Las pastas, entre los platos más preferidos

Mariana Kiehr

Una de las  controversias más grandes del mundo gastronómico radica en cuál es el verdadero origen de la pasta.

El dicho popular y las creencias dicen que la pasta es originaria de Italia, pero sus orígenes no son puramente italianos.

Los griegos y romanos tenían alimentos parecidos a la pasta, aunque solían hornearlos y no hervirlos. En la antigua China tenían bolas de masa guisada, por lo que es un mito que el explorador veneciano Marco Polo haya regresado de China con pasta en el año 1295.

Otra teoría más aceptada asegura que luego de las invasiones árabes del siglo VIII, se llevó a Sicilia un producto parecido a los fideos. Esta pasta temprana, que se especializó en Sicilia, se hacía usando harina de triticum durum (trigo duro, también conocido como trigo moruno, siciliano, semolero o fanfarrón). Bajo la ley italiana, la pasta seca solo puede ser hecha a partir de este tipo de trigo.

La incógnita fue resuelta por un grupo de arqueólogos, quienes descubrieron a orillas del río Amarillo, Asia Oriental,  un pequeño recipiente enterrado en el barro que contenía unos fideos delgados y amarillos, con un espesor de tres milímetros y 50 centímetros de largo. Estos fideos contaban con más de cuatro mil años de antigüedad, y eran elaborados con mijo, no con trigo.

Sea cual sea la verdad, la pasta sigue siendo un plato delicioso que forma parte de las más sabrosas comidas que consumimos. Italia tiene la primera posición en consumo per cápita de este alimento, con 26 kilogramos en promedio. En la Argentina es de aproximadamente 7,5 kg per cápita (puesto 12º en el mundo).

La razón de su éxito quizás radica en que se pueden crear muchos platillos con pasta, o que tiene buen sabor y sus carbohidratos complejos proveen una sensación de saciedad por mayor tiempo.

Quizás también tenga que ver con que se puede almacenar en buen estado durante mucho tiempo, y que su valor en el mercado es más que accesible, pero hay muchos especialistas que creen que al igual que sucede con otras comidas, como la mexicana, el amor por la pasta y su relación con el pueblo italiano tienen que ver con el amor a ese pueblo y a su estilo de vida. Tal vez es más un fenómeno cultural que uno industrial o mercantil.

En la Argentina, y por nuestra historia, la pasta es el símbolo de la “mamma” o de la “nonna”, de la vuelta a la madre tierra, de donde muchos de nuestros antepasados salieron al nuevo mundo con mucho miedo, muchas esperanzas y, por suerte para todos, con muchas recetas en la valija.

Mañana, de 16 a 18 en el hotel Land Plaza, Donato de Santis dará una clase magistral de pastas, Del trigo a la mesa, una oportunidad para aprender un poco más acerca de este alimento y de esa tierra que tanto nos representa.