Bahía Blanca | Viernes, 18 de julio

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Se fue Di Stéfano, argentino y eterno como "Dios" y el Messías

Dejó de existir a los 88 años. Idolo en España y en el mundo, adorado en el Real Madrid, la Saeta Rubia se cansó de ganar títulos como jugador entre 1947 y 1966. Descanse en paz, Maestro.
Se fue Di Stéfano, argentino y eterno como "Dios" y el Messías. Deportes. La Nueva. Bahía Blanca

Murió la leyenda. Murió, para muchos, el mejor jugador de todos los tiempos. Murió el ídolo de todos los madrinistas. Murió el gran Alfredo Di Stéfano. Fue ayer, en la capital española, dos días después de sufrir un paro cardiorrespiratorio que lo dejó en coma.

El sábado, el hispano-argentino, que el día anterior había cumplido 88 años, sufrió un infarto en una cena familiar en un restaurante próximo al estadio Santiago Bernabéu, del Real Madrid, donde brilló como jugador y donde era, actualmente, presidente honorario.

Los problemas cardíacos lo acompañaron en sus últimos años de vida. Fue hospitalizado en varias ocasiones y en 2005 fue sometido a una operación en la que se le practicó un cuádruple by-pass.

Destacadísimo jugador argentino, que actuó en River y Huracán. Pero brilló en el Real Madrid y le causó una revolución al club "Merengue" al ganar cinco Ligas de Campeones de manera consecutiva y una Intercontinental. Se retiró en el Espanyol de Barcelona.

Además, pese a no poder actuar en un Mundial, jugó para las selecciones de Argentina y España, y como DT, ganó títulos en Boca, River, Valencia y el Real.

"La Saeta Rubia", así le puso el periodista Roberto Neuberger al joven Di Stéfano, nacido en el barrio de Barracas, cuando éste integraba las filas de River, debido al color de cabello, velocidad y precisión en su juego.

Debutó en River en pleno apogeo de La Máquina, en 1945, y después, tras militar en Huracán, tuvo su segundo período y título en el club en 1947.

De allí emigró a Colombia, tras la huelga de jugadores profesionales argentinos, para actuar en el Millonarios de Bogotá, donde se destacó de 1949 a 1953 y ganó cuatro cetros.

Pero, su magia y mayor esplendor se vio en el Real Madrid. Allí revolucionó el club y lo convirtió en el multicampeón europeo: ganó la Intercontinental de 1960, ocho Ligas españolas y una Copa Generalísimo (1962).

Goleador nato, fue cinco veces "Pichichi" en España, en Sudamérica fue "rompe redes" en las temporadas de 1947 y 1951, y fue condecorado por la FIFA (Balón de Oro) como el mejor jugador del Mundo de los años 1957 y 1959.

Como DT: Elche (1967-69), Boca (69-70), Valencia (70-74), Sporting de Lisboa (74-75), Rayo Vallecano (76-77), Castellón (77-78), Valencia (78-80), River (81-82), Real Madrid(82-84), Boca(84-86), Valencia(86-88), Real Madrid (1990). Ganó la Recopa de Europa (1980, Valencia), 2 campeonatos en Argentina (1969, Boca; 1981, River), un título de España (1971, Valencia) y una Supercopa española (1980, Valencia).

Fue hace 67 años, el 3 de abril de 1947, en la cancha de Olimpo, sobre el arco que da a calle Angel Brunel. Ese día, Alfredo Distéfano convirtió “el gol más perfecto” visto hasta entonces en la ciudad. “La Saeta rubia” integraba uno de los mejores equipos de la historia, el River Plate de Yácono, Néstor Rossi, Muñoz, Moreno, Labruna y Loustau; la famosa "Máquina", que le ganó 6-0 al seleccionado de la Liga del Sur. El gol ocurrió a los 41 minutos del primer tiempo, cuando el puntero Camaño avanzó por la izquierda, eludió a su defensor, llegó al fondo y tiró el centro. "Pareció que la ball pasaría de largo, pero de improviso se elevó la figura ágil de Di Stéfano y, con su cuerpo totalmente en el aire, de espalda al arco y de chilena tomó la pelota de voleo y la envió al fondo de la red". Una ovación bajó de los cuatro costados y se prolongó "de manera inusitada para nuestro ambiente".

No fue la primera vez que el jugador actuaba en nuestra ciudad. Un año antes, el 9 de julio de 1946, llegó integrando la delegación del club Huracán de Parque Patricios, con otro equipazo, para enfrentar al combinado de la Liga del Sur, en la desaparecida cancha del club Estudiantes, en el corazón del parque de Mayo. Fue un 3 a 0 lapidario, aunque en aquella oportunidad, Distéfano, goleador de ese plantel, no convirtió.