de la planta, el cáñamo –-variedad de cannabis-- se usaba para todo hace 200 años. Belgrano fue el primero que quiso cultivarlo en nuestro país, porque era útil desde la industria textil hasta la construcción y la navegación.

Lo que pasó fue que apareció el nylon, un material que llegó para reemplazar el cáñamo, y directamente se prohibió a este último. Y en 1934, después de la ley seca, se lo prohibió también para el uso medicinal, porque antes estaba en el vademecum de muchas naciones.

Rol del Estado

Necesitamos que el Estado esté presente avalando tres cuestiones: autocultivo para el que quiera cultivar, con registro de pacientes y seguimiento del INTA, para evitar plagas, etc.; que nos permitan hacer un aceite nacional, que pueda competir en precio y calidad con los importados; y la opción de la farmacia, para aquel que no quiera o no le funcione ni cultivar ni comprar un producto nacional.

Resumiendo, tenemos que imitar el caso de Uruguay. Solo hablando de generación de empleo y tamaño del mercado, el cannabis en nuestro país vecino mueve 56 millones de dólares por año.

Cómo se acercan los pacientes

La mayoría me viene a ver por el cannabis, porque no le está haciendo nada. Pasa que muchos comienzan a comprar sin consultar al médico, y pasa lo que explicaba antes, que son aceites adulterados o mal hechos.

La mayoría de la gente que atiendo son personas mayores de 60 años o niños, vienen muchos chicos del sur del país.

Avances

Desde 2017 tenemos una ley, de la cual después solo se reglamentaron tres artículos. Estamos solicitando volver al Congreso, que se revea la ley, sobre todo el artículo 8 de autocultivo. Que se siga los lineamientos de otros países que ya tienen al cannabis como un elemento dentro de la medicina, y no hablamos solo de vecinos como Chile y Uruguay, sino de potencias como Canadá y Estados Unidos.

Resistencia

“Lo que sostienen los médicos que todavía están en contra del cannabis es que no hay evidencia científica. Pero el mundo se está volcando a publicar sobre esto, lo que hace que hoy se cuente cada vez con más evidencia científica”.

“Todavía no somos mayoría, pero sí somos un grupo en movimiento. Esto impone un nuevo paradigma médico, y es que el paciente sabe más que vos, algo que no nos pasaba porque el médico siempre era el que mandaba. Ahora los pacientes les reclaman a los médicos probar cannabis, y la respuesta suele ser 'no, no hay evidencia', 'no, yo de eso no sé nada'. El consejo a todos ellos es que, como mínimo, se animen a derivar a esos pacientes a médicos que sí trabajen con cannabis”.

Por asesoramiento a nivel local: https://www.facebook.com/cannaysalud/