Ya se inquietan por un nuevo efecto Tinelli
En los cuarteles de campaña ya se especula si Marcelo Tinelli volverá a entrometerse en la pelea electoral 2011 con esa bomba de profundidad llamada Gran cuñado.
Ese envío, dentro de lo que antes se llamaba VideoMatch, y ahora es Showmatch, lo transformó en uno de los grandes electores de la Argentina del siglo 21.
Previo a la saga, que ya tuvo cinco capítulos, Tinelli había sido decisivo en otras contiendas políticas. La más recordada fue allá por 1995 cuando recibió al entonces presidente, Carlos Menem, y le dio su apoyo para la reelección.
El propio riojano reconoció que ese espaldarazo resultó vital para su triunfo, así como Fernando de la Rúa sigue convencido de que su caricaturización en el programa más visto de la televisión contribuyó al esmerilado de su figura y posterior caída, a fines de 2001.
La interpretación de un presidente dubitativo y lento, por parte de Freddy Villarreal, fue motorizada durante las dos primeras emisiones de Gran cuñado y coronada por la desafortunada aparición de De la Rúa en el estudio, cuando equivocó la salida y confundió el nombre de Paula Robles, la pareja del conductor en ese momento.
A partir de tal experiencia, según el ex jefe del Estado (1999-2001), los medios deberían ser más conscientes de su influencia en las masas.
Néstor Kirchner llevó bien la situación hasta que el conflicto con el campo, ya en la gestión de su esposa, reactivó a Tinelli. El santacruceño pasó de prestar la Casa Rosada a Villarreal para que se burlara de De la Rúa a participar de un incómodo diálogo telefónico desde Olivos --cuando era candidato a diputado-- durante la campaña electoral 2009.
Gran cuñado 2009 o Gran cuñado 5 fue la quinta edición de la parodia de Gran hermano. Las dos primeras, en 2001, las ganaron los personajes de Carlos "Chacho" Alvarez --con su renuncia a la vicepresidencia todavía en boga-- y Aldo Rico; en ambos casos, segundo fue Villarreal con su "Fernando".
En el Gran cuñado 3, de 2002, ganó Adolfo (Rodríguez Saá) y en el 4, de 2005, Mauricio (Macri).
Ya en Canal 13, Tinelli volvió con las legislativas de 2009 --llegó a un pico de 46 puntos de rating y 31 de promedio--, tras haber dejado pasar las presidenciales que entronizaron a Cristina Fernández, en 2007.
El último capítulo, casi premonitorio, fue ganado por un Francisco de Narváez, entrador y simpático, que interpretó Roberto Peña, contra un Kirchner irascible, bajo la inclemente caracterización de Villarreal, que machacaba con el "¡¿qué te pasha, Clarííín?!".
La influencia real del programa no fue medida. Y si bien muchos analistas relativizaron su influencia en las urnas, a De Narváez el personaje lo hizo más conocido y amplificó su enorme campaña de instalación pública.
El semiólogo e investigador José Luis Petris cree que el modo de construir las caricaturas elegido por Tinelli, a partir de la extrema exageración de muy pocos rasgos, tiene escasas chances de penetrar en la valoración previa que cada uno tiene de los políticos.
Así definidas, las imitaciones sólo confirman prejuicios construidos con antelación; consecuentemente, sólo en los votantes indecisos que, en general, son los menos politizados, Gran cuñado puede tener peso electoral.
"Todos tuvieron la ocasión, Francisco la supo aprovechar", sostienen desde el comando de De Narváez, quien llegó a repetir en sus actos las superficiales frases de su imitador, como "quereme, querete o ayudame, ayudate".
De cara a octubre próximo, hay varios factores en juego. Kirchner, por ejemplo, ya no está. ¿Cómo podrá Tinelli hacer aparecer a la figura del ex presidente --con influencia y legado presentes-- sin extralimitarse? ¿Cómo debería el talentoso Martín Bossi interpretar a una presidenta-candidata que habla casi todo el tiempo de su ex marido?
Showmatch arrancará en abril otra temporada en Canal 13, una de las naves-insignia del grupo Clarín. El Tinelli-empresario está entre los dos focos de poder enfrentados más importantes del país.
En uno de los búnkers de la oposición reconocen que el popular animador tiene espaldas para bancar lo que sea, pero voceros de la productora Ideas del Sur aclaran que no está previsto un Gran cuñado 2011.
Habrá una nueva versión de Bailando por un sueño, éxito del año pasado con su formato de pelea berreta. Si sigue funcionando con igual repercusión popular, no se avanzaría sobre la arena política. Eso dicen.