Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Fuerza Bruta

Con su energía envolvente y su teatro corporal y performático, el grupo argentino realiza 88 shows en Tokio hasta el 29 de junio.
Fuerza Bruta. Aplausos. La Nueva. Bahía Blanca

 Agencia EFE

La compañía argentina Fuerza Bruta se encuentra desafiando al público japonés con un espectáculo "liberador" que invita a "romper los códigos" de la sociedad nipona, según dijo su director Diqui James.

La agrupación realizará en total 88 funciones en Tokio tras cosechar éxitos de crítica y público por todo el mundo durante casi una década, un destino al que no habían logrado llegar hasta ahora y pese al interés de la propia compañía y de productoras locales "debido la dificultad de encontrar un espacio apropiado", explicó James.

La compañía argentina ha despertado una gran expectación en Japón --su productora nipona decidió organizar tantas representaciones ante la gran demanda de entradas--, gracias a una propuesta ecléctica y vanguardista que el propio director definió como "teatro primitivo con tecnología del siglo XXI".

Sus espectáculos "tienen que ver más con el teatro callejero o con el carnaval" que con el teatro clásico, ya que carecen de texto y dan especial protagonismo a la música en vivo y a los efectos especiales, según James, quien rechazó comparaciones con el circo "porque la destreza acrobática no está presente".

Conexión y liberación

El objetivo de sus creadores es "acercarse al público, buscar una conexión y una liberación", señaló el creador y productor de la obra, quien admitió que es "algo muy difícil de conseguir".

Para lograrlo, Fuerza Bruta levanta las barreras entre espectadores, técnicos y actores y los mezcla a todos sobre un mismo espacio donde se producen "encuentros e interacciones", señaló el director.

En el caso del público japonés, esta ruptura del espacio personal y el carácter "muy físico" del espectáculo "puede ser chocante" e incluso "desafiante", ya que los actores se acercarán a los espectadores y podrán bailar con ellos, tocarlos o incluso estrellar cajas sobre sus cabezas.

"No es lo mismo hacer el 'show' en Japón que hacerlo en Argentina. En las culturas latinas hay mucho más contacto físico", admite James, quien señaló que sus actores "tendrán que estar muy atentos con la reacción de la gente" y "evitar ser invasivos".

Pero la cercanía entre actores y espectadores "también genera una excitación muy grande", destacó el director argentino, quien añadió que su intención última es "sacarte de tu rutina y del espacio de confort", así como "despertar" y "poner alerta" al público.

El hilo conductor del espectáculo es un "corredor" que va a atravesando diferentes atmósferas a lo largo de unas cuatro escenas, y en su representación intervienen hasta 60 técnicos y una docena de actores.

El gran recorrido

Fuerza Bruta nació a finales del año 2003, de la mano de James, fundador de la compañía teatral De La Guarda, y de Gaby Kerpel, compositor musical de este grupo, y estrenó su primer espectáculo en 2005.

En sus casi diez años de historia, el espectáculo se ha presentado en Londres, Nueva York, Chicago, Beijing, Madrid, Berlín, Sao Paulo y Tel Aviv, entre otras ciudades.

La premisa de sus creadores es que el teatro es creación en el espacio.

"El lenguaje en su aspecto puramente material, directo, cuerpo a cuerpo, formando un sueño en común con los espectadores, real y tangible", expresó James.

"Queremos quebrar el sometimiento intelectual del lenguaje. Usar todos los medios que se dispone para operar eficazmente sobre la sensibilidad del espectador. Traerlos a otros territorios donde existen otras leyes mas poderosas.

"Un espacio donde la presión de los sentidos afecte la mente, donde la velocidad de los estímulos que reciba el espectador supere la reacción intelectual. Que la emoción llegue antes", agregó.

Habló de un espacio donde el espectador se entregue, sabiendo que forma parte de un hecho artístico, que está adentro de una realidad paralela, etérea, bella, delirante y absolutamente mas verdadera que la cotidiana.

"El espectador sabe que esta siendo conducido a estrellarse contra su propia sensibilidad, que se muestra colectiva, universal, sin traducción, sin anestesia. Con un resultado brutalmente feliz", subrayó el notable Diqui James.