El gran recuerdo del ingeniero Luis Luiggi

Redacción de La Nueva.

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 En la víspera, se cumplió un nuevo aniversario del deceso, a los 74 años de edad, del ingeniero Luis Luiggi.

 Luiggi se dedicó a las tareas de construcción del puerto militar. Supervisó personalmente todas las obras del complejo y se abocó especialmente, entre otras cosas, a la forestación del lugar.

 "Dondequiera se planten nuevos árboles o se proteja a los ya plantados se contribuye a la prosperidad del país. Los árboles ayudan a regular las aguas, proporcionan material de construcción, hermosean el paisaje y tornan la vida más saludable y placentera", expresaba el también doctor en ciencias físicas y matemáticas.

 Luiggi tenía un carácter afable y un espíritu entusiasta. Se ganó rápidamente el aprecio del nuevo pueblo que nació a la vera de las obras. Con su nombre se bautizó a una calle importante de Punta Alta.

 En dos oportunidades regresó a la ciudad: en 1910 y en 1928. En esas ocasiones, no disimuló su asombro y regocijo ante el crecimiento que había experimentado con el paso de los años.

 Su prestigio lo llevó a participar en infinidad de conferencias y congresos internacionales. Publicó varios trabajos de investigación y fue miembro vitalicio del senado durante el gobierno de Benito Mussolini.

 Nació el 3 de agosto de 1856 y a las 22 años egresó del Real Colegio de Ingeniería Civil de Torino. Luego integró el Real Cuerpo de Ingenieros Italianos. Fue destinado a Inglaterra, durante dos años, para estudiar los puertos y los faros.

 Allí conoció a Annie East, de Lincoln, con quien se casó en 1887 y tuvo dos hijos: Luisa y Mario Luiggi.

 Estaba dotado de una extraordinaria facilidad para los idiomas dado que dominaba el francés, el inglés y el español.