"Ya lo asumí: voy a morir siendo el médico de Olimpo"

Redacción de La Nueva.

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Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

“¿Que resuma 20 años en una frase? Ya no podría vivir sin Olimpo, y sé que voy a morir haciendo esto y en este club. Ahora, no sé si me voy a morir dentro de la cancha, en el vestuario o en una concentración".

Clarito, ¿no? El 2017 es un año "redondito" para Ángel Eduardo Tuma, quien hoy cumple dos décadas ininterrumpidas como médico del plantel profesional aurinegro y el 15 de septiembre soplará las 60 velitas, una edad que lo recibe sin pelos, pero con salud y convencido de que la opción de vida que eligió le dio las alegrías más inesperadas y vivencias imposibles de olvidar.

El "Tordo", o "Angelito", o "Turco", como lo llamamos todos, se emociona cuando tiene que recordar momentos, anécdotas y todo lo que vivió desde 1997 hasta hoy en el club del cual se enamoró él, su familia y sus hijos (Iara y Darián).

Y como varias veces contó su historia, sus comienzos y su activa permanencia en el cargo, pactamos una nota en presente, hablando de la permanencia que acaba de conseguir el equipo dirigido por Mario Sciacqua, la novena en el mundo de Primera división para la escuadra bahiense.

--Bueno, esta permanencia, ¿la sufriste más que otras, o se festejó con el mismo gustito que tuvieron las anteriores?

--Para Olimpo, cada permanencia es como salir campeón, aunque este año fue un sufrimiento desde principio de año, dentro y fuera de la cancha. Pasamos por situaciones indeseables, como huelga por falta en los pagos, lesiones y una sangría de futbolistas inesperada a días de que se reanude el torneo tras las vacaciones de verano.

--Más de una vez te escuché decir: "por suerte se fueron esos jugadores".

--Sí, y lo repito, gracias a Dios que se fueron, porque si seguían en el grupo no sé si hubiésemos conseguido lo que se consiguió. Porque este es un grupo de buena gente, de excelentes personas, no como los mentirosos de Quiroga, Víctor López y Erik Correa.

"Fue un alivio que se hayan ido, porque sino hubiesen contaminado a un grupo espectacular, que la luchó, que lloró por los objetivos y que dejó la vida por Olimpo. Padecimos la competencia, sufrimos demasiado, pero por suerte el grupo pudo demostrar dentro de la cancha que no merecía irse al descenso".

"En 20 años conviví con muchos grupos, pero este, por lo noble y por el espíritu de lucha, fue uno de los mejores. Además hubo una congruencia y una perfecta conexión entre cuerpo técnico, jugadores y auxiliares. Hubo un gran sentido de pertenencia y los problemas no los no eran de uno si no de todos".

--¿A qué jugador te llevarías a vivir a tu casa, porque en este año fuiste médico, padre y psicólogo a la vez?

--Ja,ja... Hay varios. No quiero quedar mal con nadie, pero lo de Parnisari es digno de destacar. Jugó con una tendinitis los últimos partidos y cuando le decías de salir o parar te clavaba la mirada y te hacia creer que estabas loco. Un monstruo...