Ya intervienen Asuntos Internos y dos fiscalías
Tres sumarios, uno administrativo, que está a cargo del ministerio de Justicia y Seguridad provincial y dos penales, se están instruyendo a raíz del grave incidente que se originó el domingo a la madrugada en el barrio Pampa Central, luego de un accidente de tránsito que aparentaba no tener consecuencias importantes.
Los investigadores procuran establecer si --como los integrantes de una familia dicen--, hubo excesos del personal de la comisaría Quinta, al intervenir en el caso tras un llamado al teléfono de emergencias 911, en la supuesta represión de un grupo de personas allegadas a una de las partes del choque, que aparentemente estaba en discusión con la otra.
La colisión, tal como informáramos en la edición de ayer, se produjo poco antes de las 4, en Santa Cruz y Pasaje Calvento, cuando se embistieron un Dodge 1500, al mando de Jhonatan Contreras, y una moto Yamaha, que conducía Ricardo Lauman.
Parientes del motociclista herido, domiciliados a corta distancia del lugar, fueron en su auxilio y, en esas circunstancias, se habría producido un enfrentamiento con Contreras, quien, al parecer, estaba alcoholizado. Ese hecho motivó la intervención policial.
Sin embargo, en ese marco surgieron los problemas más serios.
Juan Carlos Valdebenito dijo luego que a su hijo Diego, allegado a Lauman, la policía lo golpeó y le disparó con una Itaka, recibiendo heridas de ocho perdigones y que sus otros hijos, Alejandro y Paola, también fueron maltratados, al igual que un vecino, de nombre Mariano Musso.
La familia Valdebenito también denunció que el propio Contreras fue brutalmente agredido por los uniformados y que, principalmente uno de ellos, al que describieron como "rubiecito y flaquito", estaba virtualmente "sacado".
Aseguraron que todo fue visto por el chofer de la ambulancia del 911, quien se ofreció a salir como testigo y que, además, lograron secuestrar, para incorporar a la prueba, tres cartuchos percutados y los ocho perdigones que tenía Diego en su cuerpo.
Tanto Contreras como Diego Valdebenito quedaron en principio aprehendidos (ambos hospitalizados y con custodia), porque, según la versión policial, se resistieron al operativo y fueron ellos quienes, en realidad, agredieron a los uniformados con piedras y palos.
Sin embargo, poco después recuperaron la libertad (aunque seguían internados en el Hospital Municipal de Agudos Doctor Leónidas Lucero), por disposición del fiscal Guillermo Petersen, de la UFIJ Nº 15, de flagrancia, quien resolvió la medida porque no había elementos suficientes para recibirles declaración indagatoria y, por otra parte, ningún policía presentaba lesiones, mientras que ellos tenían múltiples heridas.
Recién ayer, el fiscal Petersen recibió una copia de la denuncia de la familia Valdebenito, en la que constan la presunta conducta abusiva de la policía y, por ese caso, se giraron las actuaciones a la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 2, para que intervenga su par María Marta Corrado.
En consecuencia, el doctor Petersen actúa por el sumario de presunta resistencia a la autoridad y Corrado investigará los supuestos apremios ilegales en que habrían incurrido los uniformados, según se dijo.
"Mayor transparencia".
Paralelamente, el ministerio de Justicia y Seguridad activó sus mecanismos para determinar si existieron excesos de parte de los policías intervinientes, quienes revistan en la seccional del barrio Noroeste.
Así lo confirmó ayer a este diario el jefe de la Policía Distrital, comisario inspector Marcelo Bianchettín, quien prefirió no emitir opinión respecto del caso e informó que ya están al tanto de la situación Asuntos Internos y Sumarios Administrativos de la citada cartera provincial.
"A fin de darle una mayor transparencia a todos los dichos vertidos y la denuncia recepcionada, la cuestión está en manos del jefe departamental (comisario mayor Héctor Abel Maggi) y del ministerio de Seguridad", sostuvo Bianchettín.
Agregó que "si el personal, por alguna circunstancia, actuó mal, quedará en manos de Asuntos Internos", e indicó que en estos momentos están en la etapa de recopilación de pruebas, con testimonios de quienes estuvieron en el lugar del hecho.
Confirmó Bianchettín que los agentes en cuestión son "exclusivamente de la comisaría Quinta", aunque no dio precisiones respecto de la cantidad y sus identidades.
"Siguen en función, normalmente, hasta que no se establezca la realidad de lo que ocurrió. Hay que formar la prueba y ver qué dicen los testimonios de una y otra partes", sostuvo el vocero.
También anunció que por el momento no se dispuso el secuestro de las armas utilizadas, porque "cada vez que un efectivo sube a un móvil, nosotros tenemos el detalle de qué arma utiliza y la conformación de esos móviles", motivo por el cual se puede establecer y, por otro lado, "ya está plasmado en la actuación penal".
En el mismo sentido, virtualmente descartó que se hayan utilizado las pistolas reglamentarias en el incidente --tal como afirmaron Paola y Alejandro Valdebenito--, al responder: "A mi no me consta bajo ningún punto de vista. Sí me consta el tema de postas de goma, a través de las escopetas que tiene cada móvil".
En la víspera, el jefe distrital acudió a la dependencia de Don Bosco al 1800, con el fin de interiorizarse formalmente del suceso.