Tradición y encanto es lo que propone todo el año la estancia Santa Ana
Las estancias constituyen una propuesta de turismo diferente.
Brindan alojamiento como los hoteles, pero como verdaderos all inclusive.
Por caso, ofrecen pensión completa con exquisiteces del campo y variadas actividades que están dentro de la tarifa, junto con una propuesta de descanso en casonas y castillos del siglo XIX que sorprenden por su tradición, misterio y, a la vez, encanto.
Y este es el caso de la estancia Santa Ana, establecimiento rural ubicado en Coronel Suárez, a nada más que 150 kilómetros de Bahía Blanca.
Allí los huéspedes son recibidos en un gran casco de estilo inglés de diez habitaciones, que fue construido en 1897 y se encuentra rodeado de un cerrado bosque de árboles centenarios, un arroyo y los animales de granja.
¿Los anfitriones? Rodolfo y Ana Serigos, hermanos y parte de la quinta generación de propietarios de la estancia.
100% cocina estanciera
En Santa Ana se come bien y eso en una estancia significa comer rico y mucho.
Se pueden pedir menús para vegetarianos y dietas particulares, pero la especialidad es la carne: asado criollo con excelentes cortes vacunos, lechones y corderos al asador.
También se comparte una costumbre heredada de la familia: la picada de la nochecita, con productos de la carneada.
Entonces es cuando llega una tabla con quesos, panes, salames y chorizos secos.
Los días empiezan con desayunos suculentos y terminan con agradables sobremesas de cena.
En el medio hay deliciosos almuerzos, meriendas y copetines que otorgan al visitante una agradable sensación familiar.
La que brinda un 100 por ciento de cocina estanciera, con un marcado estilo argentino.
Actividades e historia
En Santa Ana se puede cabalgar por los campos, llevar a los chicos a pescar dientudos en el arroyo, caminar por el bosque, pasear en cuatriciclo o simplemente admirar las aves, cuyas especies son numerosas.
También se puede conocer una técnica de producción moderna, denominada agricultura de precisión, donde el GPS, los sensores y los satélites son determinantes para evaluar la tierra.
Rodolfo Serigos, especialista en el tema, lleva a los turistas interesados en conocer los resultados del sistema.
También se pueden practicar las típicas actividades del campo, darle la mamadera a los terneritos o presenciar el parto de alguna vaca.
La historia familiar es una atracción en sí misma, al igual que una serie de íconos históricos y religiosos que fueron levantados a lo largo del siglo XX, por los antepasados de Ana y Rodolfo.