El sueño del negocio propio
Soñar con el negocio propio es algo que a más de uno se le cruzó por la cabeza. Pero no se dice nada nuevo cuando se recuerda que el camino emprendedor está muy lejos de ser un sendero de rosas, más en un país tan cambiante como el nuestro.
Sin embargo, están los que, contra viento y marea, se animan a llevar adelante su sueño. Pero en los tiempos que corren, cada vez son más los que se percatan que de sueños no se vive, sino que hace falta otros dos ingredientes fundamentales: pasión por lo que se hace, indispensable para afrontar los tiempos adversos y las tribulaciones, y capacitación para poder gestionar, en forma exitosa, un negocio.Sólo 10 preguntas
"Las cifras de creación y cierre de empresas en la Argentina arrojan guarismos llamativos: cada año, alrededor del 20 por ciento de los argentinos económicamente activos crea una empresa, pero 4 de cada 10 proyectos fracasan en su primer año de vida. De los 6 que sobreviven, otros 5 quedan en el camino en los siguientes 9 años", asegura el director de Consultoría y Desarrollo Emprendedor de Materiabiz (www.materiabiz.com.ar), el especialista en gestión de proyectos, desarrollo de nuevos negocios y dirección estratégica de pymes Diego Pasjalidis.
"Cuando me preguntan cuáles son los principales problemas o errores por los que fracasan los emprendedores, empiezo a responder con preguntas: ¿qué edad tiene el emprendedor? ¿dónde vive? ¿es hombre o mujer? ¿en qué industria se encuentra? ¿en qué etapa de madurez está el negocio?
Siguiendo a Pasjalidis, todo emprendedor, por muy convencido que esté acerca de las posibilidades de su producto o servicio, debería realizar una suerte de examen interior, tratando de responderse a si mismo, en forma sincera, las siguientes preguntas:
1) ¿Existe pasión? El camino emprendedor está lleno de trabas, desilusiones y problemas. El emprendedor debe tener un temple de acero y, para poder soportar todos los altibajos, fundamentalmente debe tener pasión por lo que hace. Emprender es como escalar el Everest: sólo llegan los movidos por la pasión, los que enfrentan sus miedos, y no los movidos sólo por ambición.
2) Tener pasión, ¿es suficiente? Rotundamente no. La pasión es necesaria pero no suficiente: se requiere de conocimiento específico en materia de negocios. Nadie duda de que el emprendedor conoce sobre el producto o servicio en profundidad, pero para hacer negocios es necesario desarrollar habilidades diferentes. Por ejemplo, existen modelos que permiten optimizar (tiempos, costos) la distribución de productos. Otros que permiten calcular el nivel de precios más adecuado de acuerdo a diferentes enfoques. También existen aquellos que nos pueden indicar hasta dónde podemos crecer sin resentir nuestra estructura financiera.
Estos conocimientos y habilidades pueden ser adquiridos mediante capacitación, con la inclusión de un socio con experiencia o con asistencia externa.
3) ¿Es negocio? Muchas veces, el enamoramiento del emprendedor hacia su producto o servicio es tan grande que desatiende lo inherente al negocio. Es decir, una buena idea, un buen producto o un buen servicio, no necesariamente implican un buen negocio.
Muestra de esto es que el 90% de los emprendedores no sabe cómo medir la rentabilidad, por lo que van a ciegas tomando decisiones inadecuadas a lo largo del proceso.
4) ¿Es sostenible? El emprendimiento es como un hijo, y no hay nadie más bonito que el propio hijo. Pero lo cierto es que, al salir al mercado, deberá competir directa o indirectamente con una serie de alternativas. Y no sólo eso: pueden aparecer nuevos competidores que copien o mejoren la idea. Es necesario que el emprendedor construya ventajas competitivas sostenibles e innove, ya que la inversión y los gastos son seguros, pero los ingresos, no.
5) ¿Quién es el cliente? "Todos" es una respuesta que los emprendedores dan a menudo. Pero lanzar un negocio para todos es como lanzar un negocio para nadie. No es lo mismo una persona joven que una adulta, un hombre que una mujer, un profesional que un ama de casa... Cada grupo de consumidor elige con criterios diferentes, tiene necesidades distintas, va a comprar en distintos canales, etcétera.
Focalizarse en un segmento o nicho de mercado permite ajustar el concepto para el cliente objetivo más conveniente. 6) ¿Cómo, cuándo y cuánto crecer? Todos aspiran a crecer y vender cada vez más. Parece algo natural. Pero muchos emprendimientos mueren justamente en la etapa de crecimiento, ya que no consideran el impacto del capital de trabajo: para cobrar primero hay que vender, y antes de ello hay que producir, almacenar, pagar las compras... eso es dinero que está circulando dentro de la empresa. Es el equivalente a la sangre en el cuerpo humano: si crecemos de golpe y no tenemos la sangre necesaria dentro del organismo, colapsaremos.
7) ¿Hay un modelo o un plan de negocios? Un modelo o plan de negocios es como simular el desempeño del emprendimiento en un papel, antes de lanzarlo al mercado. Nos permite evaluar todos los elementos necesarios y suficientes para equivocarnos lo menos posible. El problema es que muchos emprendedores ni siquiera han hecho el más básico de los análisis antes de abrir un negocio, lo que explica la alta tasa de nacimiento y muerte de los emprendimientos.
8) ¿Hay riesgos? Aunque es parte de un buen plan de negocios, no es común encontrar los puntos débiles o riesgos en él. Todo proyecto tiene riesgos, y no hay nada mejor que considerarlos como parte del análisis para dar una adecuada respuesta, por ejemplo, elaborando un plan de contingencias. Pocos emprendedores creen que su proyecto es endeble, y lo defienden con gran pasión y convicción. Otra pregunta que conviene hacerse a uno mismo es "¿estaría yo dispuesto a vender mi auto o casa e invertirlo en el proyecto?".
9) ¿Cómo financiarse? Todo es muy lindo, pero muchos emprendedores van con su "gran negocio" golpeando puertas en busca de financiación. Una vez superadas las primeras fuentes de dinero (propia, familiares, amigos), deben analizar si agregan capital societario o si toman deuda. Sin saber medir la rentabilidad y sin contar con un adecuado flujo de fondos, será muy difícil acceder a financiación conveniente. "Endeudarse no es bueno" parece ser una premisa de muchos, aunque es falsa, ya que puede apalancarse el negocio con un préstamo adecuado.
10) ¿Qué necesita? Abra su cabeza, sincérese y haga un listado de lo que le está faltando. Busque apoyo, ya que sus amigos y su familia aplaudirán su proyecto, incluso siendo malo. No saben más que usted del negocio y para colmo --como lo aprecian-- no querrán desalentarlo. Capacítese, asesórese, y busque personas con probada trayectoria. Recuerde que su negocio es suyo, y nadie lo defenderá tanto como usted.
Estos puntos son comunes a todos los emprendedores, independientemente del rubro, edad, ciudad... Y, aunque no es malo fracasar si es que de ello se aprende, la idea no es tropezar con las piedras que uno pudo haber evitado. Si cada uno que avanza en el camino emprendedor va apartando algunas piedras del camino, los que nos siguen sólo se preocuparán por las nuevas que vayan apareciendo: esto es progreso.
Nicolás García Mayor prefiere que le digan profesional a empresario. Es que este Diseñador Industrial, graduado en la Universidad Nacional de La Plata con posgrados en el exterior, rompe con el molde que caracteriza a muchos de los hombres de negocios de nuestro país, a quienes la economía nacional acostumbró (y obligó) a pensar todo el día en facturaciones y descubiertos bancarios.
Con una experiencia de vida que incluyó un paso por la opulenta Europa de mediados de los 2000, donde la palabra crisis estaba reservada con exclusividad a los países subdesarrollados, y la apertura --desde cero-- de su estudio de diseño en su Bahía Blanca natal (AR Estudio), Nicolás dice que su emprendimiento alcanzó un equilibrio de forma que puede gestionarlo sin restarle tiempo a sus afectos ni a su desarrollo espiritual.
"No me interesa crecer indefinidamente y vivir de avión en avión sin tener tiempo para mí ni para la gente que quiero. El desarrollo más importante es el de nuestro interior", aclara, en todo momento, el entrevistado.
Desde ya que esto no significa que trabaje poco, ya que las maratónicas jornadas en medio de escritorios repletos de planos, bocetos, maquetas y casillas de mail esperando una respuesta se repiten en más de una oportunidad.
Pese a cultivar un marcado perfil creativo e innovador, Nicolás dice prestarle mucha atención a la "pata económica" de su negocio, aunque admite que todo lo relacionado con presupuestos y control de gestión no es lo que más le agrada.
"He aprendido a ser creativo también con los números. Con pocos recursos, logramos hacer grandes cosas", aclara.
Tampoco descuida otro aspecto que no es demasiado frecuente en las empresas nacionales: el de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), lo que le valió un reconocimiento por parte de la Corporación del Comercio, Industria y Servicios de la ciudad, en 2010, cuando su firma fue galardonada como la Mejor Empresa en RSE.
"Mi veta solidaria estuvo siempre. En mis años de estudiante en La Plata armamos un comedor con un vecino que daba una copa de leche a chicos carenciados del barrio. Con mucho esfuerzo, conseguimos patrocinantes y logramos darle de comer a 150 familias", rememora.Los inicios
A pesar de un presente que incluye viajes alrededor del mundo para contactarse con clientes de clase mundial, los inicios de Nicolás no fueron sencillos.
Recibido en La Plata en los años posteriores a la crisis de 2001, la emigración a Barcelona fue la alternativa para poder seguir su desarrollo profesional.
"Pasé por el Centro de Diseño de Renault en Barcelona hasta llegar a dirigir departamentos de diseño de empresas importantes. Mis actividades incluían cenas en lugares increíbles, pero sentía que me faltaba algo"¨
Por eso, en 2004, decidió volver, sabiendo que las cosas no le iban a ser fáciles y que tenía que empezar desde cero.
"Cuando regresé a Bahía Blanca, después de tantos años afuera, trabajé unos meses en una agencia de publicidad, hasta que decidí jugarme por mi sueño poniendo garra, amor y mucha fe en Dios. Así, de a poco, las `Diosidencias` (frase de mi maestro y amigo Quique Quiroga) se fueron dando.
"Ya en ese entonces hacía algunos trabajos con productoras locales de televisión, realizando escenografías, hasta que accedí a mi primer contrato con la multinacional Petrobras. De a poco, nos fueron llamando de otras empresas, así fui reinvirtiendo y armando el equipo y el estudio".
Con el tiempo, vendrían éxitos mayores. "En el 2010, fuimos seleccionados entre 15 estudios de diseño de todo el mundo para presentar nuestros proyectos en Cannes a 70 líderes del mercado global (como Ferrari, Audi y Google). De esa experiencia surgieron contactos y posibilidades concretas de negocios.
Actualmente, AR Estudio se consolida a nivel nacional mientras sus diseños viajan a destinos tan distantes como Alemania, Francia, Nueva York, Australia o China, donde el emprendedor hace poco estuvo durante un mes trabajando.
Aunque es argentino nativo, Martín Varsavsky emigró en los sesenta a los EE.UU. con su familia, donde desarrolló allí tanto su formación universitaria como sus primeros emprendimientos.
En 1984, mientras cursaba sus estudios de Economía y Filosofía en la Universidad de Nueva York, inició su primer negocio: Urban Capital Corporation, una compañía dedicada al negocio inmobiliario, pionera en el desarrollo de los lofts en el neoyorkino Soho.
Dos años más tarde, creó, junto al nobel bahiense César Milstein y a otro científico argentino (Claudio Cuello) Medicorp Sciencies, una empresa de biotecnología, pionera en la realización de estudios para detectar el HIV.
En los últimos años, se inclinó fuertemente por las nuevas tecnologías creando, en 1997, Jazztel, el primer proveedor alternativo de acceso local de la Península Ibérica, y Ya.com, la segunda empresa de contenidos de Internet en España.
Una de sus últimas iniciativas es Fon, una empresa que ofrece a sus usuarios puntos Wi-Fi gratuitos en todo el planeta y que cuenta, entre otros, a Google y Skype como socios inversores.Steve Jobs
Todo lo que se pueda decir de este auténtico ícono de nuestro tiempo parece poco. Creador brillante, emprendedor por naturaleza, genio malhumorado y obsesivo hasta lo inimaginable, son sólo algunas de las características que definían a este californiano nacido un 24 de febrero de 1955 y fallecido un 4 de octubre de 2011.
Jobs tenía apenas 21 cuando fundó, en 1976 y junto al ingeniero Steve Wozniak, de 26 años, Apple Computer en el garage de su familia adoptiva.
Bajo la dirección de Jobs, la compañía introdujo sus primeras computadoras Apple y luego la Macintosh, que se volvió muy popular en los años 1980.
Dejó Apple en 1985 tras una lucha de poder interna e inició la compañía NeXT Computer, especializada en terminales de trabajo sofisticadas para empresas.
En 1986 cofundó Pixar, que ha ganado varios premios Oscar de la Academia de Cine, a partir de una ex unidad de gráficos por computadora de Lucasfilm. La compañía se transformó en un creativo estudio que produjo películas tan taquilleras como Toy Story y Buscando a Nemo.
Apple se opacó tras la partida de Jobs, aunque se reconciliaron en 1996, cuando la compañía informática compró NeXT por 429 millones de dólares y Jobs ascendió una vez más a su trono.
Jobs se fue nuevamente de licencia médica en enero de 2009, pero regresó al trabajo en junio de ese mismo año, tras someterse a un trasplante de hígado, con aspecto demacrado, pero declarándose a sí mismo saludable. Sin embargo, pocos años después, perdía la batalla contra el cáncer, cuando tenía sólo 56 años de edad.
Su mítica figura, responsable de la transformación radical de los hábitos de consumo de varias generaciones, con productos como el iPod, el iPhone o el iPad será recordada por siempre, aunque no todas son loas: la empresa "de la manzanita" es sindicada por varios medios periodísticos internacionales por supuestas malas condiciones laborales en sus plantas de ensamble asiáticas, que incluyen jornadas diarias de 16 horas con vigilancia permanente y trabajo infantil entre otras.Larry Page y Sergey Brin
El 15 de setiembre de 1997, Larry Page y Sergey Brin, dos estudiantes de 24 años de la Universidad de Stanford (California), registraron el nombre del dominio "google.com", variación de "googol" palabra que designa la centésima potencia de 10, creada en 1930 por el matemático estadounidense Edward Kasner.
Ambos amigos crearon la firma Google un año más tarde, el 7 de setiembre de 1998, en un garage.
Divulgado de boca en boca, gracias a la calidad de su algoritmo --la forma de clasificación de resultados cuando se digitan las palabras clave-- los internautas lo adoptaron rápidamente, dejando de lado a otros mecanismos similares.
Desde un comienzo, los fundadores consideran crucial su papel de escrutadores de la red mundial: "Creemos que la investigación es lo realmente importante, cuando todos los demás motores detenían allí su actividad", declara Sergey Brin.
En 2000, Google empezó a vender publicidad vinculada a las palabras clave. En momentos en que iban a la quiebra incontables empresas de Internet, el imparable buscador se tornó rentable. Cuatro años más tarde, ingresó a la Bolsa a 85 dólares por acción.
Hoy Google cuesta más de U$S 730 por acción y ostenta una capitalización bursátil que equivale a más de la mitad de todo el PBI argentino, estimado en U$S 440 mil millones.