Horacio Zamudio, el señor “Arpasto”

Redacción de La Nueva.

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Por Maximiliano Palou / [email protected]

A esta hora Horacio Zamudio está dando vueltas cerca del estadio de Porto Alegre. Tiene 2 entradas para ver Corea del Sur-Argelia por la 3ª fecha del grupo H del Mundial Brasil 2014.

--Teníamos que buscar el lugar más cercano porque vamos en auto –explica. Con él está Bianca, su hija de 18 años y árbitro de fútbol en la Liga del Sur, quien prefirió el viaje a Brasil antes que el de fin de curso.

--Va a ser el roce del amateurismo con el profesionalismo, ja, ja, ja.

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Horacio Zamudio, bahiense del barrio Anchorena y de 45 años, está al frente de Arpasto, el programa de televisión que desde hace 10 años muestra los deportes amateurs de la ciudad.

En 2003 Horacio trabajaba como representante técnico de la empresa Xerox y jugaba al fútbol en la Liga Comercial. Por sus conocimientos en Internet subía estadísticas y algunas fotos en una página web. Alguien lo tentó para hacerlo de otra manera.

--Se había caído el programa de radio de la Liga Comercial y me dijeron si no me animaba. Así empecé. Y también con una revista.

Al poco tiempo Xerox se fue del país y a Horacio ya le gustaba más lo que venía haciendo con el fútbol de la Liga Comercial. Con la indemnización se compró una cámara y las primeras imágenes se pasaron en Multideportes, programa de Canal 7.

En 2005 tuvo su programa propio, el que hoy se puede ver los lunes a las 23 en Somos Bahía, de Cablevisión, y los miércoles a las 19, en el canal 4 de BVC.

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De chico, a Horacio le resultó difícil jugar al fútbol. A su papá todo lo que fuera deporte le parecía una pérdida de tiempo.

--Era de esos que te clavaba un cuchillo en la pelota si hacías ruido a la hora de la siesta. Pude, con mi hermano, jugar en algunas divisiones menores de Tiro Federal pero para que mi viejo nos dejara ir teníamos que hacer mil cosas en casa. Igual, lo mejor que me dejó el fútbol fue aprender ajedrez. Con el “Chin” Bermejo, el entrenador, jugábamos después de los entrenamientos.

Después se dio el gusto en la Liga Comercial: jugó en Cavalli Embragues, El Puma, Coca Cola, Librería Primero Yo...

--En la Liga Comercial jugamos los mismos. Los nombres de los equipos cambian porque son de acuerdo con quien puede dar unos mangos para la inscripción o las camisetas.

--¿Y ya no jugás?

--El fútbol me dejó por las operaciones en las rodillas, ja, ja ,ja.

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--¿Y por qué “Arpasto”?

--A pesar de que a mi viejo no le gustaba nada del deporte, un día me regaló un libro de fútbol. Ahí leí que arpasto era un juego de entrenamiento militar de los romanos. Jugaban como 27 jugadores de cada lado y, sin muchas reglas, tenían que llevar la pelota hasta una especie de arco que estaba del otro lado. Era bastante violento. Me gustó el nombre.

--¿Y cómo lo relacionaste?

--Bueno, así nació el calcio florentino y después, un poco también, el fútbol. Digamos que arpasto era un poco el fútbol en estado primitivo... Bastante parecido a lo que paso yo en mis programas, ja, ja, ja.

El nombre se lo puso primero a la revista. Cuando decidió hacer el programa de televisión buscaba otro.

--Hasta que (el periodista, Eduardo) “Cocho” López me dijo “¿para qué buscás nombre? Ponele el mismo que el de la revista”.

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Horacio dice que todo empezó como un hobby pero que hoy Arpasto está en Facebook, Twitter, Instagram, en una página web, en programas de televisión, en una revista, en la Liga Comercial, en la Liga de Profesionales, en el tenis, en el hóckey, en las actividades del club Universitario...

--Sigo sintiendo lo mismo: me gusta pasar el día haciendo esto. Yo sigo sacando fotos, filmando, actualizando páginas... Quise convertirlo en un trabajo y lo hice.

--¿Hay todo un mundo en el deporte amateur?

--En todos lados se puede buscar que eso que te gusta se transforme en un trabajo y, obviamente, el fútbol en el plano amateur también. El fútbol es pasión para los argentinos. Eso lo sabemos bien.

Igual Horacio abre el paraguas.

--Es un año de cambios, quizás no tanto para lo que se ve, pero sí estamos obligados a un cambio interno, previendo lo que se va a venir en un futuro. Quizás en un tiempo no tenga ganas de moverme tanto, sin embargo esto va a tener que seguir manteniéndose: no hay que dejar pasar este proyecto que está siendo tan aceptado.