Edward Snowden y una revelación sobre el espionaje de los EE.UU que cumple un año
Hoy se cumple un año desde que los programas de espionaje masivo de los Estados Unidos filtrados por el ex técnico de inteligencia Edward Snowden aparecieron por primera vez en la prensa, inaugurando una saga de revelaciones que mostró cómo la Agencia de Seguridad Nacional de ese país (NSA) recopila información en todo el mundo. El 6 de junio de 2013 el diario inglés "The Guardian" publicó que en virtud de una orden judicial secreta el gobierno de los Estados Unidos escuchaba cada día todas las llamadas de los clientes de Verizon, la principal compañía telefónica de ese país, con la justificación de que era "una herramienta crítica" en el combate al terrorismo. Fue la primera entrega de una filtración que siguió al día siguiente, cuando se conoció la existencia de un programa llamado PRISM, a través del cual la NSA accede de forma directa a los servidores de nueve de las principales empresas de servicios de Internet -entre ellas Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, y Skype- para recoger información personal de sus usuarios sin necesidad de una orden judicial.
Poco días después se supo que el responsable de filtrar los documentos secretos era un ingeniero de 29 años que había trabajado como contratista para la CIA y la NSA, llamado Edward Snowden, quien viajó a Hong Kong y desde allí contactó a periodistas de "The Guardian" y del estadounidense "The Washington Post" y les dio los archivos secretos que había extraído de los sistemas de inteligencia.
Las revelaciones de Snowden -quien se encuentra asilado en Rusia desde el 23 de junio de 2013- dieron cuenta de un espionaje masivo cuya magnitud superaba todo lo imaginado hasta entonces: desde mediados de 2012, la Agencia de Seguridad Nacional había estado procesando cada día más de 20.000 millones de comunicaciones provenientes de todo el mundo. La metodología de la NSA para reunir una cantidad de comunicaciones tan grande implica el acceso directo a muchos de los cables internacionales de fibra óptica que se utilizan para transmitir comunicaciones internacionales, incluidos los submarinos.
La agencia también desvía a sus servidores mensajes que atraviesan el sistema de los Estados Unidos -como buena parte de las comunicaciones mundiales- y coopera con servicios de inteligencia de otros países, que le ayudan en su recopilación.