Día a día, la cardiología nos sorprende con tratamientos
La obstrucción de la válvula aórtica es la enfermedad estructural cardíaca de mayor incidencia a partir de los 75 años de edad, ya que el 5 por ciento de esta población la padece.
En la Argentina unos 120 mil pacientes presentan esta condición.
Consiste en el endurecimiento y la obstrucción de dicha válvula, que está situada en la cavidad izquierda del corazón.
Cuando está sana, permite el paso de la sangre hacia la arteria aorta y evita el reflujo hacia el corazón.
Con el paso de los años, se puede ir calcificando, endureciendo y perdiendo elasticidad.
Así, el flujo de sangre que sale del corazón se ve limitado y rápidamente aparecen síntomas como dolor de pecho (angina), cansancio inusual después de una actividad, mareos, desmayos (síncope) y falta de aire (disnea) cada vez mayor.
Hay dos alternativas de tratamiento.
Una es la cirugía convencional, "a cielo abierto", en la que se somete al paciente a hipotermia y se lo conecta a un corazón artificial durante la intervención de reemplazo valvular aórtico.
La alternativa es el cateterismo, a través del implante de la válvula aórtica por vía percutánea (TAVI, por sus siglas en inglés).
En opinión del doctor Antonio Scuteri, cardioangiólogo intervencionista miembro del CACI, el implante percutáneo es una cirugía mínimamente invasiva, que puede realizarse por punción o disección de una arteria periférica como, por ejemplo, la arteria femoral o la arteria subclavia o , en casos extremos, por punción directa de la aorta torácica.
Ya se han realizado en nuestro país más de mil implantes de válvula aórtica por cateterismo, mediante el cual se reemplaza la válvula aórtica enferma por una prótesis.
Esta se coloca mediante un catéter desde una arteria periférica.
Aunque se utiliza, sobre todo, en pacientes añosos con riesgo elevado ante la cirugía convencional, la indicación se está extendiendo a personas con riesgo quirúrgico intermedio y a pacientes con enfermedad vascular periférica severa.
Para el reemplazo de la válvula enferma por una protésica del pericardio, se inserta la válvula montada sobre un stent de metal auto expandible, que está dentro de un catéter de 6mm de diámetro. Después la camisa protectora se autoexpande y se implanta en el paciente.
El Implante Valvular Aórtico Transcatéter (TAVI) se realizó por primera vez en el año 2002 y a nivel mundial ya se trataron más de 100 mil pacientes.
En la Argentina el primero se llevó a cabo en el 2009, en el Hospital Juan A Fernández.
Hoy el TAVI se realiza en 40 instituciones médicas.
En los primeros años el TAVI tenía indicación exclusiva en pacientes con estenosis valvular aórtica que eran considerados inoperables.
Posteriormente, ante la evidencia de la confiabilidad y la durabilidad de la prótesis en el tiempo, el procedimiento se extendió a personas con alto riesgo para la cirugía.
"Es de esperar que en los próximos años esta técnica demuestre que su uso en poblaciones de menor riesgo sea igual o superior a la cirugía de cielo abierto, para la cual existen a la fecha trabajos destinados a comparar ambas técnicas", destacó el doctor Scuteri.
En cuanto al tiempo de intervención posterior a la intervención es de 5 días en promedio.
Sin embargo, a las 12 horas después del tratamiento, los pacientes ya pueden ponerse de pie y caminar sin problemas.
Además se espera que los individuos puedan irse de alta dentro de las 48 horas en un futuro cercano.
De esta manera, se habrá de evitar el riesgo de infecciones intrahospitalarias.