Bahía Blanca | Domingo, 10 de agosto

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No se detiene el baño de sangre en Siria

DAMASCO (AFP-NA) -- Un atentado suicida dejó ayer al menos 25 muertos y 46 heridos en Damasco, dos semanas después de un ataque similar imputado por las autoridades a la red islamista Al Qaeda, pero que la oposición atribuyó al propio régimen de Bashar al Asad. Otros ocho civiles fallecieron por los disparos de las fuerzas de seguridad sirias en el país, donde decenas de miles de personas salieron a la calle para reclamar la ayuda de la ONU con el objetivo de frenar la sangrienta represión del régimen.

 DAMASCO (AFP-NA) -- Un atentado suicida dejó ayer al menos 25 muertos y 46 heridos en Damasco, dos semanas después de un ataque similar imputado por las autoridades a la red islamista Al Qaeda, pero que la oposición atribuyó al propio régimen de Bashar al Asad.


 Otros ocho civiles fallecieron por los disparos de las fuerzas de seguridad sirias en el país, donde decenas de miles de personas salieron a la calle para reclamar la ayuda de la ONU con el objetivo de frenar la sangrienta represión del régimen.


 "Un kamikaze" hizo estallar el explosivo que portaba "apuntando a los habitantes de Midán", un barrio histórico de la capital, dijo la televisión estatal, quien añadió que "diez personas murieron y se encontraron los restos de los cadáveres de al menos 15 personas más. Otras 46 sufrieron heridas".


 El atentado se produjo en un barrio popular cerca de la escuela Hasan al Hakim, en un lugar que estaba lleno de gente, según la televisión.


 "Los primeros elementos muestran que se trata de un atentado suicida que se produjo delante de un semáforo y que dejó decenas de muertos y de heridos, la mayoría civiles", añadió la televisión.


 Las imágenes difundidas por la TV mostraron restos de cuerpos mutilados en una bolsa negra, escombros por toda la zona y varios vehículos calcinados con los cristales destrozados.


 Los Hermanos musulmanes sirios acusaron al régimen de Al Asad del atentado.


 "Acusamos al régimen, a sus servicios de seguridad y a sus bandas de la total responsabilidad del crimen y les consideramos responsables de toda gota de sangre vertida en suelo sirio", indicó en un comunicado su portavoz Zuheir Salem.

Salieron a la calle.
Paralelamente, unas 50.000 personas salieron a la calle en la plaza de la Gran Mezquita de Duma, en la región de Damasco, mientras que se realizaron manifestaciones en Hama (centro), Idleb y Lattakia (noroeste), Alep (norte), Deir Ezzor (este) y Deraa (sur).





 En Hama, cuatro civiles murieron cuando el ejército dispersó con disparos una manifestación, mientras que otros tres perecieron en la provincia de Damasco.


 En Homs (centro), bastión del movimiento de contestación, un hombre de 36 años murió, según el Observatorio Siria para los Derechos Humanos.


 El 23 de diciembre, 44 personas murieron y 166 resultaron heridas en dos atentados suicidas con coche bomba en Damasco, que fueron atribuidos a la red radical de Al Qaeda por las autoridades, mientras la oposición acusó al régimen de Bashar al Asad.


 Por su parte, el régimen de Asad acusó a Estados Unidos de inmiscuirse en la misión de observadores árabes encargados de dar cuenta de la situación en Siria.