Bahía Blanca | Martes, 07 de mayo

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Disminuyeron los controles de alcoholemia y las multas por faltas graves

Se hace en promedio un 75% menos de pruebas de alcohol si se compara el primer bimestre de 2018 con 2016. Aquel año se realizaron unos 68 exámenes por día, mientras que en enero y febrero se practicaron 17 diarios.

Sergio Prieta / sprieta@lanueva.com

   Los controles de alcoholemia que realizan inspectores de tránsito del Municipio disminuyeron en un 75% comparando el primer bimestre de 2018 con 2016, al igual que se registró una sensible baja en la cantidad de multas por faltas de tránsito graves como cruzar un semáforo en rojo o manejar usando el teléfono celular. 

   El dato surge del portal municipal Gobierno Abierto y de comparar las actas de infracción que se realizaron en 2016 y 2017, más lo que transcurre de 2018.

   Desde hace tiempo se menciona que los controles de tránsito vienen disminuyendo. “La Nueva.” hizo un relevamiento para conocer si realmente existió una baja o los operativos se mantuvieron.

   De acuerdo con los partes de prensa del Municipio desde el 1 de enero hasta el 18 de marzo se habían realizado 1.347 controles de alcoholemia, lo que arroja unos 17 tests por día. De esa cantidad, 85 (un 6,3%) dieron positivos.

   En el mismo período de 2017 se habían concretado 2.232 controles de los cuales al menos 224 (5%) arrojaron resultados positivos. Es decir que aquel año se hicieron 885 controles más.

   En parte, la baja se debe a que en enero último hubo una semana en la que no se realizaron controles por el conflicto entre la comuna y el Sindicato de Trabajadores Municipales.  

   Sin embargo, la disminución de operativos es muy marcada si se compara el 2017 con el 2016. El año pasado se realizaron un total de 15.163 exámenes de alcoholemia, que equivalen a 41,5 diarios, de los cuales 759 (un 5%) dieron positivo.

   Según el archivo de este diario con datos suministrados por la entonces Guardia Urbana, en 2016 se realizaron 24.804 test (unos 68 por día) de los cuales 1.170 fueron positivos (un 4,69%).

   De allí se comprueba una disminución en la cantidad de controles de ese tipo y, además, un incremento porcentual de casi 2 puntos en las alcoholemias que resultan positivas, si se compara el inicio de 2018 con lo ocurrido en 2016. 

   Como dato favorable se puede mencionar que el porcentaje de tests que detectan la ingesta de más de los 0,5 gramos de alcohol en sangre permitidos es, por lejos, mucho mejor que en años anteriores.

   Cuando los controles comenzaron, en 2012, el 14,4% de los 2.500 exámenes realizados eran positivos, en 2013 se redujo al 10,38% y en 2014 y 2015 se llegó a cifras similares a las de la actualidad, 6,48% y 7,48% respectivamente.

Siete muertos en los primeros días de 2018

   La polémica por los controles de tránsito surgió tras varios accidentes provocados por borrachos al volante y las trágicas muertes de Matías Streitenberger y Facundo Saccoccia.

   Streitenberger fue atropellado por Galo Ochoa, que el 1 de enero conducía a unos 120 kilómetros por hora por avenida Alfonsín. El segundo caso se registró el 10 de marzo, cuando Saccoccia circulaba en moto y fue atropellado por Alexis Sturzenegger, que conducía por Rincón al 4100 (foto).

   Los padres de ambos chicos fallecidos se quejaron de la falta de controles municipales y sobre todo de alcoholemia. 

   Incluso familiares de Streitenberger aseguraron que pensaban iniciar acciones legales contra la comuna porque aquel 1 de enero, según afirman, no hubo controles de alcoholemia en la única fiesta privada habilitada por el Municipio para los festejos de principio de año.

   “La muerte de Matías se pudo haber evitado”, se lamentó Marcela Morini, la madre, en una entrevista con “La Nueva.” publicada días atrás.

   Además de esos chicos otras 5 personas fallecieron en accidentes en los primeros dos meses y medio del año, cifra que supera el promedio de 2 fallecimientos mensuales registrados en 2017.

Las multas por faltas graves se redujeron a la mitad

   Otro dato llamativo es que se redujo en un 50% la cantidad de multas que se hacen por faltas de tránsito graves como pasar semáforos en rojo, circular en moto sin casco o conducir hablando o enviando mensajes con un teléfono celular.
   En enero y febrero de 2017 se había infraccionado a 147 conductores por cruzar un semáforo en rojo, mientras que en los mismos meses de 2018 hubo apenas 70 infracciones labradas por esa peligrosa conducta.
   Lo mismo ocurre con los motociclistas que circulan sin casco. En el primer bimestre del año se realizaron 129 infracciones (de las cuales 105 fueron en febrero y apenas 24 en enero) mientras que para el mismo periodo de 2017 se habían concretado 262 (166 en enero y 96 en febrero de ese año).
   Los motociclistas suelen ser las principales víctimas mortales del tránsito bahiense. En lo que va del año, de las 7 víctimas fatales que se registraron, 4 conducían una moto y 3 eran peatones.
   En cuanto a otra de las faltas más frecuentes, manejar usando el teléfono celular, también se percibe una llamativa reducción del 50% en las multas. En el bimestre enero-febrero de 2017 se hicieron 882 actas, mientras que en lo que transcurre de 2018 hubo 414.
   Incluso, en lo que va de 2018 se secuestraron muchos menos autos de los que se incautaban en 2017. 
   En enero y febrero los inspectores retuvieron 254 vehículos entre los que se cuentan motos, autos y camiones o camionetas. Para el mismo lapso de 2017 se habían secuestrado 540 vehículos, es decir, más del doble.
   A eso se suma la falta de espacio en los corralones y la imposibilidad de que, por el momento, muchos vehículos que desde hace años ocupan lugares en dependencias comunales puedan ser compactados o convertidos en chatarra.
   Si bien desde hace un año rige una ordenanza que contempla medidas en ese sentido, hasta el momento no hubo compactaciones en nuestra ciudad.

¿Por qué bajó el número de controles?

   En enero de 2017 la Guardia Urbana Municipal fue dividida en tres: Control de Tránsito Urbano, que quedó con 100 inspectores; Mantenimiento, con 12 agentes a cargo de Infraestructura; y con 40 inspectores que se desempeñaban en la GUM se creó el PreCom que pasó a prestar colaboración a las fuerzas de seguridad.
   Desde el Sindicato aseguraron que de los agentes que se desempeñaban en la GUM quedaron para tránsito un total de 109, entre los que se cuenta el personal administrativo.
   Lo cierto es que ese año se registró la primera baja de controles y se pasó de un promedio de 68 diarios de 2016 a los 41 por día que se registraron el año pasado.
   El secretario de Gobierno, Fernando Compagnoni, aseguró que esos cambios no afectaron el funcionamiento del cuerpo de inspectores, pero que en las próximas horas hará un traspaso de 8 agentes del PreCom a Control de Tránsito para incrementar los operativos callejeros.
   Sin embargo, desde el gremio apuntan a la reducción de horas extra que se produjeron en enero último, tras un decreto del intendente Héctor Gay, aunque desde la comuna niegan que eso sea parte del problema.
   “De jueves a domingo se realizan todos los controles que se hacían y no se dejaron de hacer operativos nocturnos” aseguró Compagnoni. 
   De todos modos, explicó que el sistema de test se realiza por selectividad y no a todos los conductores que son detenidos en la calle.

Los accidentes disminuyeron, pero son cada  vez más serios

   A pesar de la merma de controles, la cantidad de accidentes que se produjeron en las calles bahienses descendieron un 8,2% de 2016 a 2017, ya que el año pasado se registraron 2.803 contra los 3.053 siniestros ocurridos en 2016. 
   El dato fue confirmado por el titular del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional del Sur, Pedro Silberman, que realiza el estudio de colisiones viales para el Municipio.  
   En el documento presentado semanas atrás también se registró una leve disminución en la cantidad de víctimas fatales, ya que en 2016 se registraron 26 muertes y en 2017 fueron 24.
   Lo curioso es que pese a esos datos alentadores, nuestra ciudad posee un índice de mortalidad en el tránsito mayor a Capital Federal, aunque es menor al del resto del país.
   La tasa de mortalidad en Capital fue de 2.8 personas cada 100.000 habitantes. En Bahía, la tasa de fallecidos es de 10,9 personas cada 100.000 habitantes.
   Como dato positivo se puede remarcar que el promedio de muertes por accidentes en Bahía es inferior al del resto del país, donde se registra una mortalidad de 12,4 personas por cada 100.000 habitantes.

Exámenes de droga, cosa del pasado

   Otro dato llamativo es que ya no se realizan los exámenes que detectan el consumo de drogas. Esas pruebas dejaron de hacerse desde hace varios meses y la última registrada en la web municipal fue de septiembre de 2017. 
   Así lo demuestran los partes semanales que emite el Municipio y la web Gobierno Abierto, donde se puede ver que durante 2018 y parte de 2017, en ningún operativo se realizó esa prueba.
   El llamado “Drugger Test” comenzó a realizarse en agosto de 2015 y Bahía fue la primera ciudad del interior del país en hacer esos controles, que se realizan con un aparato que a través de una muestra de saliva puede establecer la presencia de al menos seis tipos de drogas, en el mismo lugar del operativo y en un trámite que no demanda más de cinco minutos.
   El detector de drogas verifica la presencia de anfetaminas, benzodiacepinas, cocaína, metanfetaminas, marihuana y derivados del opio, mediante un equipo que permite guardar en su memoria hasta 500 mediciones.
   A diferencia del consumo de alcohol, en que está establecido un tope por sobre el cual no se permite conducir, en las drogas no hay un límite previsto, por lo que el aparato se limita a señalar únicamente la existencia de alguna de las sustancias mencionadas, sin precisar cantidad.

Parquímetros: la pérdida millonaria que nadie detectó

   Entre el 7 de diciembre de 2017 y el 18 de marzo último no se registró ninguna multa por estacionar en un lugar sin abonar el parquímetro.
   Las demoras de la empresa Exo en poner en marcha el nuevo sistema provocaron esta situación.
   Desde hace varios meses se menciona que el Municipio perdió de recaudar unos 3 millones de pesos por la falta de registro del estacionamiento medido y pago, aunque nadie tuvo en cuenta la cantidad de infracciones que se dejaron de realizar.
   Desde el 1 de enero de 2017 hasta mediados de marzo de aquel año se habían realizado 3.182 infracciones por esa falta.
   La misma tiene un valor de 500 pesos o de 350 si se paga de manera voluntaria en la comuna, lo que significa que el Municipio se perdió de recaudar entre 1.110.000 y 1.591.250 pesos en infracciones, estimativamente.