Los delitos sexuales, la negación del acusado y la situación de la víctima

Redacción de La Nueva.

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   La negación sistemática y la búsqueda de intentar desacreditar a la denunciante, son posturas que suelen exhibir los imputados en casos de abusos sexuales.

   Así lo describió la abogada Viviana Lozano, quien tiene una importante experiencia en el tema y ha asesorado a gran cantidad de víctimas en nuestra ciudad.

   Si bien evitó referirse puntualmente al caso del actor Juan Darthés, analizó las características del discurso que habitualmente exponen los acusados por este tipo de hechos.

   “Particularmente de esto no puedo hablar, porque no conozco la causa y ni siquiera tramita en nuestro país. Lo que sí puedo decir es que en todos los casos de abuso sexual lo que vemos, y un psicólogo puede marcarlo bien en el perfil, es una persona negadora de las situaciones, las invierte y observamos justificaciones sistemáticas”.

   La letrada indicó que “nunca un imputado reconoce que cometió un hecho. Recuerdo un caso local donde el sospechoso dijo que la nena lo había tocado a él, cuando lo sucedido había sido a la inversa y hubo situaciones muy graves”.

   También manifestó que en los delitos sexuales las pericias psicológicas y psiquiátricas configuran el principal medio para llevar adelante la investigación.

   “Hay que pensar que en casos de abusos generalmente no tenemos testigos, por eso se los menciona como delitos en la sombra, porque ocurren en la intimidad. Por eso, la verdad jurídica se construye sobre otros testimonios".

   “A partir de las evaluaciones se puede determinar si lo que cuenta la víctima es verdad o fabula. Es muy difícil decir que el psicólogo se equivocó, porque se trata de personas con preparación, experiencia y especializadas en estas cuestiones”.

   “Lo mismo con respecto a los acusados. No es tan fácil engañar al interlocutor, que está preparado para esa situación”, siguió diciendo.

   De la misma forma, señaló que esta negación no puede sorprender a la persona que sufrió los abusos.

   “La actitud es esperable. La víctima no busca que el imputado venga y reconozca lo sucedido, porque sabe que eso va no va a ocurrir. Lo que espera es que se le crea. Quien le tiene que creer es la justicia y eso es lo principal”.

   Mencionó que tampoco es raro que pase mucho tiempo hasta el momento en que la víctima se atreve o se encuentra preparada para denunciar.

   “Es un proceso de elaboración hasta que se siente fortificada para decir lo sucedido, y después tienen que hacerlo nuevamente para transitar el largo camino de la causa judicial y aguardar la sentencia. Por otra parte, después del fallo deben rearmarse para seguir con su vida”.

   “Hay que tener valor, no cualquiera se anima a denunciar un hecho de esas características. Una de las razones es porque los ciudadanos en general, sea detrás de un televisor o el monitor de computadora, lo primero que hacemos es juzgar, convertirnos en jueces de la víctima o el denunciado. No tenemos la costumbre de ser imparciales y escuchar todo”, finalizó.