Alejandro Alvarez y su enojo con Leyton

Redacción de La Nueva.

[email protected]

 JUNIN (Enviado especial) -- Muy enojado con la dupla arbitral (aunque más con Pablo Leyton) se mostró Alejandro Alvarez, entrenador de Monte Hermoso Basket, tras la derrota ante Argentino.

 "¿Qué nos faltó? Que nos dirigiera Alagastino, porque evidentemente Leyton (Pablo) no puede dirigir. En una de las últimas pelotas habilitó una salida cuando todos estaban esperando un cambio. Eso es una barbaridad reglamentaria. Pero el TNA es así y hay que aceptarlo", se molestó Paquito.

 --Más allá de los fallos arbitrales, Monte hizo 14 puntos en el último cuarto y otra vez no pudo superar los 70 en el global, ¿a qué lo atribuís?

 --Esta claro que haciendo esa cantidad de puntos no podemos ganar. Creo que mejoramos en muchos aspectos, pero todavía nos falta mucho. Quizás abusamos del tiro exterior en algunos pasajes y no supimos darle la bola a Byron (Johnson), tal vez por fallas en los pasadores o también porque él no supo mostrarse.

 --¿Ya empieza a preocuparte el presente?

 --Sí, sin dudas, porque ya llevamos tres derrotas consecutivas. Pero casi tanto como el rendimiento del equipo me preocupa la tarea arbitral. Sabíamos que si entrábamos parejos, nos cocinaban. Y así fue. Así que a llorar a la iglesia.

Casi nocaut. Un tremendo golpe en su rostro sufrió Mike Robinson al salir de una cortina y encontrarse de frente con el hombro de su compañero Bruno Ingratta.

 El alero estadounidense quedó tendido durante unos instantes en el piso y luego salió por unos minutos para recuperarse. Al final del partido y mientras permanecía aturdido, fue atendido en el vestuario por el médico de Argentino, quien afortunadamente no le encontró lesión. Eso sí, que vio las estrellitas, seguro.

Cambió de transporte. El colectivo que habitualmente traslada al plantel de Monte Hermoso Basket volvió a tener inconvenientes con el embrague, por lo que para moverse dentro de Junín, la dirigencia debió alquilar una combi. El bus no había mostrado fallas en Bragado y tampoco en el trayecto hasta Junín, pero empezó a hacer ruidos extraños al transitar por la ciudad. Por eso, lo dejaron descansar y lo volvían a exigir en la madrugada, cuando emprendían el regreso a la ciudad balnearia.