Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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“Las promesas económicas tienen que ser cumplibles”

El reconocido economista pasó por Bahía en el marco de las Jornadas Argentinas de Estudiantes de Economía, y dialogó en forma exclusiva con La Nueva. 

Foto: Emmanuel Briane-La Nueva.

Francisco Rinaldi

frinaldi@lanueva.com

Daniel Heymann es el economista al que otros economistas quieren leer o escuchar. Puntilloso estudioso de la economía argentina, asegura que los esfuerzos del Gobierno por bajar el déficit fiscal serían vanos si no se consigue, antes, un mínimo de crecimiento, que bajar la inflación “de golpe” es un imposible y que no aprovechar el reciente salto del dólar para mantener y diversificar las exportaciones sería repetir un viejo error. 
Heymann visitó la ciudad en el marco de las Jornadas Argentinas de Estudiantes de Economía (JAEEc), organzidas por el Centro de Estudiantes de esa disciplina de la UNS, donde fue uno de los expositores destacados. 
Horas después de su ponencia, La Nueva. visitó las instalaciones del departamento de Economía de la Casa de Altos Estudios local, en los altos del Palihue, donde mantuvo el siguiente diálogo. 
--Al asumir, el Gobierno realizó enunciaciones que claramente no se cumplieron en los hechos ¿cuál es el riesgo de incurrir en esa conducta? 
--Que se alimenten aún más las perturbaciones que sufre constantemente nuestro país. 
“En principio, entiendo que es importante que la política económica de señales claras y genere expectativas positivas en la gente, pero que se sobreexija con declaraciones, que habitualmente hacen los funcionarios, y que  después son negadas con los hechos, no me parece lo más acertado”. 
“Analicemos concretamente las metas de inflación. Se trató de metas muy duras que se anunciaron con la única voluntad de de generar un cambio en las expectativas, algo que es crucial en economía”.  
“En concreto, fue un intento basado en la confianza de que el sólo anuncio iba a dar resultados, pero había condiciones previas que hacían preveer que lograr esas cifras de inflación (N de R: la s primeras metas, dadas a conocer por el entonces presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, eran del 8 a 12% para 2018 y de 5% para 2019) era casi un imposible”. 
“Y esto era así porque en nuestro país, el traslado a precios del tipo de cambio es alto, y, si a esto le agregamos la intención por razones fiscales de resolver el atraso de las tarifas, se entiende el porqué de la dificultad de cumplir lo que se promete”. 
“Por eso, hay que adaptar pretensiones, ambiciones y anuncios económicos a lo que realmente se puede lograr”.
--¿Y ahora? El Gobierno parece obsesionado con reducir el déficit fiscal...
-- Es que el escollo está en que es muy difícil reducirlo en un contexto como el de hoy,  en el cual, la economía está estancada. 
“En el fondo, lo que tenemos es un problema de crecimiento: nuestra economía no puede crecer porque no puede generar, con sus exportaciones, los dólares que necesita para sostener su demanda interna, lo que se ve reflejado en el abultado déficit de la cuenta corriente (N de R: es la diferencia entre las ventas y las compras de bienes y servicios realizados y pagados al exterior)”. 
“Y si no se crece, se recauda menos, porque las bases imponibles de los impuestos están muy limitadas por el crecimiento, y si a esto le agregamos las demandas sociales de gasto público, que son naturales , como mejorar la educación, la salud, las jubilaciones, etcétera, entonces, lograr ese objetivo se torna muy complejo”. 
--Si fuera funcionario le recriminaría que sólo atacando el problema fiscal se podría resolver lo de la cuenta corriente...
--Las dos brechas se deben cerrar porque ninguna es financiable.
“Fíjese lo que pasó con el tema fiscal: en algún momento, se le acabó el financiamiento externo al Gobierno y hubo que hacer un ajuste, vía aumento del tipo de cambio”. 
--Pero eso es responsabilidad del sector público que no ahorra. Menor gasto público es menos necesidad de pedir plata afuera...
--Ahorramos poco todos. Por eso, le guste o no, el sector privado está metido en este problema, porque cuando el sector público se endeudaba, ¿quien iba a pagar esa deuda? ¡los privados!
“Además, cuando se cortó el crédito externo, también se cortó para ellos, no solamente para el Gobierno”. 
--De nuevo: hay que consumir y gastar menos, le diría un funcionario...
--Bueno, una manera de cerrar la brecha externa es achicar lo que se denomina la absorción interna, que es la suma del gasto público, del consumo y la inversión de los argentinos. 
“Así se da un ajuste que ya es un clásico en nuestro país. Pero no es la única salida y en mi opinión, inclinarse demasiado por estas medidas, evitando concentrarse en recomponer la actividad económica, hará muy difícil resolver la brecha fiscal, amén de los problemas derivados del mercado laboral, porque se afecta al empleo”. 
“Debo aclarar sin embargo que como ocurre en Argentina, lo importante es lo urgente”. 
“Y lo urgente hoy es resolver esta crisis cambiaria, que ya lleva demasiado tiempo.”
--¿Y la otra salida? 
--Exportar más. 
“Y esa es la gran incógnita que sólo se dilucidará con el tiempo: ¿en qué medida la suba del dólar permitirá que se incrementen las exportaciones en forma importante, visible, y, al mismo tiempo, se den señales de que esa tendencia se va a mantener en el tiempo? 
“Si ese fuera el caso, hay un callejón para buscar una salida porque si suben las exportaciones, eso le da capacidad al mercado interno de crecer sin chocarse con la restricción externa, es decir, esa falta crónica de divisas a la que antes aludí, y que hace insostenible el crecimiento”. 
“A su vez, se recauda más por la propia expansión de la actividad, permitiendo que el sector público cierre sus números. Y con menos necesidad de ajustar el gasto público”.
“Conclusión: recuperar el crecimiento necesita que se incrementen las exportaciones y, una expansión de la actividad más o menos sostenida, facilita la resolución de los problemas fiscales”.
--Pienso en Vaca Muerta y en el posible aumento de las exportaciones energéticas...
--Vaca Muerta es una posibilidad porque agrega una oferta adicional de divisas que es importante. 
“Pero en Argentina hemos tenido en las últimas décadas un patrón de grandes devaluaciones que se convierten en importantes atrasos cambiarios (N de R: se habla de atraso cambiario cuando los precios se aceleran por encima del dólar, lo que hace menos competitiva, en precios, a la producción exportable nacional y la desestimula) tiempo más tarde”. 
“Y eso es algo que deberíamos reconsiderar, porque necesitamos que la devaluación logre un aumento duradero de las exportaciones, sirviendo, incluso, como empujón inicial para que aparezcan otros sectores que diversifiquen las ventas al exterior de nuestro país, que en aún en la actualidad siguen muy concentradas en bienes primarios”. 
“Sé que no es un camino fácil. Pero vuelvo a lo mismo: es muy difícil cerrar la brecha fiscal con una economía estancada y un ajuste fiscal basada en medidas de emergencia es frágil”. 
--Entonces, un apretón monetario, con suba de tasas, como el que actualmente ensaya el BCRA, no es muy adecuado...
--En la medida que la política monetaria persiga un objetivo antiinflacionario que puede ser muy nocivo para la actividad, como actualmente ocurre, se generan problemas en lo fiscal. 
--¿Y se llega a ese objetivo de menor inflación? Claramente, hasta ahora no...
--Es que no se puede esperar que ello ocurra porque la política monetaria tiene mecanismos de transmisión que no son directos, porque el que se da vía crédito es muy difuso en la Argentina, dado que  el tamaño del mercado crediticio es muy chico.
“Pero lo más riesgoso es que eso no significa que la contracción monetaria no tenga un efecto negativo, ya que es lesiva para la actividad”. 
--Pero para crecer es necesario bajar la inflación previamente...
--La secuencia depende de las condiciones de la economía. Insisto: es muy importante recuperar la actividad en este momento, incluso, desde una perspectiva de sostenibilidad de la política macroeconómica.