El fiscal pidió que Peña no salga más de la cárcel
Raúl Peña (45), acusado de uno de los casos más horribles que se conocieron en nuestra región durante los últimos años, podría pasar el resto de sus días en la cárcel, de prosperar el pedido realizado ayer por la fiscalía, en la jornada de alegatos del juicio oral y público que se le sigue al hombre y que tendrá cierre, con el fallo, el próximo martes a las 12.
El doctor Christian Fernando Long encontró un cuadro probatorio "firme y contundente" para responsabilizar al hombre de asesinar a golpes a su mujer, María Cristina Hubert (39), así como de abusos sexuales reiterados en perjuicio de dos menores de edad.
Consideró probado que los hechos sucedieron en Pueblo San José, partido de Coronel Suárez y basó su postura en los elementos de cargo que fueron incorporados por lectura y en las declaraciones testimoniales escuchadas durante el debate, algunas de las cuales calificó como "desgarradoras y chocantes".
Eduardo Zalba, defensor oficial de Peña, reclamó su absolución en el caso de los delitos sexuales y pidió una pena atenuada respecto del crimen de Hubert, que fue cometido durante la mañana del 16 de abril de 2009, en la vivienda de Junín 4775, de aquella localidad y en presencia de un hijo de ambos, que en ese momento tenía 14 años.
En los dichos del adolescente --que hoy tiene 16 años y trató de evitar el ataque de su padre contra su madre-- y en los aportes de los policías Juan Kees y José Salgado --los primeros en llegar al lugar del hecho--, basó su posición Long respecto de la muerte, perpetrada a golpes con una plancha de fundición y un bate de béisbol.
Agregó a esos elementos el informe autopsial del médico Francisco Cortalezzi, que dio cuenta de las múltiples heridas sufridas por Hubert, cuyo rostro quedó desfigurado.
"Salvaje y brutal".
En ese sentido, Long tildó de "salvaje y brutal" el ataque y opinó que "no existió (en Peña) otro ánimo ni otra motivación que matar para evitar las denuncias" por malos tratos hacia su familia, que llevaron a la justicia a excluirlo del hogar.
Acerca de los abusos, dijo que "no quedó ninguna duda" y que el cuadro es "abundante y sólido", a partir de los relatos "descarnados" de las dos víctimas, que tuvieron oportunidad de escuchar en la sala los jueces Enrique José Montironi, Mario Lindor Burgos y Hugo Adrián De Rosa.
Recordó las conclusiones de las psicólogas Beatriz Forclaz y María Florencia Torterola, en cuanto a que ambas víctimas "son veraces y no fabulan" y que "deben seguir con tratamiento por el fuerte impacto" sufrido, que puede derivar en "patologías graves".
El fiscal calificó los delitos como abuso sexual con acceso carnal agravado en forma reiterada, abuso sexual simple (dos hechos) y homicidio agravado por el vínculo, todo en concurso real de delitos.
En ese marco, reclamó que se le imponga a Peña la pena de prisión perpetua, con más la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado, prevista en el artículo 52 del Código Penal (que no le permitiría salir jamás de la cárcel).
Long, en ese punto, destacó un párrafo de un fallo de la Sala II de la Cámara de Casación Penal bonaerense, de marzo último, en cuanto a que la imposición de la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado, "aparece como una facultad incluida dentro de la escala penal correspondiente al homicidio calificado, que no participa de las consideraciones vinculadas a la reincidencia".
Solicitó una pena atenuada
El defensor Eduardo Zalba coincidió con el fiscal en cuanto a la autoría y responsabilidad penal de Raúl Peña en el crimen --el hombre confesó su intervención--, aunque discrepó respecto de los abusos sexuales y, en ese caso, reclamó su absolución.
Acerca de la muerte de María Cristina Hubert, no obstante, consideró "desmesurado" el pedido de pena de la acusación y entendió que debían contemplarse las circunstancias extraordinarias de atenuación previstas en el último párrafo del artículo 80 del Código Penal (homicidio calificado).
Fundó su postura en los dichos del detenido, en cuanto a que el disparador de la ruptura matrimonial y sus consecuencias, fue una supuesta infidelidad de su mujer, entre 2001 y 2002, que le provocó distintos trastornos, como depresión y un descontrol de la diabetes.
"Ese dato es lo que ha afectado la psiquis de mi defendido", señaló Zalba, para destacar que se sentía señalado socialmente, máxime por vivir en un pueblo.
En consecuencia, reclamó que se le imponga una pena en el marco de la escala del homicidio simple (8 a 25 años) y volvió a atacar la sanción propuesta por Long, al expresar que la accesoria de la reclusión por tiempo indeterminado "deviene inconstitucional".
Por otra parte, Zalba remarcó que no se acreditaron los delitos sexuales ni la autoría de Peña en los mismos y que los testimonios de las víctimas "no alcanzan" para formar un plexo probatorio de contundencia.
"No hay prueba adicional y cierta", dijo, para remarcar la carencia de informes médicos, pericias químicas y un estudio psiquiátrico y psicológico del sospechoso, que podría haber determinado si se trataba de un pervertido.
Al efectuar la réplica, el fiscal Long afirmó que "debe probarse" la circunstancia especial de atenuación de la pena y que, según Casación, la misma tiene que ser "de especial gravedad".
"Me parece un poco lenta la reacción, si la supuesta infidelidad fue entre 2001 y 2002 y el crimen se cometió en 2009", señaló el fiscal, a lo que Zalba le respondió que, de haber actuado Peña en la inmediatez, habría encuadrado el planteo como emoción violenta.
"Amo mucho a mis hijos". Al final de la audiencia, al solicitársele si tenía algo que agregar antes del fallo, Raúl Peña, entre lágrimas, aseguró: "Amo mucho a mis hijos, fue algo horrible lo que viví estos años". También pidió que "Dios ilumine a los jueces" y afirmó que cree en la justicia.
Resolución del debate en que se juzgó a Oscar Patiño
El Tribunal en lo Criminal Nº 3 dará a conocer hoy a mediodía el fallo del juicio oral y público seguido a Oscar Alejandro Patiño (45), acusado de dar muerte a Alfredo Laureano Martín (54), en un incidente ocurrido hace poco menos de dos años en Villa Loreto.
El caso está a cargo de los jueces Daniela Fabiana Castaño, Raúl Guillermo López Camelo y Eduardo d'Empaire.
Durante los alegatos, el titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 5, fiscal Christian Long, acusó al procesado del delito de homicidio simple y pidió se le impongan 14 años de cárcel.
Por su parte, el abogado Miguel Angel Asad, representante legal de la familia de Martín, adhirió al planteo del fiscal y reclamó una condena de 16 años.
Finalmente, el defensor Leonardo Gómez Talamoni, entendió que los hechos deben ser encuadrados dentro de la figura legal del exceso en la legítima defensa.
Long y Asad consideraron demostrado que el 19 de junio de 2009, alrededor de las 19.30, frente al taller de Misioneros 510, Patiño esgrimió un cuchillo con una hoja de 15 centímetros de largo y le aplicó a Martín una puñalada que terminó con su vida.
Describieron que ese día Patiño circulaba en bicicleta y en estado de ebriedad, cuando embistió el rodado que conducía la mujer de Martín, golpeando el baúl con sus puños.
En esas circunstancias, la víctima salió de su taller y comenzó a discutir con el imputado, trasladándose ambos hacia la esquina, agregaron.
Según la acusación, la mujer de Martín, Silvia Clark, fue en busca de su marido y lo retiró de un brazo, aunque Patiño los siguió y, mientras la víctima se encontraba descuidada, la atacó con el arma blanca que portaba.
Descargo.
En contrapartida, el defensor Leonardo Gómez Talamoni, sostuvo que Patiño fue agredido tras el accidente de tránsito y que hirió a Martín mientras procuraba defenderse.
Al declarar en el debate, el imputado dijo que el auto de la mujer de Martín estaba en movimiento cuando lo embistió y que en esas circunstancias habría comenzado a ser insultado y agredido por la víctima.
Mencionó que tras la agresión inicial intentó retirarse hacia la casa de su madre (a una cuadra de distancia), aunque volvió con la intención de tomar su bicicleta y fue una vez más golpeado por el mecánico.
También declaró que en esas circunstancias recibió un golpe con un palo, que le provocó una herida sangrante en la zona del ojo izquierdo.
"Caminé para atrás y se me viene de nuevo, pensé que me iba a matar. Saqué el cuchillo como para frenarlo y tiré unos puntazos, no veía nada", aseguró el detenido.
Tras señalar que allí perdió el arma y salió corriendo, dijo que no tuvo intenciones de matar y sólo se defendió.
Este relato fundamentó el pedido de Gómez Talamoni, para que se encuadre el caso como un exceso en la legítima defensa.