Bahía Blanca | Domingo, 29 de junio

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Predicciones para 2036

Hace 75 años, en diciembre de 1936, se estrenó en el cine Grand Splendid (Alsina 129), la película Lo que vendrá, sobre un guion de H. G. Wells, un filme de cienciaficción que vaticinaba cómo sería el mundo un siglo después. Presentada como "el esfuerzo más grande del cine en los últimos años" y asegurando que demandaría "una eternidad olvidarla", la película combinaba "drama, romance y emoción incontenible", al evaluar lo que la humanidad viviría hasta llegar a 2036, mediante "una gigantesca proyección de sucesos insospechados".






 Hace 75 años, en diciembre de 1936, se estrenó en el cine Grand Splendid (Alsina 129), la película Lo que vendrá, sobre un guion de H. G. Wells, un filme de cienciaficción que vaticinaba cómo sería el mundo un siglo después.


 Presentada como "el esfuerzo más grande del cine en los últimos años" y asegurando que demandaría "una eternidad olvidarla", la película combinaba "drama, romance y emoción incontenible", al evaluar lo que la humanidad viviría hasta llegar a 2036, mediante "una gigantesca proyección de sucesos insospechados".


 La acción comenzaba ambientada en 1936, tiempos de una "humanidad enloquecida" en su carrera armamentista. Una serie de maquetas y efectos especiales muestra luego al planeta en 1940, arrasado por los modernos métodos de guerra y la población afectada por una letal peste, bautizada "errabundia", a causa de la cual el enfermo caminaba hasta que la muerte "ponía fin a su calvario". Los pocos sobrevivientes buscaban luego recomponer el mundo. Para 1960, los "aviadores e ingenieros de transportes" crean una nueva civilización, "basada en líneas puramente racionales".


 Así se va llegando a 2036, donde Wells describe, finalmente, "las maravillas del futuro". Ciudades subterráneas con luz, aire y calor artificiales; edificios enteramente de cristal, cañones que lanzan exploradores a la Luna, aeroplanos que vuelan miles de kilómetros, la salud alcanzando "planos de fortaleza" y el trabajo del hombre reducido a dos horas diarias. "En otras palabras, la ciencia poniendo sus dones al servicio de todos".


 A 25 años (un soplo) de alcanzar esa fecha, resulta todavía complejo imaginar qué mundo, con qué soles y bajo qué lunas se acompañará la silenciosa caminata de evas y adanes.