Las Termas del Salado
La historia de la ciudad bonaerense de General Belgrano comenzó en 1871, cuando el Ferrocarril del Sud inauguró la Estación del Salado.
En aquellos tiempos el incipiente poblado que se estableció en torno de la parada del tren se llamaba Salado o El Salado, hasta que en 1891 adoptó el nombre del creador de la bandera.
La ciudad fue creciendo junto al río Salado, el curso de agua al que el pueblo pampa llamaba "Tubicha-Mini", es decir, "grande -chico", por los cíclicos períodos de inundaciones y sequías que descontrolaban sus aguas.
Los desquiciados desbordes van formando, a lo largo de su cauce, bañados y lagunas.
Pero en las entrañas de esa comarca había un valioso y oculto recurso natural: las napas de aguas termales, salinas y con alto porcentaje de sodio, calcio y sulfatos.
Los estudios científicos arrojaron que las calientes aguas sanadoras surgían desde los 965 metros de profundidad, a una temperatura de pozo de 41 grados centígrados.
Y que, entre otros beneficios terapéuticos, aumentan las defensas de la piel, alivian las lesiones musculares y también los traumatismos óseos.
En un predio cercano a las Termas del Salado se instalaron Patricia y Roberto Vadalá, quienes el 2 de junio de 2012, hace poco más de un año, inauguraron el emprendimiento turístico "El Encanto del Salado".
Allí ofrecen albergue en dos lofts que miran hacia el río y donde muy pronto inaugurarán otros dos, una original oferta de alojamiento que están promocionando con este lema: "Cómo relajarse sin irse lejos de la ciudad".
El slogan publicitario tiene que ver con los apenas 162 kilómetros que separan a General Belgrano de la ciudad de Buenos Aires, el mercado emisor al que apuntaban.
Sin embargo, la experiencia les muestra que han recibido gente de todo el país, atraída por esta novedosa oferta de paz y sosiego que, además, se complementa con el disfrute de las aguas termales y la pesca en el Salado.
Al confort y calidez del estilo simple y sencillo de los lofts, que están en medio de la naturaleza, Patricia y Roberto le agregaron un "desayuno energético", que abarca una gran variedad de infusiones, además de cereales, tostadas, jugos y mermeladas caseras.
Y acompañan estos desayunos con nueces, avellanas, almendras y castañas, frutas secas que son dadoras de energía.
El plus son las canastas de mimbre en que todos estos alimentos llegan a los lofts, a la hora convenida.
"Pusimos énfasis en los desayunos porque es el único servicio gastronómico que ofrecemos y queremos que sea memorable", dice Patricia, quien explica que los turistas generalmente almuerzan en el complejo termal y a la noche eligen algún restaurante de la ciudad.
En el complejo sirven comidas rápidas y ensaladas, mientras que en la costanera de la ciudad el turista encuentra comida internacional en el restaurante "Me negarás tres veces", y excelente parrilla en "El Fogón".
General Belgrano es una ciudad que tiene una vida nocturna intensa, con espectáculos teatrales y cines, y también el autódromo convoca a muchos aficionados a ese deporte y el río Salado a los amantes del canotaje.
El río Salado es el río bonaerense más apreciado por todos aquellos que empuñan una caña.
En esas aguas se mueve su habitante estrella, el pejerrey, y hay bagres, tarariras, dentudos, carpas y lisas. No en vano es el más largo de la provincia y el mayor distribuidor de peces.
La historia lo reconoce como frontera entre los pueblos indígenas y la incipiente civilización.
Muy cerca de la ciudad, unos 15 kilómetros hacia el sur, está Colonia El Salado y en ella el Bosque Encantado, dentro de la segunda reserva bonaerense, en tierras que pertenecieron a la Estancia Santa Narcisa, de 1870, una de las más importantes del siglo XIX.
La leyenda cuenta que por ese bosque aún deambulan las almas de legendarios personales como "Kinkón", un brasileño que llegó a estos pagos en la década del '30 del siglo pasado --que fue policía por decisión--, y también la de Eulogia Sierra, una indígena de armas tomar que en esos tiempos se movía a fuerza de facones y mañas.
Por cuatro senderos, tapizados en otoño por las hojas amarillas de los plátanos, se llega hasta el Museo de las Estancias, en el imponente y reciclado casco de la estancia, que es ahora un polo educativo y turístico que exhibe la historia y las costumbres de los belgranenses.
El bosque abarca unas 23 hectáreas donde hay centenarios robles, magnolias, laureles, acacias y eucaliptus, y muchas otras plantas exóticas. Pero la estrella de este bosque es el añoso Ginkgo Bilova.
Cerca de allí está el Club Rural Colonia El Salado, un sitio para detenerse a tomar unos tragos y mirar las divertidas partidas de truco de los lugareños.
CORINA CANALE
Con todas las comodidades
Las Termas del Salado ocupan un predio totalmente forestado de 46.000 metros cuadrados.
Este complejo dispone de espacios especiales para niños y bebés; sala de primeros auxilios; servicio de guardavidas y de seguridad policial, vestuarios con sanitarios y duchas calefaccionados, un maxiquiosco y un restaurante de ensaladas y comidas rápidas. Y, también, servicios Spa.
Las batas se alquilan a 25 pesos y los lockers entre 12 y 20, en ambos casos por día.
La entrada general cuesta 80 pesos y para jubilados 64 pesos (exhibiendo el carnet), mientras que los menores de 11 años abonan 48 pesos (exhibiendo DNI) y los menores de 3 años ingresan sin cargo.
El complejo funciona de 10 a 18 y en septiembre permanecerá cerrado por mantenimiento los martes 3, 10, 17 y 24. El estacionamiento cuesta 15 pesos diarios diarios.
TIPS
El más extenso
El río Salado tiene una extensión de 650 kilómetros y su cuenca equivale al 13 por ciento de la superficie provincial. Desemboca en el Océano Atlántico, en aguas de la Bahía de Samborombón, entre cangrejales y conchillas.
Dónde informarse
Más información se puede encontrar en la web: www.termasdelsalado.com.ar
Los balnearios
El "Viejo", que se extienda hasta el paraje conocido como El Arroyito, y el "Nuevo", que se extiende desde el Camping Municipal hasta el Paseo Costanero. Tiene una pileta olímpica y otra para chicos, confitería y canchas de fútbol, vóley y básquet.
Servicios y tarifas
Los lofts tienen una cama doble arriba y dos chicas abajo. La cocina cuenta con horno y anafe, microondas, estufa de tiro balanceado, vajilla y provisión de sábanas y toallas. El check-out es a las 17 horas. De lunes a jueves, el valor es de 450 pesos para 4 personas y de 550 pesos los fines de semana.