Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Airbag aprende a través de las malas enseñanzas

BUENOS AIRES (Télam) -- El trío argentino Airbag continúa con su incursión dentro del rock de la mano de su nuevo disco Vorágine que llevan varios meses tocando, luego de haber superado un parate obligado debido a diferencias con su ex manager. Precisamente este conflicto, fue definido contundentemente por Patricio Sardelli, guitarrista y vocalista de la banda, quien reivindicó la frase lanzada en los `80 por Charly García, quien afirmó que "los managers tiene la oficina tapizada con la piel de los músicos".




 BUENOS AIRES (Télam) -- El trío argentino Airbag continúa con su incursión dentro del rock de la mano de su nuevo disco Vorágine que llevan varios meses tocando, luego de haber superado un parate obligado debido a diferencias con su ex manager.


 Precisamente este conflicto, fue definido contundentemente por Patricio Sardelli, guitarrista y vocalista de la banda, quien reivindicó la frase lanzada en los `80 por Charly García, quien afirmó que "los managers tiene la oficina tapizada con la piel de los músicos".


 En su disco Una hora a Tokio, los Airbag despegaban del pop adolescente y se metían de lleno al rocanrol en un disco con sonoridades cercanas a Guns N` Roses, Bon Jovi, Poison y Mötley Crüe.


 El disco fue bien recibido por los fans, el público rockero siguió desconfiando en su ortodoxia, pero los hermanos Sardelli no se dejan llevar por las críticas y continúan con su raid de conciertos por toda la geografía argentina.

Un buen comienzo.




 En Vorágine sigue presente esta búsqueda dentro del hard rock, pero el bajista Gastón Sardelli también logró meter sus influencias más británicas y hay canciones que suenan a Muse, U2 y otros grupos.


 -- ¿Pasados unos meses están contentos con el disco?


 Patricio: -- Sí, la verdad que sí. Se van a encontrar con un disco para tocar en vivo. Es el miedo máximo que uno tiene, subir al escenario y cansarse de tocarlo, que no te gusten los temas. Y la verdad es que en cada concierto tocamos todo el disco, eso nos marca que por lo menos nosotros estamos contentos.


 -- ¿Querían profundizar la línea iniciada en el disco anterior o la querían cambiar?


 Guido: -- En cada álbum hacemos cosas como muy distintas, no seguimos un género al pie de la letra. Vorágine es un disco que si bien tiene algo que ver con Tokio, algunos conceptos de guitarra, es distinto, tiene otras cosas. Creo que nos tomamos esa libertad de inventarnos en cada disco.

Como una anécdota.




 -- ¿Cómo soportaron el parate por algo que no tiene que ver con la música?


 Guido: -- Como banda creo que nos hizo bien en cuanto a que si nosotros no tirábamos para adelante no lo iba a hacer nadie. Y eso fue una buena enseñanza. De chicos tuvimos éxito enseguida y estábamos girando por todos lados, y había un montón de cosas que capaz no veíamos y no habíamos aprendido y tarde o temprano la terminás aprendiendo, por las malas o por las buenas y creo que por las malas a veces se aprende mejor.


 "En el momento que te pasa crees que es el fin del mundo porque querés tocar y no podés, querés sacar un disco y no podés y eso es lo que te gusta hacer y es lo único que querés hacer.


 "Pero después con el tiempo lo tomás como una anécdota o enseñanza que tarde o temprano se resuelve y mientras tengamos buena onda entre nosotros va a estar todo bien".


 -- ¿Pero qué fue lo que pasó?


 Gastón: -- Estábamos atados a un contrato que tenía una cláusula que no nos dimos cuenta porque veníamos con otra idea, no estábamos curtidos para leer la letra chiquita, porque no pensás que sean tan hijos de p... de escribirte un artículo en el contrato que te perjudica. En nuestro caso tuvo que ver eso, queríamos tener una libertad, no por lo artístico si no una libertad como banda y eso te genera conflictos, y los conflictos hay que resolverlos a las piñas o con abogados.


 "El problema fue que habíamos firmado un contrato de muy chicos sin saberlo. No tenía nada que ver con la música, tenía que ver con lo económico, era un permiso legal que nosotros firmamos creyendo que era para tocar o no en determinado lugar".