Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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La milenaria Grecia al alcance de la mano

Durante tres semanas de julio, nueve alumnos de la Universidad Nacional del Sur participaron de excavaciones arqueológicas en el sitio minoico Gaidoroufas de Anatoli, en la isla de Creta.
Foto: archivo La Nueva.

Por Ricardo Aure / [email protected]

Federico Vitelli, Eugenia Peter, Aixa Velasco, Sofía Stefanu, Luciana Campos (Historia), Diana Fuhr, Carolina Andrada Zurita (Filosofía), Belén Uzeltinger (Ciencias de la Computación) y Juan Bautista Xillovich (Geología) son los protagonistas de una historia que ayudó a desenterrar milenarias historias.

Inscriptos en el Programa de Arqueología de Grecia (cátedra de Historia Antigua II), que coordina el doctor Mario Ritacco en el departamento de Humanidades, compartieron excavaciones en la isla de Creta.

Esa actividad de formación científica sucedió en el marco del convenio de colaboración académica firmado entre la UNS y la Universidad Nacional de Atenas, acuerdo impulsado desde Grecia por Naya Polychronakou Sgouritsa, docente del departamento de Arqueología de la principal universidad griega.

El viaje también fue posible con los aportes económicos de la Fundación Alexander Onassis, con sede en Grecia, y del departamento de Humanidades de la UNS.

La previa

Como prólogo de la tarea, los alumnos de la UNS visitaron la Acrópolis de Atenas, el Antiguo Agora, la Pnyx, lugar de reunión de la Asamblea del Pueblo y máximo órgano de gobierno de la democracia ateniense en la Antigüedad, además de los distintos museos arqueológicos de Atenas. En la isla de Santorini recorrieron las ruinas de Akrotiri, ciudad con fuerte influencia cultural de la civilización minoica, enterrada por cenizas y bombas volcánicas hacia el 1627 a.C. y redescubierta y excavada a partir de 1967 por el famoso arqueólogo griego Spyridon Marinatos.

Acción en Creta

Los trabajos se cumplieron en una villa rural que data del periodo Minoico Reciente (1600 antes de Cristo), encontrada en proximidades del pintoresco pueblo de Anatoli, situado a unos 650 metros de altura, sobre la costa del mar Libico, en la región de Ierapetra.

Ritacco indica que la experiencia fue posible por la invitación que le cursó el director de la excavación, el doctor Yannis Papadatos, también docente de Arqueología de la Universidad Nacional de Atenas.

Creta fue la cuna de la primera civilización de Europa, la Minoica, que floreciera en la cuenca del mar Egeo entre el 3000 y el 1200 a.C. Hacia el 2000 a.C. vio surgir ciudades alrededor de grandes palacios, enormes estructuras edilicias en torno a un patio central, las que constaban de decenas y hasta de centenares de habitaciones, además de santuarios, talleres y almacenes que concentraban la actividad económica, religiosa y política del pueblo minoico.

“Desconocemos aún el nombre que se daban ellos mismos, los habitantes de Creta, denominados minoicos por el arqueólogo inglés sir Arthur Evans, excavador del Palacio de Knossos, el sitio más importante de esta civilización. Las inscripciones en los frescos de las tumbas egipcias contemporáneas los llaman Keftiu, la Biblia los nombra como los Caphtorim y son además los Kaptara mencionados en los archivos del contemporáneo palacio sirio de Mari”, precisa Ritacco.

Centenares de sitios minoicos, incluyendo ciudades, numerosas necrópolis, tumbas monumentales, santuarios en la cumbre de colinas, cuevas utilizadas como santuarios y cementerios han sido excavados en toda la isla por arqueólogos ingleses, italianos, franceses y griegos. En la Creta Oriental, la ciudad minoica de Gournia, con su asombroso estado de conservación, todavía permite transitar por sus calles y plazas.

Ritacco indica que son siete los palacios minoicos que han sido excavados en Creta: Knossos, Festos, Malia, Zakros, Galatas, Monastiraki y Petras, y que son numerosas las importantes villas de campo. Los primeros historiadores griegos Herodoto y Tucidides refieren que el rey Minos gobernaba la isla y que había extendido su dominio a gran parte del mar Egeo. “Es conocido el mito griego del Laberinto, el que Minos encargó construir al arquitecto Dédalos para encerrar allí al monstruoso Minotauro, ser con cuerpo de hombre y cabeza de toro engendrado por su esposa Pasiphae. La excavación de sir Arthur Evans del palacio de Knossos a partir del año 1900, con sus más de 1.500 habitaciones e intrincados corredores, permitió asociar a este monumental edificio con el origen del mito del Laberinto de Creta”, agrega.

Junto a otros 20 alumnos de grado y posgrado de la Universidad Nacional de Atenas, los estudiantes de la UNS compartieron las tareas cotidianas de la excavación del imponente edificio minoico de construcción megalítica hallado en el sitio Gaidourophas, por caso el lavado y clasificación de cerámica, tamizado de la tierra excavada y el posicionamiento satelital de los hallazgos.

“A la calurosa hospitalidad brindada por los 92 habitantes de Anatoli se sumó la calidez de Doxa, la amable dueña de la única taberna del pueblito, que cada noche ofreció sus exquisitas especialidades típicas de la cocina cretense”, recuerda Ritacco.

Durante los fines de semana, las excursiones arqueológicas guiadas por el profesor Papadatos comprendieron los principales sitios arqueológicos y museos de la civilización minoica en Creta oriental y central, como la isla de Mochlos, Gournia, Palekastro, Zakros, Vasiliki, Halasmenos y el monte Yuktas, entre otros.

Ritacco enfatiza que por primera vez un grupo de alumnos de grado de una universidad argentina pudo participar de una excavación arqueológica en Grecia, hecho que proyectó lazos de amistad con sus pares griegos, y fortaleció nexos académicos y humanos que estrecharán vínculos entre ambos pueblos.

Conocimiento y confraternidad

Mario Ritacco. “La grave situación política y económica que atravesó Grecia en julio no afectó el desarrollo de las diferentes actividades planeadas por el grupo de la UNS. Las labores cotidianas en la excavación y los diferentes viajes se cumplieron con total normalidad, la misma que notamos en la vida cotidiana. En todo momento y lugar recibimos la proverbial hospitalidad y el especial afecto que sienten los griegos por el pueblo argentino”.

María Belén Uzeltinger. “La experiencia me encantó. Destaco la calidad y la buena onda de los estudiantes griegos, que nos trataron como amigos, y trabajar en una excavación y conocer la cultura minoica y su arqueología, área con la que no estoy muy relacionada. Agradezco la gran ayuda que me ofreció el profesor Papadatos, respecto del material para mi tesis, y las explicaciones de los programas que usan allí, como así también de datos propios de la excavación para que los utilice. Volví con muchas ganas de poder regresar a Grecia para un máster o doctorado en la parte de computación gráfica que se utiliza en las excavaciones.

Juan Bautista Xillovich. “Cada integrante de nuestro grupo tuvo un espacio para desarrollar sus incumbencias aplicadas a la arqueología en un ámbito de cordialidad y respeto, donde se adquirieron conceptos científicos acompañados de un intenso intercambio cultural que contribuyó a un óptimo trabajo en equipo”.

Federico Vitelli. “Además del trabajo de campo propiamente dicho, asistimos a clases sobre fotografía, microbotánica, uso de GPS satelital como forma de medición, de programas de computación para la reconstrucción arqueológica, limpieza, armado y estudio de cerámica y huesos, trabajo con la máquina de flotación y separación de microelementos. También visitamos los principales sitios minoicos de Creta como forma de contextualizar y complejizar las explicaciones acerca de la funcionalidad y naturaleza de los mismos. La experiencia significó un valioso intercambio cultural con los estudiantes griegos”.