Juan Cruz Quintana, el bahiense que peleó para el Messi del kickboxing en Tailandia
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Por Damián Vallejos / dvallejos@lanueva.com
El bahiense Juan Cruz Quintana vivió hace poco la "increíble experiencia" de pelear en representación del gimnasio del tailandés Sombat Banchamek, más conocido como Buakaw, un Messi del kickboxing, esa mezcla de boxeo y artes marciales.
—Me instalé en el Banchamek Gym (el gimnasio de Buakaw en Bangkok) -le cuenta "Juanchi" a lanueva.com-. Te dan la posibilidad de vivir ahí. Estuve 9 días. Al octavo vino su representante a ofrecerme participar en un torneo de peleadores en Surin. Obvio que acepté... aunque tuve que cambiar todos los pasajes de vuelta.
Lleva 12 de sus 32 años practicando este deporte. Y peleó en torneos interclubes de Bahía y también a nivel nacional.
Este año decidió ir a entrenar en gimnasios de primer nivel de Barcelona, París y Ámsterdam. Y luego se le animó a Tailandia: "La meca del kickboxing", dice.
Con su metro y 74 centímetros y 70 kilos, "Juanchi" peleó aquella vez en Surin. Y perdió, por puntos. Pero la satisfacción no se la saca nadie. Luchó los 5 rounds en el torneo al que asistieron casi 10.000 personas. Está muy orgulloso:
—Soy el primer bahiense que peleó en Tailandia y el primer argentino que representó a Buakaw.
(En el 24 aparece "Juanchi": único nombre no tailandés de la grilla de peleas.)
Hoy está convencido de que llegó al tope y quiere transmitir sus vivencias a los alumnos del gimnasio 300 Zona de Entrenamiento (España 236).
—Igual, espero seguir aprendiendo y capacitándome. Quiero volver a Tailandia.
Con Buakaw tuvo un diálogo acotado, complicado por el lenguaje. Compartió almuerzos y cenas y el viaje en combi para ir a aquel torneo en Surin.
—Cada vez que parábamos, la gente lo veía y era como si fuera Messi. Todos querían saludarlo y sacarse fotos.
Constancia, disciplina y humildad, dice "Juanchi", son las 3 cosas básicas para los que quieran dedicarse al kickboxing.
Cuenta que aprendió eso de su maestro local: Walter Schell, quien además es policía, teniente de la Delegación de Drogas Ilícitas bahiense, y apuntado por Fernando Bond Stork en la causa en la que Juan Ignacio Suris resultó sobreseído.