Bahía Blanca | Sabado, 28 de junio

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Nicolás Cabré prefiere el teatro

Actor de “El quilombero” confiesa que con el cuidado de su hija no podría pasar 12 horas en un estudio de TV. Agencia Télam
Junto a Luis Ziembrowski, en una escena de “El quilombero”.

Nicolás Cabré encarna a Pignon, un fotógrafo desbordado por la separación de su mujer en El quilombero, una comedia disparatada del autor y realizador francés Francis Veber dirigida por Arturo Puig, con Marcelo De Bellis, Luis Ziembrowski, Alejandro Muller y Mercedes Oviedo.

La obra producida por Gustavo Yankelevich y que se presenta en el porteño Lola Membrives, se perfila como un éxito de taquilla.

Cabré se muestra contento por su protagónico en esta comedia del reconocido autor galo, responsable de escenas desopilantes en productos muy logrados como La cena de los tontos y El placard.

“Me llega en el momento justo. No sólo me gusta la obra que me dio Gustavo (Yankelevich), sino todo lo que vino detrás y junto ella, como la dirección de Arturo (Puig) y saber que estamos todo el tiempo junto al elenco trabajando para hacerla crecer”, cuenta.

“Hoy -continúa- tengo prioridades en la vida. Con el cuidado de mi hija, es una época ideal para hacer teatro. Hoy no puedo quedarme durante 12 horas diarias en una grabación, en un estudio de televisión. El regreso a una sala con una comedia que de verdad me divierte, me tiene entusiasmado".

Aunque se recuerde su paso por populares tiras Son amores y Sin código y en la piel de criaturas ligadas al humor, sobre las tablas concibe al género como, “un desafío del cual me venía alejando, me habían ofrecido cosas que no me gustaron, disfruto al encararlo de otra manera, dentro del registro de una comicidad sin pausas”.

El actor se refiere a esa suerte de histrionismo vertiginoso, al límite, que fue su marca en la serie televisiva Los únicos (El Trece) que tuvo su rendidora versión sobre las tablas en 2011, donde Cabré fue de la partida, con una actuación eléctrica.

En el convoy

En El quilombero, la acción dramática se despliega en dos habitaciones con un ritmo similar al de, “un tren, cuando el texto arranca ya no para y mi personaje no tiene paz y no permite que los demás la tenga, marcha a velocidad y me permite jugar con una locura permanente”, detalla enfático.

“Pignon es un ser desbordado por la separación de su mujer. No le importa mucho el otro ni sus reacciones; él arrastra a los demás en sus quilombos, sin tener registro de su conducta”, se apasiona y ríe.

El rol le demanda, "mucho laburo físico, estoy bajo de peso, resulta una experiencia agotadora, no te da respiro no paro nunca, voy y vengo para todos lados".

Compadres se llamó una de las versiones cinematográficas del cuento protagonizado por Jack Lemmon y Walter Matthau, dirigido por el genio de Billy Wilder en 1981, mientras que Querido asesino fue su versión cinematográfica más reciente dirigida por su autor Veber, en 2010.

Aunque durante la trama al protagonista, “le van pasando un par de cosas avatares, capaces de mover algunas fichas dentro de sí, él posee una locura que impide que todas se le acomoden todas", precisa.

Su énfasis en la dramaturgia, generosa en situaciones de enredos con puertas que se abren y cierran, quizás confirme que drama y comedias pueden ser dos caras de la misma moneda, ya que el actor compartió tablas a dúo con Alfredo Alcón en El gran regreso (2004), una honda reflexión sobre las aristas de la paternidad, y fue el joven vulnerable desde su enamoramiento de El cartero, junto a Darío Grandinetti, con una escena de desnudo en 2000.

“Nunca elegí trabajos por dinero o me obsesionó el rating, no son mis puntos de referencia", asegura.

"Siempre quise construir papeles que me sirvan y estén bien hechos, no miro resultado final, si estoy en un programa y no me gusta algo, lo digo, aunque el envío vaya primero en la tabla de audiencias”, sostiene un actor que disfrutó de varios éxitos.

“En la obra buscamos que la gente se ría, pase un buen momento y trabajamos duro para lograrlo, quiero que el público pueda justificar el dinero que invierte en la entrada al teatro", prosigue.

El joven viene de interpretar a un sagaz y melancólico detective en el unitario Variaciones Walsh (Canal 7) , “pasé un período extenso sin estar en la tele; lo último que había realizado era Mis amigos de siempre’(El Trece) en 2013 y volver a estar en pantalla junto a Pipo (Luque) y Darío (Grandinetti) ya no tenía muchas excusas para quedarme en casa, encima se trataba de un homenaje a Rodolfo Walsh...”.

Para Cabré, la serie le permitió, “conocer cómo se trabaja en la Televisión Pública, con el detenimiento, el cuidado por los detalles, además el papel me dio la posibilidad de cruzarme y mostrar textos no tan conocidos del escritor argentino”, concluye.

"La casa", de Diego Lerman, estrenará en Rotterdam

Internacional. La miniserie televisiva se exhibirá en la inauguración de la sección Episodic-Epidemic, del Festival de Rotterdam que comienza hoy.

Única. Será la primera producción de América Latina seleccionada para participar.

Buenos augurios. Luego de haberse estrenado en la TV Pública en marzo de 2015, La Casa, que obtuvo tres premios Nueva Miradas, como Mejor Ficción, Mejor Actriz, para Erica Rivas y Mejor Música, para Gustavo Pomenarec, continúa su recorrido internacional.