¿Más terneros con las mismas vacas?
Las vacas bien alimentadas (no cuando hay pasto, sino cuando el animal lo necesita), un potencial genético acorde a las metas productivas y reproductivas de la empresa, con un plan preventivo de enfermedades, y un correcto manejo, promoviendo el bienestar de los animales, darán la oportunidad de acercarse al ideal de un ternero por vaca al año, con destetes de mejor calidad y mayor peso.
Ser más eficientes permitirá lograr esa meta, ya que se trata de una estrategia que resulta menos onerosa que aumentar la cantidad de vacas del rodeo para obtener, al destete, el mismo resultado.
A esta conclusión se llega tras considerar que existen solo dos caminos para incrementar la producción de carne tras la caída de casi 12 millones de cabezas en los últimos años.
Uno es incrementar la cantidad de terneros vivos cada 100 vacas entoradas. Es posible obtener el 80% de destete, pero el promedio nacional ronda entre el 59% y el 65%, según datos promedios de 2011 y 2007, respectivamente.
Esto se logra optimizando el manejo de los recursos existentes en cada empresa ganadera, por lo cual debemos concentrarnos en lo que podemos hacer desde el campo: aumentar el número de terneros destetados con la misma cantidad de vacas.
El restante ítem es incrementar el peso de faena (más kilos por animal), desafío que debe estar acompañado de políticas de estímulo de precios. Esto es, que sea rentable producir novillos y vaquillonas pesadas (es mayor su costo de producción, por lo que el precio del pesado debería ser diferencial. Por ejemplo, un sobreprecio a los kilos extra por arriba de los 450 kilos de peso vivo en novillos. Esto, vale aclararlo, en parte lo cubría el mercado de exportación, hoy casi inexistente.
La política del gobierno para el sector cárnico no va en esta dirección pero, también, es cierto que la relación entre el gordo y los granos permiten suplementar a campo, mejorando los engordes, pero aún el peso de faena por animal es bajo.
Con la disminución de la faena de los últimos años, es crucial que se aproveche el potencial de cada bovino para producir carne, incorporando más kilos por animal a fin de mejorar la productividad de los rodeos de engorde y del rodeo nacional en su conjunto.
(*) Rubén H. Ceminari es médico veterinario (MP CVPBA Nº 6671) y reside en Darregueira, distrito de Puan: [email protected]
Desafíos por delante
Hay cuatro grandes desafíos que debe llevar adelante un productor ganadero para mejorar los índices de destete y el peso de los terneros destetados y, por ende, la eficiencia de su rodeo de cría.
Está claro que cualquier alteración en alguno de estos enunciados afectará el resultado final de la actividad.
1
Elevar el piso de la producción forrajera
Si se le pregunta a un empresario qué produce en su campo, la respuesta inmediata es: "¡Carne!". Este, justamente, es el primer mito a derribar: Un ganadero, en realidad, produce recursos forrajeros que, luego, se convierten en carne.
Por este motivo, resulta imperioso elevar el piso de la producción forrajera de cada establecimiento.
Se puede hacer reteniendo humedad con barbechos largos, combatiendo malezas que compiten con los cultivos, fertilizando si es necesario, utilizando variedades adaptadas a la zona, programando cadenas forrajeras acorde con los requerimientos nutricionales del rodeo, disponiendo de reservas forrajeras en cantidad y calidad, acordes con lo planificado, y contemplando inclemencias climáticas tan comunes en esta zona.
Se sabe que una vaca flaca cría un ternero de bajo peso y que no se vuelve a preñar.
2
Estacionar el servicio e incorporar genética acorde con los objetivos productivos.
El objetivo: animales medianos (frame moderado), de fácil parto, buena habilidad materna, con gran manto de carne, buenas ganancias de peso vivo y rápida terminación.
Hay que apuntar a rodeos de vientres uniformes, con un 50% de toros de la misma raza (si se recrían las terneras para reposición), y la otra mitad de toros de otra raza que produzcan terneros cruzas, donde el vigor híbrido (heterosis) permite entre un 15-20% de diferencia de producción sobre las razas puras: terneros más pesados: los típicos caretas, y mayor cantidad de nacidos tempranos aseguran más kilos al destete.
3
Asumir que prevenir enfermedades es mejor negocio que curarlas.
Las enfermedades reproductivas causantes de las bajas tasas de concepción y de partos son: Brucelosis, IBR, DVB, Trichomoniasis, Leptospirosis y Vibriosis Genital Bovina, mientras que patologías como la diarrea y la neumonía neonatal, junto a clostridiales (mancha, gangrena, tétanos), son las responsables de la mortandad de terneros hasta el destete.
El principal concepto sanitario es que prevenir enfermedades en mejor negocio que curarlas. Por ello se debe desarrollar un programa sanitario que permita disminuir pérdidas de terneros entre el servicio y el destete: vacunar contra enfermedades reproductivas preservicio y al tacto, contra diarrea neonatal a la madre en preparto, desinfección del ombligo del ternero al parto y, por lo menos, dos dosis contra enfermedades clostridiales y complejo respiratorio- querato, a los terneros a partir de los 60 días de edad. Es importante no esperar al destete para vacunar.
La segunda dosis debería ser por lo menos 20 días predestete, a fin de garantizar elevadas defensas en el ternero ante el gran estrés que significa el destete.
Hay que vacunar terneras contra brucelosis, vacunar anualmente contra carbunclo, control reproductivo anual a los toros, control de tuberculosis, tener un correcto plan de control de parásitos, proveer de minerales, diagnosticar preñez, descartar vacas vacías y abortadas e identificar las vacas CUT (las que crían su último ternero) también son medidas muy importantes para mejorar la productividad del rodeo.
4
Garantizar el bienestar de los animales.
En el manejo diario, hay que garantizar el bienestar de los animales:
* Agua fresca y limpia en los bebederos. Se deben vaciar, limpiar y desinfectar periódicamente.
* Proveer de sombra y reparo; en el acceso a montes, colocar media sombras.
* Al trabajar con los animales, hacerlo despacio, respetando sus hábitos de comportamiento, reemplazando látigo y varilla de hierro por una bandera y un sonajero. Y, al perro mordedor, acompañarlo por un perro acompañador.
* Tener las instalaciones en condiciones apropiadas evita golpes, saltos imprevistos, hasta fracturas y muerte de los animales.