El sentimiento malvinero contado desde el corazón
Apenas se enciende el grabador y surge la primera pregunta sobre Malvinas, sus ojos se humedecen y la voz se entrecorta. Es que Malvinas es un sentimiento grabado a fuego, una herida que aún sigue abierta.
Días atrás, el jueves 14 de junio más precisamente, 30 años después del final de la guerra, más de un centenar de vecinos de nuestro medio recibieron un justo reconocimiento por su participación en aquella memorable gesta, al ser declarados ciudadanos ilustres puntaltenses.
Los vemos a diario recorrer nuestras calles. Están orgullosos de su pasado y emocionados por este presente que los encuentra a todos, fuertemente reconocidos por la sociedad, y apoyados por sus familias, amigos y compañeros.
"La Nueva Provincia" entrevistó a cinco de los tantos ciudadanos de esta tierra, ligada a la Base Naval Puerto Belgrano, con todo lo que ello significó en la causa Malvinas. Sus emociones y recuerdos se detallan a continuación.
Ernesto Ismael Urbina, con 52 años, es uno de los "personajes" más buscados a la hora de hablar sobre Malvinas. Será porque nunca se calló nada; al contrario, desde que quedó muy mal herido y hasta el día de hoy, siempre contó con valentía y sinceridad sus horas más difíciles en las islas.
"Tengo una mezcla de orgullo, alegría y emoción; después de tantos años nuestra sociedad nos reconoce como referentes por nuestra participación en la gloriosa gesta de Malvinas", sostuvo tras haber recibido el decreto y el diploma de ciudadano ilustre.
Urbina, enfermero de la Marina, desembarcó el 1 de abril de 1982 en Malvinas y participó de las primeras acciones bélicas, un día después, "aquel glorioso 2 de abril, donde logramos el objetivo encomendado".
Claro que todo se complicó muy pronto. "El peor momento que viví no fue en el mismo combate donde me hirieron, sino que fue en el avión que me traía de regreso, cuando pregunté quién estaba adentro de una bolsa negra y me dijeron que era Giachino", recuerda.
"Ese fue el desenlace triste. Antes, en pleno combate, él me llamó cuando estaba herido y no pude llegar a asistirlo porque yo también caí herido de bala", señala Urbina, quien en ese episodio, antes de tomar la casa del gobernador, recibió un disparo debajo del ombligo que le produjo la pérdida de pared abdominal, rotura del intestino, fractura de cadera y corte del nervio crural.
"Quedé rengo para siempre. Nada más ni nada menos que esas fueron las secuelas físicas que sufrí", dice esbozando una sonrisa cómplice. Y agrega: "El después, fue el de un muchacho de 22 años, con mucha preparación física, que nunca más pudo hacer lo que hacía. Pero por suerte tuve una gran contención familiar y de amigos, y sigo desarrollando hace 27 años mi profesión de enfermero".
Con gran entereza, el enfermero de la Agrupación de Comandos Anfibios que desembarcó primero en Malvinas, asegura que "no fui víctima de nada, simplemente lo mío fue un accidente de trabajo".
Urbina junto a su mujer asegura que "hemos conformado una bella familia con dos hijos y una nieta hermosa de 6 años". Ese amor familiar es el mismo que profesa por su querido pago chico. "Nací acá y nunca me iría de Punta Alta".
Asevera que "la mejor terapia que hice fue contar mi experiencia desde el primer día que estaba internado en el Hospital Naval Puerto Belgrano".
Finalmente, a la pregunta si Malvinas es una herida abierta, responde afirmativamente. Y agrega: "Hace unos días me preguntaban si iría ahora a Malvinas y dije que no, porque es como viajar a Córdoba y tener que presentar un pasaporte. Hasta tanto no pueda ingresar libremente, no pienso volver", dice con nostalgia.
Su beneplácito por el reconocimiento efectuado por el Concejo Deliberante y el Centro de Veteranos de Guerra destacó Daniel Alberto Costantino, otro vecino puntaltense, de 65 años.
Como pudo, intentando que la emoción no lo prive de poder expresar sus sentimientos, dijo: "Me siento muy orgulloso de haber participado en aquella guerra, y estos momentos importantes que están pasando los estoy viviendo con una profunda emoción".
Costantino se siente orgulloso de tener, junto a su mujer, a todos sus hijos y nietos viviendo en Punta Alta, lugar en el cual ahora ha sido declarado ciudadano ilustre.
Y la emoción recrudece a la hora de revivir los momentos cruciales en su participación durante las acciones bélicas ocurridas en abril de 1982, cuando integraba el Batallón de Vehículos Anfibios.
"Nosotros estuvimos en el desembarco de la toma de Malvinas. Se vienen a la mente las cosas que sucedieron y realmente me embarga la nostalgia, a pesar de que uno se prepara toda la vida para un momento así", dice, y trata de salir del momento explicando que "uno a esta edad se emociona fácilmente".
"Trabajar en el medio de la turba cuando un vehículo se rompía no era tarea fácil. Tampoco lo fue recibir un centenar de disparos en el exterior del vehículo en el que íbamos. Fueron momentos muy duros que vivimos durante la toma de Malvinas, y nuestra misión se realizó de manera exitosa, tal cual nos había sido encomendada", recuerda.
En el área de las comunicaciones interiores del portaviones "25 de Mayo" estaba otro vecino puntaltense, Julio Paulini, hoy con 63 años de edad.
"El recuerdo más triste que tengo es del día que nos enteramos que habían hundido al Crucero Belgrano. Me embargó una angustia muy grande porque tenía muchos compañeros ahí", sostiene.
"Pero había que seguir adelante", asegura. "¿Cómo se hizo para seguir después? Apoyándonos unos con otros a pesar de las desgracias que ocurrieron y de las familias desarmadas que quedaron. Lamentablemente la guerra se llevó una parte muy preciada como fueron muchos jóvenes inocentes que participaron y cayeron".
A juicio de Paulini "ahora nuestros gobernantes deben conseguir la soberanía que nos corresponde, pero por la vía del diálogo".
Sin embargo, recuerda una conversación que mantuvo días atrás, con el mayor de sus cuatro hijos, de 40 años.
"Estábamos hablando de estos temas, y él me dijo que estaba convencido de que si me tocara nuevamente, yo no iría a combatir. Le respondí que estaba equivocado, que sí iría, porque fue para lo que me prepararon desde que tenía 16 años, si alguna vez tenía que defender a mi patria".
Los recuerdos de Malvinas calaron muy hondo en la memoria de Néstor Jorge Profili.
"Cuando llegamos de las islas mi hija mayor tenía apenas unos meses de vida; no me conocía, no quería venir conmigo, lloraba mucho y la llevaban a lo de sus tíos. Eran momentos feos, después de lo duro que fue todo allá", recuerda con nostalgia en el mismo instante que celebra con una sonrisa que esa bebé, Lorena, hoy tiene 30 años.
El honor de haber estado, a pesar de la pérdida de compañeros, regresa de inmediato, a la pregunta de dónde estuvo. "Yo estuve en la gloriosa corbeta Guerrico; allá, a pesar de la especialidad que tenía cada uno, éramos todos soldados. Pasamos momentos muy feos, con mucho frío, que la verdad no quiero volver a acordarme".
A los 61 años, se retiró hace una década, tras cumplir funciones en la Base Comandante Espora y lograr una comunión con los aviones Super Etendard y las escuadrillas de helicópteros. Sustentado por su núcleo familiar con su mujer y dos hijas, además del apoyo de los amigos, reconoce asimismo que debió recibir ayuda psicológica para sobrellevar los momentos que vinieron. "Me cuesta superar los recuerdos y las fechas importantes de los aniversarios", reconoce.
Finalmente no ocultó su satisfacción por este último reconocimiento. "Estoy muy orgulloso de que la ciudad y el municipio nos haya considerado como ilustres ciudadanos".
El suboficial primero enfermero José Carlos Castaño trabaja en el Hospital Naval Puerto Belgrano y en su rostro emocionado reconoce que este reconocimiento llega en un momento muy especial.
Pero inmediatamente, y luego de recibir todo el afecto familiar y la foto con el diploma que quedará guardada en un lugar muy especial, se disculpa ante la requisitoria periodística. "La verdad que estos temas de Malvinas a mi me tocan muy profundamente y a veces no puedo contener mi emoción", explica.
Sin embargo se esfuerza para responder otra pregunta: "Yo estuve en el buque Bahía Paraíso; fuimos una de las primeras unidades en socorrer a los sobrevivientes del Crucero General Belgrano", recuerda.
Destaca que en el Centro de Veteranos de Malvinas, con sus pares, mantienen una activa comunicación. "Nos seguimos viendo para ayudarnos entre nosotros; es nuestra mejor terapia contenernos después de lo que hemos pasado", asegura.
Castaño, de 49 años, está a 3 años de culminar su carrera naval. Ha conformado un matrimonio del cual tuvo 4 hijos. "Uno de ellos me sigue los pasos, desde Usuahia, haciendo la carrera militar", dice con emoción.
La presidenta del Concejo Deliberante, Vanessa Rodríguez, visiblemente emocionada en la ceremonia, leyó el poema "Orgullo de mi padre", que escribió Gustavo Marcelo Rodríguez, quien por entonces cursaba sexto grado, en la Escuela Nº 68 "Almirante Zar", sita en el barrio militar de Comandante Espora y que fue publicada por Gaceta Marinera:
"Tu profesión y tu orgullo por la Patria te han llevado a defender con orgullo las tierras que han usurpado.
Sabemos que estás luchando por nuestra soberanía con los soldados valientes que tiene esta Patria mía.
A ti papito querido, a ti soldado ejemplar..."
La titular del CD manifestó, en otro pasaje de su alocución, que a los hijos, madres, esposas y amigos "sólo los mantuvo la esperanza de que recibirían (a sus familiares) con un plato caliente, pero no todos tuvieron esa suerte".
Ciudadanos ilustres en Coronel Rosales
Los vecinos que fueron declarados ilustres por el CD en el distrito rosaleño se detallan a continuación: Ignacio Avecedo, Juan Aguirre, Juan Allievi, Jorge Alonso, Miguel Arias, Rubén Balesta, Jorge Barreiro, Osvaldo Blázquez, Ricardo Borra, Segundo Brighi, Walter Buedo, Carlos Buscaglia, Daniel Cabrera, Enrique Canela, Enrique Canutti, Néstor Carballido, Luis Carballo, Jorge Carrió, Víctor Cascio, José Castaño y Norberto Catá.
También, Gustavo Cerimedo, Daniel Costantino, Héctor Coria, Rául Corzo, Orlando Cruz, Oscar De María, Ricardo del Hoyo, Francisco Delule, Luis Díaz, Esteban Domínguez, Osvaldo Elsaseer, Orlando Escobar, Marcos Faccio, Eduardo Fajardo, Horacio Felipe, Daniel Fenández, Mario Ferreyra y Raúl Florice.
La nónima continúa con Carlos Fonseca, Alberto Fredes, Juan Gabrilco, Enrique Gerbino, Angel Gigena, Daniel Giorgiani, Jorge Girotto, Jorge Gómez, Miguel Gómez, Carlos González, Juan González, Jorge Gopcevich Canevari, Jorge Hansen, Juan Heredia, Hugo Impollino, Raúl La Torre, Francisco Lavios, Eduardo Lidestri, Julio Lidestri, Eduardo López, Oscar López y Osvaldo Machado.
Además, Víctor Maldonado, Rubén Martín, Emilio Martínez, Julio Mendoza, Daniel Miguel, Carlos Modesti, Hugo Montenegro, Omar Montiel, Gabriel Morán, Mario Munafó, Mario Muñoz, Mario Navarrette, Eduardo Ojeda, José Orozco, Mario Oviedo, Rubén Parodi, Julio Paulini, Juan Pellegrino, Francisco Pepe, Carlos Pereyra, Raúl Pérez y Marcelo Ponti, Néstor Profili, Alberto Quiroga, José Raimondo, Rubén Ramos, Ricardo Reggiardo, José Reimondi, Mario Riquelme, Carlos Rollheiser y Héctor Román.
También figuran Ricardo Ruiz, José Sánchez, Reinaldo Sánchez, Rubén Sandoval, Oscar Sansute, Luis Scheneider, Sergio Sepetich, Guillermo Seregui, Guillermo Sosa, Néstor Sotile, Victorio Sturman, Carlos Taberna, Horacio Tejada, Aldo Trotta, Miguel Ude, Armando Uibrig, Ernesto Urbina, Miguel Van EEk, Julio Vázquez, Oscar Vera, José Vidal, Jorge Villagra y Ricardo Zabala.