La increíble historia del delincuente que se sacó la tobillera y escapó

Redacción de La Nueva.

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   El delincuente de 23 años que escapó luego de desprenderse de la tobillera electrónica que lo mantenía con prisión domiciliaria, en un departamento del centro de Bahía Blanca, estaba purgando una condena por múltiples delitos como menor y es considerado muy violento.

   Si bien hoy es mayor, La Nueva. no lo identifica a fin de dar a conocer su prontuario como menor y, de esa manera, no violar la ley 13.634 que lo protege.

   Parece que la historia delictiva viene de familia. Su padre murió cuando él tenía apenas 4 o 5 años, en medio de un enfrentamiento armado con la policía.

   Sin contención, a los 14, cuando ya tenía un hijo -hoy tiene más-, comenzó a incursionar en los robos con armas. Asaltó un quiosco en la calle Brown, aunque todavía era inimputable.

   Entre los 15 y los 16, su raid se intensificó, así como la violencia de los delitos. Siguió con los asaltos, muchos en negocios y en algunos casos llegó a disparar el arma, sin consecuencias graves.

   También se hizo conocido por cometer un robo en medio de una fiesta de disfraces, vestido como Drácula.

   La justicia de Menores lo condenó. Le dio 7 años y medio de prisión aunque la Cámara Penal le agravó la pena y la llevó a 9 años.

Procesado por violación

   En el mismo juicio lo juzgaron por la violación de una joven que él conocía, aunque primero fue absuelto, luego se revocó el fallo y hoy la causa está sin definición, en la Corte Suprema de Justicia.

   Se ve que tiene “amigos de fierro” en el delito. Luego de la condena, aún como menor, fue llevado a un instituto de Mar del Plata y en una oportunidad que lo trasladaban a Bahía, por una audiencia, desconocidos emboscaron el vehículo de seguridad no identificable, a la altura de la avenida Juan Manuel de Rosas, y lograron “rescatarlo” en medio de un tiroteo.

   A los 2 meses, la policía bahiense lo recapturó cuando pretendía escapar en tren desde la Estación Sud.

Beneficios

   Ya de mayor, pasó a cumplir la pena en la cárcel de Villa Floresta, aunque en 2016, la justicia de Responsabilidad Penal Juvenil Nº 1 le otorgó salidas transitorias que, obviamente, incumplió.

   Volvió a prisión y a fines del año pasado estaba en condiciones de recuperar la libertad condicional, aunque el mismo cuerpo judicial -integrado por los doctores Esteban Usabiaga, Natalia Giombi y María Elena Baquedano como suplente- le negó esa posiblidad pero sí le concedió la prisión domiciliaria con monitoreo electrónico.

   Ayer, un día antes de su fuga, lo habían trasladado a la Cámara Penal a una audiencia en la que su defensor pidió de vuelta la libertad. Pero la Sala I se lo rechazó.

   Horas después, se pudo desprender de la tobillera y escapó.

   Desde el Servicio Penitenciario Bonaerense confirmaron que la alarma de monitoreo se activó y se dispuso el protocolo habitual, pero cuando llegó la policía al domicilio ya no estaba.

   “El equipo reportó salida en horario no permitido y de inmediato se le dio aviso a la policía”, agregó el vocero.

   Hoy está de vuelta prófugo. Y la sociedad en peligro.