Bahía Blanca | Lunes, 07 de julio

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Gabriel Rolón y la aventura de analizar en escena

El psicoanalista Gabriel Rolón llega hoy a la ciudad, con "Historias de diván", que protagoniza y se inspira en su best-seller. María Inés Di Cicco / [email protected]

“Corría el año 2006 y soplaban malos vientos para el Psicoanálisis. La llegada de nuevas prácticas, el avance de las neurociencias y publicaciones, tanto de divulgación científica como revistas de consumo masivo, dejaban flotando la idea de que nuestra técnica era algo superado cuando no ineficaz. Allí nació mi deseo por escribir Historias de diván, por transmitir el proceso que se da en la sesión; ese marco donde se juega la verdad más profunda de un sujeto.

"La generosidad de mis pacientes me permitió avanzar en la aventura; el entusiasmo de los lectores hizo el resto. Hoy, basada en aquel libro, llega a ustedes `La Obra´”.

Así presenta Gabriel Rolón una propuesta teatral que cumplió dos temporadas en Buenos Aires y esta noche sube a escena, en gira, en el Teatro Don Bosco de nuestra ciudad.

Desde las 21.30, el psicoanalista asumirá su rol de actor para compartir escenario con Malena Rolón, Alejo García Pinto, y la actuación especial de Carlos Nieto, también a cargo de la dirección.

El protagonista aclara que se trata de una ficción que intenta compartir algunas de las vivencias que se dan en análisis con el fin de seguir difundiendo la labor que "emprendemos juntos, analista y padeciente, enfrentando el desafío de vivir".

Entradas a 450, 400 y 350 pesos, en venta desde las 16.30, en Rondeau 117.

Entre la emoción y el inconsciente

-- Se cumplió no una, sino una segunda temporada de "Historias de diván" en teatro, y además, en gira. A la vista de estos hechos, ¿cómo se siente el psicoanalista en la función de intérprete de un psicoanalista?

-- Es raro pero maravilloso. Porque el analista está recorrido por lo sorpresivo, lo repentino y en el escenario hay que atenerse a un guión, mostrar una sorpresa que en realidad no se tiene pero que, extrañamente, se siente cuando dejás que la obra te inunde y te recorra cada función. Me siento muy bien, muy feliz.

-- Estudiaste música, casi te recibís de profesor de Matemáticas; obviamente, sos psicólogo. ¿Imaginabas abordar tan seriamente la actuación?

-- Desde la adolescencia, la música y el teatro fueron las ramas del arte que me apasionaban. De hecho soy maestro de música y de guitarra, estudié además cinco años de armonía y composición y actuación cuando era muy joven y hasta hace poco, cuando decidí realizar Historias de diván (la obra). De modo que siempre estuvo en mi deseo actuar, hacer música y me preparé todo lo que pude para hacerlo.

“Eso no implica que piense que tomo la actuación como una carrera. Es una aventura maravillosa que ojalá pueda darme algunas emociones más. Pero mi carrera es la Psicología y, hasta cierto punto, la escritura. Lo otro es un primer amor que cada tanto me permite una caricia”.

-- ¿Cuáles son tus compromisos como profesional de la salud con esta obra?

-- Mi compromiso ha sido siempre la transmisión y difusión del psicoanálisis e Historias de diván no escapa a eso. Cada vez que me subo al escenario mi desafío es que la gente se vaya del teatro habiendo comprendido un poco más de lo que es el análisis y, sobre todo, con la convicción de que en esos momentos en los que la angustia avanza y alguien no puede solo, el psicoanálisis es una opción que puede aliviar el dolor y aportar el conocimiento de una verdad hasta ahora desconocida.

-- ¿Por qué eligieron los casos que eligieron para entramarla?

-- Porque me permiten mostrar las dos columnas principales que discurren dentro de un análisis: la emoción y el inconsciente. Majo es pura fuerza, pasión, en su doble acepción de placer y dolor, es riesgo y frescura, desacato y drama; Antonio, a su vez, me permite mostrar la verdad oculta, la importancia de la sexualidad infantil, lo traumático y como la palabra puede desanudar la angustia muda. Además porque han sido dos casos que, en su momento, me plantearon muchas dudas, conmovieron mi saber y tuve que enfrentar momentos muy complejos.

-- Cuando el actor se baja del escenario, el psicólogo vuelve a la consulta y a analizar. ¿Seguimos siendo, los argentinos, los más analizados del mundo?

-- Así parece ser si nos dejamos llevar por las encuestas. Lo cual me halaga, porque implica que hemos podido darle un lugar de importancia a nuestra salud mental y psíquica. Algo que, incluso en países muy avanzados, está aún lejos.

-- ¿Cambiaron las preocupaciones de los pacientes en los últimos meses?

-- Todo cambio social repercute de algún modo en lo personal. De modo que los avatares de los últimos meses también encuentran un lugar en el discurso de los pacientes en el diván. Por supuesto, tamizado por la historia subjetiva y única de cada uno de ellos.

Lo que nos salva, lo que nos enferma

La obra. Historias de diván cuenta las alternativas del tratamiento de Majo, una adolescente obsesionada por la muerte; y de Antonio, un sacerdote al que su fe ha dejado de sostenerlo. Las dudas y los temores del terapeuta también entran en conflicto, lo cual se refleja en las sesiones que tiene con su propio analista.

Conflictos. "En lo personal he comprobado que no importa donde viva alguien, sólo hay dos temas en la raíz de todo sufrimiento psíquico: la sexualidad y la muerte".

Una historia que va de sesión en sesión

Gabriel Felipe Rolón nació el 1 de noviembre de 1961, en la ciudad de Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires.

Estudió en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, donde se graduó. Posee además, una especialización en psicoanálisis. Abocó su actividad a la Psicología Clínica, especialmente en el tratamiento de las neurosis, psicosis y perversiones.

Durante 14 años trabajó junto a Alejandro Dolina en el programa radial La venganza será terrible, hasta que abandonó el ciclo en 2007 para dedicarse a otros proyectos.

Trabajó como columnista en estos temas en varios programas de radio y televisión. Tuvo su programa propio en televisión llamado Terapia (única sesión) y condujo Noche de diván en Radio Mitre.

Además, como actor y cantante, participó en la opereta Lo que me costó el amor de Laura (1998), de Alejandro Dolina; en Radiocine (2002); y en múltiples interpretaciones en vivo en La venganza será terrible.

En 2011 tuvo una participación en el ciclo "Recordando el show de Alejandro Molina" emitido por el canal Encuentro, donde encarnó al doctor Sigmund Freud.