Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Dermatitis atópica: pica, se infecta y es difícil de tratar

 Presenta varias caras, pero su síntoma central es el prurito con piel extremadamente seca y reactiva.

La dermatitis atópica puede impactar significativamente en la vida de los pacientes y -con distintos niveles de severidad- y es una de las enfermedades inflamatorias de la piel más frecuentes. 
   Genera síntomas debilitantes como piel seca, picazón intensa y persistente, enrojecimiento, costras y secreciones. 

   Para el Día Mundial de la Dermatitis Atópica, que se conmemoró días atrás, la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica y la Sociedad Argentina de Dermatología se unieron para concientizar sobre esta enfermedad.

   “La dermatitis atópica presenta múltiples caras, según la edad del paciente, pero su síntoma principal es el prurito, acompañado de piel extremadamente seca y reactiva”, explicó la doctora Cristina Pascutto, médica dermatóloga, actual presidente de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).

   Para muchos, la picazón es severa o intolerable. 

   Pica tanto de día como de noche, por lo que 8 de cada 10 pacientes con dermatitis atópica moderada a severa sufren alteraciones del sueño y más de la mitad reporta que la picazón interrumpe su sueño de 5 a 7 noches por semana.

   “Algunas personas se rascan dormidas o intentando conciliar el sueño. A veces, el rascado llega a escucharse desde la habitación contigua. Es duro para los padres que ven sufrir a su hijo o para un esposo ver a su pareja en esa situación. De todos modos, quien más lo padece es el que tiene toda su vida atravesada por picazón, sarpullido, enrojecimiento y dolor”, sugirió el doctor Gabriel Gattolin, Presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC).

   La dermatitis atópica pica y mucho. El 50 por ciento de los pacientes, siempre hablando de la variante de moderada a severa, también siente dolor. Las lesiones pueden llegar a cubrir más de la mitad del cuerpo y se manifiestan en áreas sensibles como párpados, cuello, codos, muñecas, rodillas y tobillos. Al rascarse, los pacientes pueden lastimarse aún más y aumentar el riesgo de infecciones.

   “Esta enfermedad afecta aspectos cotidianos de la vida como la elección de la ropa, la realización de actividad física, salidas con amigos, irse de paseo, o cuestiones más importantes como la presentación en púbico, las relaciones interpersonales o la actividad sexual. Esto impacta negativamente en términos psicológicos pudiendo generar ansiedad, depresión o aislamiento”, agregó el especialista.

Hacia el diagnóstico

   “Si bien uno de los elementos para llegar al diagnóstico son las localizaciones típicas donde aparecen la lesiones, en algunos pacientes se da una distribución diferente con aspectos parecidos a otras condiciones como eczema numular, prurigo, dermatitis seborreica, psoriasis, sarna y hasta reacciones medicamentosas. 

   Por lo tanto, para llegar al diagnóstico correcto, muchas veces es necesario realizar otros estudios más específicos”, describió Pascutto.

   “Cuando el paciente llega a la consulta por primera vez, se le pregunta si tuvo algún tipo de manifestación de las vías respiratorias, porque es altamente frecuente que presenten cuadros de asma, rinitis y conjuntivitis alérgica, rinosinusitis crónica y alergias alimentarias. También se lo indaga sobre antecedentes familiares, además de confirmar, claro está, la existencia de lesiones cutáneas o piel extremadamente seca”, refirió la especialista.

   El doctor Gattolín reconoció que “el prurito que sufren es el criterio mayor de diagnóstico y el motivo central por el que van a la consulta. No obstante, el enrojecimiento, la piel hinchada, agrietada, gruesa y supurante condicionan un cuadro complejo, muchas veces severo y difícil de tratar”.

   Suele ser considerada una condición de la infancia, porque afecta a entre el 5 y el 20 por ciento de los niños, de los cuales entre el 10 y el 40% presenta la forma severa. De todos modos, en 3 de cada 10 casos continúa tras la pubertad y, de hecho, algunos pacientes inclusive experimentan los primeros síntomas recién de grandes.