Maldición en "Blanco y negro"
Los trágicos destinos de Arnold, Willis y Kimberly, tres de los cuatro protagonistas principales de Blanco y negro eclipsaron el gran éxito que tuvo la serie estadounidense a fines de los años 70 y principios de los 80.
Estos jóvenes actores parecieron más sufrir que disfrutar de esa época. La suerte no acompañó a Dana Plato, quien murió en 1999, ni a Todd Bridges, adicto a las drogas y al alcohol.
Ahora, con la muerte de Gary Coleman, parece cerrarse el trágico círculo que los acompañó durante más de dos décadas.
A fines de los años 70, la serie protagonizada por estos tres jóvenes, que encarnaban a los hijos de un millonario que vivía en Nueva York, saltó a la fama por tener como tópico la integración de blancos y negros en una misma familia.
Sin embargo, los chicos, con sus caras angelicales, lejos estaban de vivir una vida tan idílica como en la serie de televisión.
La muerte.
Dana Plato, quien interpretaba a Kimberly, la hija biológica del señor Drummond, debió dejar la serie, tras seis temporadas de éxito, al quedar embarazada.
En 1991 fue arrestada por haber robado en un videoclub de Las Vegas y un año después fue condenada por falsificar una receta médica por mil dosis de Valium. A pesar de haber recibido un mes de cárcel y otros cinco de libertad condicional, la Justicia le quitó la custodia de su hijo.
Al abandonar la serie, en 1984, posó sin éxito para la revista "Playboy" y lejos de volver a la pantalla chica se dedicó a hacer películas pornográficas.
La pelirroja murió en mayo de 1999 por una sobredosis de droga en la casa rodante donde vivía, a los 34 años.
Sin rumbo.
Por su parte Todd Bridges, Willis en la serie, el hermano mayor de Arnold y adoptivo de la familia Drummond, confesó que comenzó a drogarse a muy temprana edad y bajo sus efectos grababa los episodios.
"Tenía sólo 12 años y mi representante abusaba de mí, pero mi padre se puso de su lado", contó Bridges en una entrevista a Fox News, en la cual también reconoció que su vida se derrumbó al terminar la serie.
También con problemas de drogas y alcohol, Bridges recibió condenas por portación ilegal de armas y por haber acuchillado a un inquilino. En 1989 fue procesado y absuelto por intento de homicidio.
En un momento, Todd decidió terminar con su adicción.
"Un día me desperté y dije: esto tiene que cambiar", aseguró. Para ese momento, enfrentaba una causa por posesión de drogas y el juez le dio para elegir entre la cárcel o la rehabilitación.
Con el tiempo se recuperó y creó una fundación de ayuda a jóvenes con problemas de drogadicción, si bien hizo alguna que otra incursión en el cine, nunca volvió protagonizar un éxito.
Adiós Arnold.
En tanto, Gary Coleman, quien encarnó al menor de los hijos adoptivos, Arnold, y estrella principal del show, pasó de ser el simpático niño de cachetes prominentes a un hombre con características violentas, también adicto al alcohol y las drogas.
En los últimos meses, Coleman presentó problemas de salud al sufrir dos infartos; el primero ocurrió el 6 de enero y el segundo a finales de febrero, mientras se encontraba en la filmación de The insider.
Además de diálisis frecuentes, fue sometido a dos trasplantes de riñón, uno en 1973 y otro en 1984, con el fin de enfrentar una severa enfermedad renal.
Conocido por su carácter explosivo, Coleman también había tenido problemas con la justicia, como cuando fue arrestado en su casa de Utah después de no comparecer ante la Corte por una acusación de violencia doméstica.
Coleman nació el 2 de febrero de 1968 y desde pequeño sufrió una enfermedad congénita del riñón causándole nefritis (una destrucción autoinmune del riñón), que detuvo su crecimiento a una edad temprana, llevándolo a desarrollar una estatura de apenas 1,40 metros.
Durante los ocho años de emisión de la "sitcom", Blanco y negro fue visto por millones de televidentes en todo el mundo, siendo puntal de uno de los fenómenos de la historia de la pantalla chica. Su personaje se caracterizaba por su famosa frase "¿De qué estás hablando, Willis?" y gracias a su simpatía Coleman encabezó varios largometrajes y películas de televisión.
En el punto más alto de su fama, Gary ganaba 70.000 dólares por episodio, pero después de la salida del aire de la serie, su carrera artística decayó abruptamente.
En 2001, Coleman trabajó como guardia de seguridad en un centro comercial peatonal dentro del área de Los Angeles, mientras hacía pequeñas apariciones en comedias y en "realitys" sobre estrellas venidas a menos.
Coleman demandó a sus padres y a su manager por la malversación de sus 8.300.000 millones dólares de fondos de fideicomiso y ganó 1.280.000 dólares en el juicio.
Luego fue preso acusado de asaltar a un guardia de seguridad de un hotel que, además, denunció haber sido amenazado por el actor.
Sin embargo, no todos los protagonistas de la serie corrieron con la misma suerte. Irónicamente, el mayor de ellos, que interpretaba el papel de padre de estos tres angelitos, siguió trabajando tras el éxito televisivo.
Conrad Stafford Bain no sólo trabajó con Woody Allen en el film Bananas, sino que también siguió interpretando papeles en otras peliculas y series, inclusive junto a su hermano gemelo, Bonar, quien también es actor.
Con sus 87 años, Bain vive con su esposa Monica Sloan, con quien está casado desde 1945 y tuvo tres hijos.