Bahía, la ciudad que no cuida a los bares "notables"
Del listado de 16 considerados "de interés histórico-cultural" por ordenanza en 2001, apenas quedan dos abiertos: el Miravalles y Landa Chico. Los demás cerraron o fueron demolidos.
Por Mario Minervino / [email protected]
La reciente demolición del edificio del bar La Morenita --en Washington y Alberdi-- generó tristeza y hasta desolación ante la pérdida de un bar destacado en la historia de Villa Mitre.
Hubo un modesto abrazo al edificio por parte de unos vecinos hasta que una topadora necesitó unas pocas horas para borrarlo de la geografía urbana. En realidad, su desaparición comenzó hace tiempo. Cuándo dejó de tener clientes, cuándo sus propietarios no tenían recursos para su mantenimiento edilicio, cuándo nadie se ocupó por considerar su realidad.
Pero los hechos indican que no se reconocen bares "notables" en Bahía Blanca. Lo cual no significa que no existan. Nadie los ha identificado como "dignos de nota, atención o cuidado".
El cierre de La Morenita se suma a un listado de 16 bares, todos los cuales fueron declarados "de interés histórico-cultural" por el Concejo Deliberante (ordenanza 11626 de 2001). Una declaratoria que no pasó de eso.
Desde aquel año se han perdido casi todos estos sitios. Se han ido sin ruido ni añoranzas. Nadie ha tomado cuenta de esos cierres. Nadie ha instrumentado alguna herramienta capaz de cuidarlos.
La ordenanza
En 2001 se hizo el listado de 16 bares considerados parte de la memoria barrial, cargados de historias. Se los eximió del pago de las Tasas por Alumbrado, Limpieza y Conservación de la Vía Pública y la de Salud.
También del pago de los derechos de construcción en caso de querer realizar mejoras. Lo que otorgaba la ordenanza era poco y nada si realmente se asumía que estos sitios tenían relevancia histórica y cultural.
Tampoco se instrumentó método alguno de supervisión y acompañamiento, de conocer cada situación o necesidades.
De aquel listado quedan dos en pie: el Miravalles, en avenida Cerri al 600, y el "Landa Chico", en el camino de acceso a Alférez San Martín.
Los porteños
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires una ley calificó de "Notable" a "aquel bar, billar o confitería relacionado con hechos culturales de significación; cuya antigüedad, diseño arquitectónico o relevancia le otorguen un valor propio".
Se creó una comisión para evaluar proyectos de "conservación, rehabilitación o restauración edilicia y mobiliaria" y se instrumentó una promoción de los locales en la actividad cultural y turística con actividades incluidas en el Presupuesto Anual.
Se establecieron exenciones impositivas y se firmaron varios acuerdos, de manera de operar el municipio como un socio. La mayoría recuperó vida y uso. Todos siguen abiertos y vivos.
La lista local
De los 16 bares siguen abiertos el Miravalles y Landa Chico. El resto, no está. Quedan historias sueltas, de memoriosos.
Por caso El Barullo, de Villa Rosas, cerró en 2011. "El dueño creaba situaciones de enredo entre los parroquianos que, a veces, se resolvían con una discusión y en otras, llegaban a las manos", señala un vecino de Villa Rosas. Incluso hablan de un slogan publicitario: "Si quiere ser mal atendido, concurra al Bar Barullo y si no viene, mejor".
El Landa Chico era familiar del Landa que estaba en calle Don Bosco, casi en el cruce con la ruta, parada obligada de ciclistas y de quienes iban a cazar perdices.
De La Francesa queda una fachada con colores y algunas frases. Pero detrás de esa pared está vacío, ya que fue demolido.
El Tropezón, de Rivadavia y Liniers, es en realidad "El Viejo Tropezón", ya que había un "El Tropezón" en Patricios 62.
En Terrada y Rondeau estaba el bar de Perico. Hoy funciona con el nombre de "Los amigos de Perico".
La Bodega, en Cabildo, cerró hace un par de años. El Sol de Mayo cerró y fue demolido.
Al detalle
Los siguientes eran los bares de interés cultural:
--Bar Centro Empleados Ferroviarios, en Coronel Maldonado. Funcionaba como club y cantina desde 1903 y desde 1990 como bar.
--La Francesa, en una cortada del viejo mercado de Abasto. Se inició en 1907 como almacén, atendido por Cecil, mujer francesa de elegancia notable.
--El Barullo, en Villa Rosas, Avenida Arias 2.300, panadería y almacén desde 1910.
--Bar de Sánchez, frente a la estación Grünbein. Se inició en 1901 como almacén, fonda y bar. Lo frecuentaron Enrique Grunbein, Carlos Pronsato, Ernesto Parral, Harding Green y Antoine de Saint Exupery.
--El Sol de Mayo en Charlone y Bélgica. Inició sus actividades en Mayo de 1910. Casi una pulpería, frecuentada por soldados, civiles e indios mansos.
--Bar de Perico, desde 1910 en Rondeau y 9 de Julio. Allí jugaba al ajedrez quien fuera ministro de educación, Julio César Avanza.
--La Bodega, en Cabildo, inaugurado en 1910, bar y canchas de bochas.
--El Antiguo Aragonés, en Villa Bordeu, bar rural desde 1913.
--El Topezón, en Liniers y Rivadavia; de 1908. Su dueño, el malagueño José Grima, lo hacía funcionar como almacén y taberna. Ahí jugaba a las cartas el famoso mago Odronoffs.
--Bar Los Hermanos, en Teniente Farías 245 del barrio San Martín. Instalado en 1915. Tenía botellas centenarias, mobiliario original y una mesa de billar.
--El Puesto, en Vieytes y Patricios, de 1920.
--La Morenita en Villa Mitre, inaugurado en 1920, como almacén, forraje, expendio de nafta, imprenta y transporte.
--El Miravalles, frente a la Estación del Sud, café y bar, en el que Gardel desayunó en 1933. También estuvo Luis Sandrini.
--Landa Chico. Km. 18, ruta 35. Parador de paisanos desde 1930.
--“El Gauchito” en General Cerri, fue desde 1920 una fonda o pensión.
--Bar “Saeta”, Barrio Anchorena, En 1935 era un club social familiar con atención de bar. Desde 1950 bar de copas, billares y naipes.