Es la "dama fuerte" de la policía bonaerense
La mujer ha llegado a ocupar cargos de alto mando y un ejemplo claro es el que hoy ostenta Regina Graciela Zonta: comisaria general de la Superintendencia de Seguridad de la Zona Interior de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Es la primera "dama" que integra la cúpula de la fuerza, luego de su paso por la Jefatura Departamental de Exaltación de la Cruz.
Su ascenso llegó en diciembre último, dentro del paquete de cambios del ministerio de Seguridad y Justicia provincial, a cuyo frente está Ricardo Casal.
Es especialista en la lucha contra el narcotráfico y tiene un título universitario de posgrado en Seguridad y Resolución de Conflictos.
Ahora es responsable de dirigir 20 departamentales --del total de 32-- del interior bonaerense. O sea, tiene a su cargo más de 12 mil efectivos policiales.
Al preguntarle ¿quién es Regina Zonta?, simplemente respondió: "una mujer perseverante, constante, luchadora, compañera. Que apuesta a un mundo mejor y al respeto por la vida".
"Lo único que he hecho es poner el corazón en todo. A la larga se obtienen los frutos", afirmó, durante un amplio diálogo telefónico con "La Nueva Provincia".
La funcionaria policial estuvo a fin de año --el 22 de diciembre-- de visita en Bahía Blanca e intercambió "opiniones de trabajo" con el jefe de la Departamental local, comisario mayor Héctor Abel Maggi.
"Me interioricé de los guarismos delictivos de esa ciudad, del plan integral de seguridad y sobre eso se armaron planes locales, aggiornados al plan del Director de Seguridad provincial", comentó.
Sostuvo que "delitos hay en todas las ciudades y creo que el comisario mayor (Abel) Maggi está haciendo una buena labor preventiva. Obviamente que siempre se puede más, uno no debe ser conformista. No vamos a tener delito cero, pero sí podemos tener mejores medidas preventivas para ir bajando el delito".
Sentar precedente
Sobre su nueva función, dijo que "nunca pensé que iba a ocupar el cargo que hoy tengo. No, para nada. Me toca a mi esta grata tarea y es un doble compromiso, una responsabilidad de sentar un precedente por las que vienen detrás de mí".
"A todo hay que ponerle el corazón. Yo siempre digo que en la vida hay que tener éxito, que es la base del esfuerzo, y también un poquito de suerte; estas dos cosas deben combinarse", expresó Regina.
Y reiteró que es "una mujer trabajadora como cualquier mujer profesional dedicada a su función, con una dedicación full time, como las hay en tantas partes".
Aclaró que no hay antecedentes en su familia de policías. Sus padres eran europeos, tiene dos hermanas mayores y una hija que no quiere seguir sus pasos, "aunque me hubiese gustado", reconoció la superintendenta de Seguridad de la Zona Interior.
Manifestó que su vocación "nació accidentalmente. Mi padre se dedicaba a la construcción, tuvo un accidente y no pudo solventar mis estudios universitarios y decidí entrar en la Policía Aeronáutica Militar, donde fui aceptada".
Luego, un oficial le comentó que estaba abierta la carrera para ingresar en la fuerza y "entré con la idea de seguir después con medicina. Me recibí y fue tan multifacética mi función que no tenía tiempo realmente de seguir con la carrera y me dediqué a lo mío".
Para Regina, "la vocación nace con el servicio" y sobre eso destacó que "uno puede ver muchas películas en la televisión pero son películas; la realidad es totalmente diferente".
Expresó que ha vivido situaciones extremas dentro de su función como policía "y he contenido más allá de la mera función oficial; esto lo viví en los primeros años de oficial".
Amplia carrera
Su primer destino fue en la comisaría de Martínez y desde allí pasó a desempeñarse en Olivos, Martínez Bajo, San Isidro (Primera), Investigaciones, Brigada Femenina, dirección de Automotores, Narcotráfico, Investigaciones de Quilmes, Brigada de San Martín y Comando de Operaciones de la Departamental Zona Norte.
También estuvo al frente de la comisaría Las Tres Lomas, de Torcuato; fue coordinadora de la intendencia de Seguridad Vial y luego titular de la Departamental en Exaltación de la Cruz, cargo que ocupó hasta ser nombrada superintendenta.
Dijo que conoce el Gran Buenos Aires "como la palma de mi mano" y sostuvo que ser policía "quita mucho tiempo. Estás trabajando a cualquier hora del día y de la noche. Se complica, pero hay un montón de mujeres que trabajan con el mismo ahinco y dedicación".
"Hoy en día tenemos fiscales, juezas, senadoras, diputadas; las mujeres han abierto caminos. Siempre tengo presente una frase: "La capacidad y la inteligencia no tienen sexo y si lo tienen es femenino y singular, porque es la capacidad y la inteligencia. Esto no le gusta mucho a los hombres cuando lo digo pero es para romper el hielo..." y aclaró que "no soy feminista".
Si bien tiene varias anécdotas lindas vividas durante
su desempeño en la fuerza, indicó que "uno con el trabajo cumplido se siente satisfecho y tiene sus alegrías por haber servido a la sociedad en determinado momento, por determinada situación".
Al frente
Su vida corrió peligro en más de una ocasión, pero reconoce que le gusta "ir al frente. No dudo en ser la primera en un operativo. Y aclaro que soy una mujer común y silvestre, nada especial, con muchas ganas de trabajar".
Es consciente que "nuestra carrera se termina, cuando me deba retirar lo haré y estaré agradecida de mi trabajo".
Ya tiene pensado que lo primero que hará en esa etapa es "disfrutar de mi casa, que me costó mucho sacrificio" y aspira a seguir estudiando una licenciatura en "Mediación y Resolución de Conflictos".
No pasó por alto Regina que la delincuencia "ha perdido los códigos" y un ejemplo claro es que ahora los malvivientes toman rehenes y lo primero que solicitan es la presencia de los canales de televisión.
"Es una práctica muy común, que se viene llevando a cabo desde hace muchos años, pero también es una manera de transparentar el accionar policial. El tema es no exponer a los medios públicos a vivir situaciones de peligro, hay que evitar el riesgo", expresó.
La comisaria general destacó que "como policía remarco que nosotros estamos para priorizar la vida, los bienes y el orden público, sobre todo la vida, sea de quien sea" y seguidamente admitió que "estoy dolida y asombrada con que liviandad toman los delincuentes la vida de otra persona".
"Realmente es un dolor muy grande, en mis 32 años de carrera ver eso, que tiene que ver la droga, la familia desintegrada; me preocupa la falta de respeto hacia la vida del otro", manifestó.
Y si algo dejó en claro es que "gracias a Dios en toda mi carrera, si bien he participado en numerosos enfrentamientos armados, no he producido el deceso de ninguna de las personas que he aprehendido. Esto es muy importante".
"Sin lugar a dudas --reiteró-- perdieron los códigos. Las personas honestas, los policías, manejamos principios, los delincuentes códigos y ellos han perdido los códigos".
"No cruzarse de vereda"
Para Regina Zonta, cuando un compañero se corrompe "es muy difícil" y, al respecto, dijo que "el policía transita el camino por la calle bordeando un extremo y el otro y tiene que tener la suficiente entereza para no cruzarse de vereda".
"Creo que para el efectivo que tiene vocación, y es la gran mayoría, que está en la vía pública, que vive de adicional en adicional, tratando de mantener a su familia dignamente, no hay nada más importante que darle el ejemplo a sus hijos. Entonces, a veces, las excepciones confirman la regla, los policías que delinquen son la minoría", manifestó la jefa policial.
Detalló, luego, que "estamos hablando de más de 50 mil hombres en la fuerza y de éstos habrá dos o tres corruptos. Y es la propia policía la que se encarga de meterlos presos".
"Aparte --continuó-- se trabaja en forma interactiva con los diferentes organismos de policía y realmente acá nadie hace oídos sordos ni vista ciega ante ningún hecho que se está investigando y se pone total interés en mantener la reserva hasta poder detener al policía implicado".
Operación "Café Blanco"
La superintendenta Regina Zonta, con casi 32 años en la fuerza policíaca, estuvo a frente de la dirección de Coordinación Operativa de Narcotráfico y en 1995 participó del "Café Blanco", uno de los operativos más importante contra el narcotráfico dado en Argentina.
"Tuve mucha repercusión periodística y estuve muy expuesta mediáticamente. La banda se desarticuló. Fue un procedimiento muy elaborado que nos llevó mucho tiempo de investigación, más de un año", recordó.
Dicha operación se desbarató el 6 de marzo del '95, en Catamarca, y dejó como saldo once personas detenidas y el decomiso de 1.030 kilos de cocaína.
La historia comenzó a principios de 1993, cuando el juez federal de San Isidro Alberto Suárez Araujo recibió información sobre una supuesta conexión argentina del Cartel de Cali.
A partir de allí, la SIDE y el comisario Mario Naldi, por entonces jefe de la división Narcotráfico Norte de la policía bonaerense, empezaron a investigar a los once sospechosos por medio de intervenciones telefónicas, seguimientos y el aporte de un informante.
Así se supo que la banda había comprado una estancia en Palo Blanco, Catamarca, una casa en Ascochinga, Córdoba, un camión con doble fondo y equipos de comunicaciones.
El 6 de marzo de 1995 fueron detenidos en Ascochinga y en Catamarca todos los integrantes del grupo, luego de que el avión que traía la cocaína aterrizó en la pista de Palo Blanco.
Marcela Cisternas/"La Nueva Provincia"