Un boliche deberá resarcir a una persona a la que le pegaron dentro del local
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Juan Pablo Gorbal / jgorbal@lanueva.com
Luego de casi ocho años de litigio judicial, un joven que había sido golpeado dentro de un boliche de nuestra ciudad recibirá un resarcimiento, por el daño moral y la asistencia médica, de parte de los administradores de la disco, ya que su personal de seguridad no intervino para evitar el hecho.
El fallo fue dictado por la Sala I de la Cámara en lo Civil y Comercial, con los votos de los jueces Guillermo Ribichini y María Cristina Castagno. La resolución confirma una de primera instancia, aunque amplía el monto en favor del accionante, Julián Campaña Contardi.
La firma Allwaysparty S.A., que al menos para esa época explotaba la confitería bailable Chocolate, de Fuerte Argentino 891, deberá hacerse cargo de los gastos.
El incidente sucedió la madrugada del 25 de diciembre de 2007, cuando Campaña Contardi se encontraba con amigos y, sobre las 5, un grupo de jóvenes comenzó a golpearlo sin motivo aparente.
Sus allegados confirmaron que “ninguno de los empleados de seguridad intervino para impedir la agresión o que le quitaran la campera”.
La víctima, agregaron los testigos, abandonó el lugar ensangrentada y una amiga suya, Valentina Fernández Pirrone, llamó al 911 y luego fue trasladado al Hospital Municipal.
Como consecuencia del ataque, sufrió un traumatismo de cráneo con lesión intracraneal, fractura de nariz y fractura desplazada en la mano derecha. Campaña Contardi, en principio, incluyó en el reclamo de daños y perjuicios la sustracción de la prenda, los gastos de atención, el daño estético y el daño moral.
En primera instancia, y principalmente por los testimionios de Valentina Fernández Pirrone, Juan Manuel Víctor y Juan Andrés De Beistegui y el informe del 911, se responsabilizó al boliche por no cumplir en debida forma con su deber de seguridad y se le impuso un pago de poco más de 30 mil pesos.
Los camaristas, a su turno, confirmaron la sanción aunque incorporaron los gastos por 30 sesiones de kinesiología, así como el daño moral, para llegar al monto global de 40.727 pesos.
Para Ribichini y Castagno, la agresión “no ha sido de particular gravedad”, más allá de que el joven atravesó “un momento sumamente desagradable y que ha debido afrontar algunas molestias significativas”.
Sin embargo, advirtieron que no fue internado, no sufrió prácticas invasivas ni sufrió secuelas incapacitantes, salvo una leve deformidad en la nariz “que no parece haberlo afectado de manera significativa”.
Cálculo
La Cámara consideró que el monto calculado en primera instancia es “insuficiente” y llevaron el daño moral a 40 mil pesos, más 727 pesos de gastos médicos.
La idea para calcular el daño moral es “procurarle al demandante el acceso a goces compensatorios proporcionales al desagradable episodio vivido”.
Los jueces compararon la reparación del perjuicio con un corto viaje de placer, la adquisición de un TV LED, un teléfono celular u otro equipo de última generación.